martes, 26 de septiembre de 2023

 Política ¿En serio?¿En serio seguiremos siendo cómplices de esto?¿Del desastre que vive hoy Sayula?

Por Rodrigo Sánchez Sosa

Una forma de de que algo degenere es no tomarlo en serio. Cuando las cosas se toman a la ligera pierden su importancia y por lo tanto la finalidad de las mismas es ambigua; en otras palabras, nos da igual en el mejor de los casos, los resultados; cuando nos resulta totalmente ajeno.

Si algo caracterizó en el siglo pasado a nuestro país fue que a  la mayoría de los mexicanos, no les importaba la política, el país estaba despolitizado y salvo lagunas elites intelectuales, grupos radicales, y cúpulas partidistas y de sindicatos, al pueblo no le importaba la política, sencillamente porque no tenían vela en ese entierro. Y tenían razón la prioridad era sobrevivir el día a día de un país que se empobrecía exponencialmente desde el triunfo de la revolución mexicana a partir del término del mandato de el general Lázaro Cárdenas y que cualquier resistencia al autoritarismo era repelida a sangre y fuego como el 2 de octubre de 1968. Meterse a la política no tenía sentido sino era para escalar en una carrera política al interior de un partido amafiado donde todos los cotos de poder estaban repartidos y había que abrirse paso a punto de balazos, literalmente, si uno quería encobrarse. Si alguien hubiese propuesto la alternativa del voto para enfrentar a esta mafia, en aquel país de dictadura disfraza que llegó a calificarse como perfecta, le hubieran dicho que si era en serio lo que proponía. La izquierda en los setentas, por ejemplo veía más viable la toma del poder por las armas, que por la vía democrática, y es que tenía razón, un pueblo apático que no creía ya en nada no le interesaba comprometer su raquítica forma de sobrevivir apostando a utopías, con la revolución de 1910 quedó  más que claro que el poder vuelve en su centro de gravedad a unas pocas manos asesinas y autoritarias más temprano que tarde. Pero la situación desesperada de la gente más pobre en México como la de tierra caliente en Guerrero, en los años setenta del siglo pasado, no podía seguir sin siquiera lo mínimo para vivir, y con gente como Lucio Cabañas México, enfrentó el poder represor del estado priista, junto con otros movimiento utópicos comunistas formados por estudiantes y docentes de izquierda que formaron organizaciones como la Liga 23 de Septiembre, respuesta a una geopolítica global que implicaba la guerra fría que comenzó en 1945 entre EU y URSS. Si a alguien en Sayula le hubiesen propuesto formar una cédula del partido de los Pobres de Cabañas o de la Liga 23, en su mayoría hubiese preguntado: ¿En serio?


La situación se prolongó más allá, quizá por inercia, del fin de la guerra fría en 1991, cuando cae políticamente la URSS. Para 1994 y cuando ya por decreto salinista éramos un país de primer mundo y con el nuevo peso, el dólar estuvo a tres pesos por unidad, comprábamos  mercancía gringa que antes solo en los tianguis de fayuca se podía conseguir, aparece el EZLN, y viene una ola de efervescencia en el sentido político, porque aquello debía ser explicado solo así, ¿Por qué si éramos un país de primer mundo las condiciones de los indígenas en estados como Chiapas seguían siendo prácticamente las de la colonia, de semi esclavos,  mientras había cotos privados en las grande ciudades del país donde se vivía como en Nueva York o París? Al alzamiento el país respondió con un No a la guerra contra las comunidades indígenas, todos estábamos consientes que aquella gente vivía en las peores condiciones. Igualmente si al ciudadano común se le hubiese planteado la posibilidad, que de hecho el EZLN lo plantó, de tomar el poder por las armas, hubiese preguntado lo mismo ¿En serio? Y así nos impusimos, porque luego de sus 5 minutos de gloria el EZLN, ante las mayorías, se enfrió; mas de 30 años de el noliberalismo salinista con dos gobiernos del PAN incluidos, hasta 2018, donde ya todo México era tierra caliente Guerrero diez años después del inició siglo XXI, comparativamente, mas de 80% de la población del país en la pobreza con una guerra contra las drogas, miles de muertos y desaparecidos y con un saqueo generalizado de los recursos nacionales. La gente luego del regreso histriónico del PRI, a forma de novela de Telvisa, marco el despertar de los mexicanos al menos en lo más básico de la politización: el pueblo es el que tiene el poder. Seguramente usted recordará, las candidaturas independientes, la forma en la que los políticos vividores y otros bienes intencionados pero ingenuos, enfrentaron esta nueva realidad, llegando a declarar como nuestro presidente municipal  Daniel Carrión, durante su primera campaña, que los partidos políticos ya no eran necesarios. Claro la gente en ese entonces si le hubieran preguntado porque partido votaría, hubiera respondido ¿En serio?

Pero etas mismas condiciones crearon unas oportunidades  políticas más reales de organización y vanguardia, frente a las condiciones que imponía la decadencia de las políticas neoliberales en México, tras 30 años de abuso. Y surgió morena, y López Obrador, y lo que sigue, ya lo conoce el lector. Actualmente preguntarse si es factible un candidato independiente e las elecciones venideras, luego de gente como el Bronco y Carrión, entre otros, diríamos ¿En serio?

La pregunta sería es ¿Valió la pena reelegir al primer presidente municipal de nuestra historia reciente? ¿Qué recibimos a cambo de hacer millonario a Daniel Carrión Calvario? Porque digo vale la pena cundo el costo beneficio es justo, favorable a ambas partes, pero no es el caso. Yo no veo una sola obra que merezca que este niño sin haber salido su carrera, ni haber ejercido un solo día profesionalmente en cinco años disfrute de una posición económica que a la mayoría de sayulenses no le ajustarían dos vidas para lograrlo. Tomemos en serio la política porque ella nos toma en serio a nosotros para bien o para mal, no salgamos con el barbarismo  el de "A mí no me importa la política". Ninguna de las obras, ni supuestos logros de Carrión lo avalan en sus beneficios económicos, que de ello obtuvo, dado que es un oportunismo cobijado de una impunidad criminal, su actuar como presidente municipal  ¿En serio vamos a seguir siendo cómplices de esto? Nos vamos a vender por espejitos, porque las bandas en Usmajac, el jardín truena drenajes, lo de "ciudad Sayula", el kiosco reloaded y el desfile gay, son un teatro romano que tiene un actor principal el maniquí siniestro que gobierna con una sonrisa sarcástica y macabra; yo le pregunto a Sayula en el tiempo de la trasformación de México ¿En serio Sayula? ¿En serio?


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