martes, 1 de agosto de 2023

 La lengua uto-azteca, prueba del paso de

 los aztecas por Sayula hace 900 años

Por Rodrigo Sánchez Sosa/ Cronista de Sayula

En otras entregas hemos abordado la multiplicidad de lenguas que se hablaron en la región sur de Jalisco antes de los españoles. Esto habla de varias tradiciones que convivían bajo un mismo señorío indígena, hablando de Sayula o Tzaulan. Este crisol no solo de lenguas sino de identidades compartía una lengua común para organizarse cívica y religiosamente y al mismo tiempo era una identidad común, catalizante; el tzayulteco. 

Esta era un legua de la familia uto-azteca o protonáhuatl, que se habló por 500 o 600 años, hasta casi 300 años que ya no se habla en la región, es una lengua muerta. La razón de que todos compartieran una lengua, el tzayulteco, para organizarse, hablado la propia cada comunidad del señorío, es que todas estas tradiciones pertenecían a una mayor, la Chichimeca; con excepción, claro, de los otomíes del valle central que migraron desde el sur. Los Chichimecas son una tradición nómada-guerrera originaria de lo que hoy es el norte de México y sur de los Estados Unidos, que comenzaron a migrar al sur entre el siglo III y el siglo XII de nuestra era. Por otro lado esta región donde se asienta Sayula, hace 1800 años fue también un corredor comercial de Teotihuacán, una de las tradiciones madres de la civilización Mesoamericana, de ahí que la tradición nómada del norte y la sedentaria agrario-urbana del valle central se encontraran y mezclaran en la región sur del hoy Jalisco concediendo en el tiempo, dando origen más tarde a señoríos como el de Tzaulan, mezclándose la tradición guerrera del norte con la civilización urbana del Valle central heredera del los toltecas y en intercambio cultural con la maya. 


Se calcula que en su peregrinar hacia donde fundarían la ciudad de México Tenochtitlán las tribus nómadas, pasaron por este valle de la playa de Sayula; la lengua tzayulteca sería prueba de ello. Existe una leyenda en Sayula sobre esto, que quizá no es tan antigua como para remontarse al tiempo de esa migración en el siglo XII o XIII, ni tan original, pero da cuenta de este acontecimiento grabado en el inconsciente colectivo de nuestra gente. Se dice que, cuando las tribus que fundarían la ciudad de México, pasaron por aquí buscando la señal de su dios: un águila devorando una serpiente sobre un nopal; los indios locales espantaron a pedradas a un águila que devoraba una serpiente sobre un nopal en mitad de la laguna de Sayula antes que estos peregrinos la vieran, es decir que aquí se pudo haber fundado la ciudad de México Tenochtitlán, según la leyenda. Por supuesto que esto es solo una leyenda, lo único que tenemos como prueba del paso de estas tribus es su legua antigua de donde derivó el Tzayulteco, que a su vez comprueba que estas tribus de la tradición nahua chichimeca, los mexicas, controlaron lo que luego sería el señorío indígena de Tzaulan o Sayula, para luego como lo hicieron en otros lugares abandonar la plaza y seguir con su búsqueda, incluso dejando a algunos de los suyos atrás, como relata de esta peregrinación mítica que duró siglos el códice Boturini. 

Los mexicas o aztecas eras parte de los múltiples barrios de una ciudad que albergaba las distintas tribus chichimecas. Cansados de vivir allí y guiados por su dios salen con otros grupos hacia el sur; la fecha aceptada de este suceso es 1111 d.c.  Los grupos mencionados en el Códice Boturini son chalca, huexotzinca, malinalca, acolhua, tepaneca, tlahuica, xochimilca y cuitlahuaca. Luego de pasar por Teocolhuacan y según algunas fuentes por Chicomoztoc, pasan a establecerse a un lugar donde hay un gran árbol, ahí mientras se disponían a comer el árbol se rompe, poco después los mexicas se separan de los otros grupos por orden de su divinidad y siguen su camino, solos.

 A continuación en el camino se encuentran con tres personajes chichimecas, Xiuhnel y Mimich son dos de ellos, a los que sacrifican sobre biznagas y mezquites. En este momento es cuando su divinidad los consagra y les cambia el nombre, a partir de entonces dejan de ser "aztecas" para volverse "mexitin". Varias relaciones hacen hincapié en que el grupo tenía costumbres "chichimecas", que eran cazadores-nómadas y se vestían con pieles.

Según otra tradición venían por el occidente y pasan por el Lago de Pátzcuaro, donde algunos de los emigrantes se meten a bañar, los que se quedan en la orilla reciben la "orden" de su divinidad de robarles la ropa y abandonar a los que entraron al agua, los que se quedan dan origen a los tarascos, esta es la segunda división del grupo. Esta tradición cuenta una tercera división, al llegar a Malinalco. Ahí mientras dormían abandonan a una mujer, Malinalxoch y sus seguidores, ella era hechicera y hermana de Huitzilopochtli. El Códice Boturini prosigue el relato con su paso por Coatlicamac y Cuextecaichocayan, para de ahí asentarse en Tula por 20 años. De aquí comienza su ingreso al valle de México y la zona de los grandes lagos. Coatepec es mencionado por otras versiones, antes o después de Tula, lugar muy especial pues es ahí donde nace Huitzilopochtli y mata a sus hermanos, Coyolxauhqui y los Centzonhuitznahuas; además se establece un conflicto interno pues a partir de la construcción de una represa una parte del grupo intenta establecerse definitivamente en ese lugar, los instigadores son asesinados y la represa es destruida para continuar con el trayecto.

