martes, 26 de septiembre de 2023

 Condiciones en Sayula durante la

lucha de independencia de México

Por Rodrigo Sánchez Sosa/ Cronista de Sayula

El relato casi épico de la lucha de independencia en Sayula y el sur de Jalisco, que aquí recogemos, es producto del trabajo de investigación y recopilación historiográfica del cronista emérito de Sayula don Federico Munguía Cárdenas, plasmado en su libro La Provincia de Ávalos, parece reducir a tres los bandos enfrentados en esta lucha. Lo mismo los apuntes y crónicas que cita. Fuera del bando realista al que pertenecían criollos y españoles peninsulares, incluso batallones de indios organizados por la iglesia; y el bando insurgente representado por los criollos liberales y líderes indígenas rebeldes; no encontramos referencia alguna a mulatos, mestizos o castas. A pesar de que se sigue citando el orden estamentario colonial como en el caso de la república de indios, se ignora por completo en estos relatos de principios del siglo XIX citados por Munguía Cárdenas, a las castas y sobre todo a los mulatos que de acuerdo a documentos del siglo XVIII ya sobrepasaban en número a los indígenas. 


El propio Munguía Cárdenas cita de un censo de 1746, una cifra de 1,676 mulatos y "716 de otras castas negroides" (sic) que habitaban en Sayula (no cita fuente, pero seguramente debe ser el archivo de la parroquia de Sayula), lo que suma 2392 personas de ascendencia africana, aunque no queda claro si se refiere a estas personas como habitantes de Sayula o sus alrededores; otro trabajo puede aclararlo, Patricia Arias y Rodolfo Fernández en su trabajo Antigua hacienda de Toluquilla, pobladores y poblamiento en Teocutitlán, dan cuenta del poblado de Teocuitatlán, mucho más pequeño que Sayula, con una población de 1146 mulatos entre 1789 y 1793, aclarándonos que la cifra sólo es inferior a la cantidad de mulatos que habitaban Sayula y San Juan Cosalá en el mismo periodo. En 1757, de acuerdo al archivo parroquial citado por Munguía Cárdenas, en Sayula y Usmajac existía una población total de 1,978 indígenas, contrastado con los 2392 de ascendencia africana del censo de 1746. Sigue Munguía citando a Carrillo Vértiz, diciendo que para 1791, Sayula dejó de ser una población predominantemente indígena, pues los indios sólo representaban la tercera parte de la población total. Los archivos parroquiales de Sayula, citados por Munguía, dan cuenta de su feligresía española "y demás gente de razón" (sic) en número de 14, 685 en 1757. Dice don Luis Pérez Verdía que una de las actitudes de los españoles que indignaba durante la colonia y fue factor para la rebelión de independencia, fue que estos, con irritante superioridad que se abrogaban, se llamaron así mismo "gente de razón". Lo cierto es que el número de habitantes en Sayula y la Provincia de Ávalos o subintendencia, suscita cierta duda: Mientras los registros marcan un aumento de la población en la Provincia entre 1670 y 1790, de casi 42 mil habitantes; en la ciudad de Sayula, en los años que particularmente se nota más el incremento demográfico de la Subintendencia, en su capital, disminuye. Siguiendo a Munguía Cárdenas, sus fuentes: entre 1746 y 1757 la población aumentó en Sayula, en 99 personas. Un 1.5%, mientras que en la provincia en las mismas fechas aumentó en 4 mil personas, un 2.24%  ¿Estaba creciendo Sayula por debajo del promedio regional? ¿Por qué? En 1785 disminuye la población en Sayula con respecto de 1757, pasando de 6,670 a 6,579, 1.3%. En 1801, drásticamente desciende, de acuerdo al padrón de la parroquia, de 6, 569 a 5, 99377, un 8.7%. Si comparamos esta última cifra, 5, 993 con la de 1757, la primera cita del archivo parroquial, que no tiene sentido, la feligresía no creció, disminuyó en un 59%. Las cifras con respecto a la tabla citada de Muriá, efectivamente, no tienen sentido. En la tabla, sólo entre 1760 y 1790 la población en la Subintendencia de Sayula aumentó en un 46.06%. Se podría hablar de las pestes como razón de la disminución significativa de habitantes en Sayula, pero normalmente, estas mermas demográficas no se circunscribían a una sola población, más aún, por la interacción social y el aumento del riesgo de contagio, si esta era el centro comercial, económico y político de la región, como es el caso. 

