viernes, 2 de mayo de 2014

Temas de Interés
Por Arturo Fernández Ramírez
A cuidarse de los bancos agiotistas
Muy a propósito de la nota periodística publicada la semana pasada en Horizontes sobre la sucursal de Banco Azteca que se encuentra en nuestro municipio de Sayula, bien vale la pena hacer algunas reflexiones en torno a las prácticas de agiotismo no solo de Banco Azteca sino también de muchas otras instituciones, organizaciones y personas que aprovechando que cuentan con recursos económicos suficientes, abusan de las necesidades de quienes no tienen ni para lo más básico.
En primer lugar el abuso se genera cuando por alguna necesidad apremiante nos vemos obligados a pedir dinero prestado, por lo que ante la urgencia de poder disponer de un recurso económico, aceptamos todas las condiciones que nuestro prestamista imponga, es decir, en esos momentos de preocupación o angustia, no pensamos más allá, no razonamos lo que vendrá después con esas condiciones evidentemente leoninas.
Lo único que nos importa en ese momento es salir del apuro, de la urgencia, de la situación que nos orilló ir a pedir dinero prestado.
Después ya viene el problema cuando nos damos cuenta de que por las condiciones en que recibimos el dinero, léase intereses usureros, simplemente no podemos pagar la deuda, si acaso en los primeros meses podemos cubrir los intereses pero después poco a poco estos nos ahogan hasta que se llega al grado de que ni siquiera ya los podemos pagar so pena de quedarnos sin comer o de darles de comer a nuestros hijos.
Presentándose aquí la disyuntiva, o pago los intereses de mi deuda o les doy de comer a mis hijos. Obviamente decidimos por esto último y empiezan nuestros retrasos en el pago de los intereses.
La reacción de nuestro prestamista no se hace esperar y en lugar de acudir a un Juzgado para que de manera institucional se hagan los requerimientos formales y conforme a derecho, no, lo que hacen son las "gestiones extrajudiciales" para tratar de recuperar con más celeridad su dinero. Y aquí es en donde se da un nuevo abuso, ya que aprovechando que en la mayoría de las veces los deudores viven en extrema pobreza, se hacen presentes al domicilio personas que se dicen abogados y amenazan y amedrentan no solo a los deudores sino a toda la familia. Se ha llegado a extremos de simular embargos y sacar bienes del domicilio del deudor. Esto, aparte de un vil abuso, también es un delito.
Por ello es importante que la sociedad se organice para evitar y erradicar estas prácticas totalmente ilegales.
No es posible tolerar este tipo de abusos por parte de quienes teniendo la suficiente solvencia, quieren explotar su riqueza a costa de los que menos tienen.
Ojala que hubiera condiciones de organizarse por parte de la sociedad.
Recordemos que a inicios de los 90's se gestó un movimiento genuino en contra de los abusos de la banca, sí, me refiero al Barzón, que libró grandes batallas no solo en vía de protestas, sino también por la vía legal. Lamentablemente poco a poco sus fines se fueron desvirtuando hasta que perdió fuerza. Pero no deja de ser un claro ejemplo de que organizados se puede tener una defensa mejor y se puede, sobre todo, poner un alto a quienes lucran con la necesidad de quienes no tiene a veces ni para comer. Esperemos entonces que en realidad se organicen los deudores y frenen los abusos de los que hoy en día son objeto. Comentarios y sugerencias al correo electrónico arturferam@hotmail.com

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