El concepto de la nada en la obra de Rulfo.
Por: Rodrigo Sánchez Sosa.
Juan Rulfo, el escritor, el creador, el icono de la literatura hispano americana del siglo XX; durante años ha fascinado a lectores e investigadores, no solo por su trabajo, sino por su personalidad, tan enigmática como su obra. Es conocida la polémica que el mismo Rulfo alimentó sobre su lugar de nacimiento. Su silencio después de la publicación de "Pedro Paramo", que limitó a algunas colaboraciones para cine, es motivo de estudios, tesis y especulaciones.
Su biografía y antecedentes familiares, desglosan la esencia humana del creador de "El Llano en Llamas", a tal grado que pareciesen una extensión de su propia obra o su obra una extensión de su biografía. Esto obliga a preguntarse: ¿Es Rulfo creador o personaje de su propia obra? Juan Rulfo, citado por Felipe Garrido dice al respecto: "En realidad nuca he usado, ni en los cuentos ni en Pedro Páramo, nada autobiográfico. No hay página allí que tenga que ver con mi persona ni con mi familia. No utilizo nunca la autobiografía directa. No porque yo tenga algo en contra de esta forma novelística. Es simplemente porque los personajes conocidos no me dan la realidad que necesito, y que si me dan los personajes imaginados"; agrega Garrido: aunque admite que "tal vez en lo profundo haya algo que no este planeado en forma clara en la superficie..."
Lo cierto es que Juan Pérez Vizcaíno creo a Juan Rulfo como parte de una obra integral. "Aunque no de forma clara en la superficie"
De entrada debemos entender que Juan Pérez Vizcaíno, es un creador, entendiendo a este como aquel que de la nada crea algo. No sólo aquél que le da forma a la materia, la informa, la estructura: el demiurgo, artífice artesano; sino aquel que, como decía Aristóteles, es capaz de arrancarla algo a la nada.
Se dice que Aristóteles en una ocasión entró con sus discípulos, los peripatéticos, por su costumbre de enseñar mientras caminaba; al taller de un escultor, al mirar un bloque de mármol que estaba a punto de ser trabajado por el artista, dijo a sus discípulos: "contemplen ustedes, la nada real…" señalando el bloque de mármol. Si bien los griegos nunca asumieron la idea de la creación ex nihilo, es evidente que Aristóteles entendía el poder creativo del artista frente a la nada, dada la jerarquía que los escultores tenían en el mundo griego como artistas creadores, y que a su vez los diferenciaba de la habilidad del artesano o demiurgo, quien embellecía las formas de la materia copiando con mayor o menor perfección los prototipos ideales.
La nada como concepto en la obra de Rulfo, nos llevará a interesantes inferencias filosóficas implícitas en su trabajo.
Cito a Rulfo durante la entrega del premio nacional de literatura en 1970: "Por ahora no recuerdo quién dijo que el hombre era una pura nada. No algo, ni cualquier cosa, sino una pura nada…"
Martín Heidegger filósofo alemán, es muy probablemente la referencia de Rulfo. Para Heidegger la nada es: "subjetividad pura que se experimente en el temple de la angustia…"el hombre para Heidegger se pierde en las preocupaciones de la vida cotidiana, y la forma de encontrarse es por medio de la angustia que genera el estar al borde de la nada, de ser nada. A través de la experiencia en la conciencia de la muerte el hombre se vuelve medio para que se manifieste el ser. Y como una creación artística, surge de la nada algo, el hombre. La estructuración de la conciencia. Dirá Heidegger.
Antes ya había dicho Schopenhauer: "La voluntad de vivir somos nosotros, la voluntad de vivir es también nuestro mundo. Es evidente que la voluntad de vivir está destinada al fracaso, puesto que todo ser vivo debe morir…este mundo tan real, con todos sus soles y nebulosas, no es tampoco otra cosa más que la nada. Ante nosotros no resta más que la nada".
Esa voluntad de vivir se vuelve angustia en los personajes de Rulfo: "Espere treinta años a que regresaras, Susana. Espere a tenerlo todo. No solamente algo, sino todo lo que se pudiera conseguir de modo que no quedara ningún deseo, sólo el tuyo, el deseo de ti."
"Mientras el miedo nace de un peligro determinado, la angustia no tiene causa especifica, sino que es el vértigo de la libertad: es decir, la ansiedad paralizante, la nausea psíquica que se apodera del individuo cuando examina las infinitas posibilidades, tanto positivas como negativas, que incumben a su existencia"
Una angustia que no viene de fuera, como decía Kierkergaard: "sino, que es, la angustia que el mismo hombre produce…esa angustia que, destruye todas las perfecciones descubriendo todas sus ilusiones… Ningún inquisidor tiene preparadas torturas como la angustia. Ningún juez por sutil que sea sabe interrogar tan afondo al acusado como la angustia…"
El hombre como pura nada. El hombre de la obra de Rulfo es un ser impulsado existencialmente por su angustia, angustia de la nada. La muerte es una constante en el mundo rulfiano, fin y principio del ser, de la realidad. La obra de Rulfo emparentada con la de Faulkner ("La paga de los soldados" y "Sartoris"), Dos Passos ("Manhattan transfer") y Hemingway ("El Viejo y el mar"), comparte con estas conceptos y recursos expresivos, una generación cuya literatura no se centra en los sentimientos, sino en la angustia del alma, ahondando más en el ser del hombre. Felipe Garrido. "Rulfo se esforzó por dejar que esta profunda angustia existencial se manifestara por las palabras mismas de los personajes, por su acción desnuda, sin necesidad de aclaraciones del autor." (Extracto de un ensayo leído en la semana rulfiana del año pasado)
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