La disminución de población desde 1548 (44, 679 habitantes) hasta 1650 (7,100 habitantes), afectó principalmente a la comunidad indígena, la recuperación tuvo que ver con la llegada de esclavos africanos en siglo XVII y el aumento del mestizaje; la recuperación, por su parte, de la población indígena fue lenta ¿Ocultan estas cifras el aumento de mulatos y otras castas, en contraste con la disminución de la población indígena en Sayula? ¿Por qué?, porque el indígena pasó de ser casi esclavo, apenas a salvo por el estatus que le daban la evangelización y su figura legal como súbdito de la corona, a símbolo catalizador de los tiempos; el buen salvaje de la ilustración. Sin embargo, la tendencia para entonces, al despoblamiento indígena, era ya marcada, al menos en Sayula. Dado que ser indígena era una desventaja en la colonia, las mujeres indígenas, rehuían el contacto sexual, recurrían al aborto o abandonaban a sus maridos buscando el contacto con españoles y con ello una mejor suerte para sus hijos mestizos79; incluso en un principio se documentaron suicidios en masa de los indígenas en una total desesperanza. A medida que la explotación y despojo de tierras se recrudecía, las reacciones indígenas de resistencia eran extremas. 

Los varones indígenas ante su suerte se daban a la evasión en el alcohol, si es que no se los obligaba a trabajar hasta la muerte en obrajes o minas. Las comunidades indígenas, barrios o República de Indios, resguardó a muchos, pero las reformas de finales del siglo XVIII y el despojo de sus tierras, llevó a cada vez más indígenas a la indigencia y el desamparo. En 1700 y 1800, fue el auge de los mulatos y "castas negroides" en la antes Provincia después Subdelegación de Sayula, de acuerdo a los documentos. La omisión de las castas y mulatos de los relatos de los primeros años del siglo XIX, durante la lucha de la independencia en Sayula y el sur de la Audiencia de la Nueva Galicia, aparte de lo complicado que se volvió denominar todos los tipos de mestizaje, no puede deberse a que estos se hayan extinguiendo, exiliado o desaparecido; sino, a la visión romántica del liberalismo criollo, que veía en los indígenas al buen salvaje, la raíz del ideal nacionalista, símbolo de la lucha de independencia (la virgen morena, indígena, no mulata…). Por lo que los relatos o crónicas de la época no distinguen entre indio, mulato o otra casta ¿Era el indígena Santiago Feliciano Larios, de verdad indígena, y no mulato ni de otra casta? ¿Era indígena Vicente Damián Hernández? cabría preguntarse. 

Puede que, para entonces el concepto de "mestizo" haya sustituido al de casta; pero persiste la cuestión ¿Por qué en los relatos sólo se refieren indígenas en la lucha de independencia en el sur de Jalisco? se habla de tres, cinco mil insurgentes, por los menos la mitad debieron haber sido mulatos, de los que partieron de Sayula a tomar Guadalajara con José Antonio Torres (Al que no se puede dejar de lado apodaba su tropa "el Amo", titulo con que un esclavo se refiere a su dueño. Los indígenas eran súbditos, no esclavos), que encabezó una de las dos incursiones insurgentes a la Nueva Galicia en 1810: (Fueron) dos (las) incursiones insurgentes a la Nueva Galicia; una que iba acaudillada por Navarro, Portugal y Huidobro, que entró por Jalostotitlán, Arandas, Atotonilco y la Barca; y otra por José Antonio Torres, que entró por Sahuayo, Tizapán, Atoyac y Zacoalco. Ninguna con más de 400 hombres originalmente (engrosando sus filas conforme avanzaban).

Se habla también de cuerpos militarizados de defensa indígenas en Sayula; los llamados "Indios Patrióticos". Tal parece que en el ideal liberal de la lucha de independencia se optó por la imagen del indio, obviando al mulato. Y en el caso de los realistas el mismo ideal romántico del buen salvaje, provocaba el mismo efecto semiótico, que un esclavo o descendiente de, no podía aportar en el mismo sentido del nacionalismo español: los indios eran súbditos de la corona, patriotas, defensores de la fe y el rey. Podría haber pasado que los descendientes de africanos e indígenas si hicieran pasar por uno o por otro, según se lo permitiera su apariencia; así como las demás castas según conviniera a sus intereses; alterando la República de Indios, a la cual las leyes restringían el acceso para castas y españoles; pero que, para finales del siglo XVIII, las reformas habían vuelto laxas tales leyes en ese sentido. 

El obispo Manuel Abad y Queipo, proponía al rey en 1799, "La libre permición (sic) de avecindarse en los pueblos de indios a todas las demás castas o clases y edificar en ellos sus casas pagando el suelo o la renta correspondiente" El visitador José Menéndez y Valdez (1789-1793) clasifica la composición étnica de sus habitantes (de la Subdelegación de Sayula), como sigue: 22 europeos (no españoles); 11,452 españoles o criollos; 23, 524 indios; 8, 414 mulatos y 3, 948 de otras castas, un total de 47,360 habitantes (en toda la subdelegación).83 En este documento importante de la época, la cantidad de mulatos y otras castas, suman 12, 362 personas, más de la mitad de los 23,524 indígenas (y casi una cuarta parte del total de los habitantes). Si la tendencia era la misma, en el sentido demográfico y coyuntura político-económica de las reformas borbónicas, la cantidad de indígenas, tendía a disminuir y la de castas y mulatos a aumentar en los próximo 17 o 20 años, para el periodo referido de la lucha de independencia.


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