 El segundo lugar al que los historiadores le ponen atención es Chapultepec, según otras versiones es hasta ahí donde son alcanzados por Copil, hijo de Malinalxoch la hechicera, quién pretende destruir a los mexitin y que de hecho no lo logra, al contrario es vencido y sacrificado, su cabeza y su corazón son enterrados en lugares específicos, el corazón de Copil será la simiente del nopal donde se posará el águila, símbolo buscado para fundar su capital. En Chapultepec los mexitin no son bien queridos, se les considera no gratos por lo que según las fuentes se forma una coalición que va de cuatro a diez pueblos según la versión que se examine, para expulsarlos en 1299 d.c. Aquí los relatos de manera difusa hablan de Huehue Huitzilihuitl, un "tlahtoani" que gobernaba a los mexitin, quién es capturado y sacrificado junto a su familia.

Posterior a la derrota pasan como vasallos a Colhuacan, donde se asientan en el barrio de Contitlan, para luego pasar al llano de Tizaapan. Aquí las versiones orales cuentan como los mexitin ayudan a los colhuas en su guerra contra Xochimilco, por lo que tras su victoria les permiten construir un templo-adoratorio, donde su dios les pide que conviertan en diosa a la hija del gobernante de Colhuacan, Achitometl, quien creía que solo era un ritual de iniciación y cede a su hija, sin saber que en realidad la iban a sacrificar y desollar. Al descubrir el hecho incita a sus súbditos a atacar a los mexitin, quienes se esconden en el Lago de Texcoco, entre los tulares y cañaverales. Acontecen eventos como la fiesta de Tepeilhuitl en Iztacalco y pasan por lugares poco significativos que son preparatorios para la fundación de su ciudad capital, como Mixiuhcan y Temazcaltitlan.

La fundación acontece cuando Huitzilopochtli habla con Cuauhtloquetzqui y le da la primera señal, en medio de dos peñas sale un manantial de agua blanca, de donde a la vez salen peces, ranas y serpientes blancas, además el lugar está cubierto de tulares y plantas blanquecinas. Cuauhtloquetzqui lleva el mensaje a los demás, los cuales van a ver el manantial al día siguiente pero el agua ya no es blanca, forma dos corrientes una roja y otra azul, por un lado peces, ranas y serpientes rojas y por el otro lado animales azules; unos pasos más adelante encuentran el nopal que tiene el nido de un águila, el nido lleno de plumas de colores y huesos de diversas aves, el águila se encuentra devorando una serpiente, los presentes lloran ante el portento, esto acontece en 1325 d.c…

 De acuerdo con la tradición mexica, que se remonta a hechos sucedidos entre los siglos XI y XIII, los mexicas eran originarios de una tierra pantanosa llamada Aztlán o 'Tierra de garzas'. De ahí habrían pasado a Teocolhuacan, también llamado Chicomoztoc Quinehuayan Tzotzompa, pero esta información no es precisa, ya que los relatos responden más a una necesidad ideológico-mítica que a una histórica. Por esa razón, las fuentes documentales de la colonia no responden satisfactoriamente a la interrogante acerca del origen mexica y resulta necesario recurrir a la arqueología y auxiliarmente a la glotocronología o sea al estudio de la evolución lingüística y la etimología. Basándose en la información disponible, se sabe que la familia lingüística utoazteca entró en territorio mexicano por los estados de Sonora y Chihuahua. De esta familia de lenguas se deriva el proto-náhuatl, antecesor de las variantes de náhuatl moderno. Aunque el proto-utoazteca se sitúa en el III milenio a. C., el proto-náhuatl se sitúa mucho más tarde, hacia el inicio de la era cristiana, en alguna región de Durango. El léxico reconstruido del proto-náhuatl revela que sus hablantes ya eran partícipes de la evolución cultural de Mesoamérica, practicaban la agricultura y probablemente eran sedentarios. Las migraciones nahuas en Mesoamérica transcurrieron entre el siglo III y el siglo XIII. Al final de estas migraciones, el náhuatl era una lengua bien establecida desde el occidente y centro de Mesoamérica hasta tan al sur como Veracruz, Chiapas, el estrecho de Tehuantepec, Guatemala, Cuzcatlán (El Salvador) y Ometepe (Nicaragua). 

Por otro lado, se desconoce cuál es la primera cultura arqueológica mesoamericana que debe identificarse a ciencia cierta con los pueblos nahuas. Aunque se sabe que Teotihuacán, del año 100 al 600 de nuestra era, tenía rutas comerciales de la turquesa hacía el norte y de la concha hacía el Pacífico (incluido el occidente de México donde se ubica el surde Jalisco y por lo tanto Sayula), y que esto, muy probablemente, favoreció la expansión de los grupos nahuas. 

(Arqueología de México https://www.facebook.com/groups/883626811990036/ )

 


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