lunes, 4 de noviembre de 2019

                 EL DIA DE MUERTOS

Por Arturo Fernández Ramírez
Nuevamente ya está aquí la fecha en que nuestro país recuerda y festeja la memoria de los difuntos, de los que ya se fueron de este mundo terrenal, de los que ya cumplieron su misión, de los que ya fueron llamados a cuentas por el supremo creador, de los que seguramente ya descubrieron y conocieron los enigmas y misterios que encierra la muerte.
Y por supuesto que da mucho gusto que esta celebración prehispánica, que ha perdurado a través de los siglos, que ha sobrevivido a las invasiones, conquistas y vaivenes sociales y políticos de nuestra nación, sigue viva y parece ser que cobrando más fuerza y arraigo en las generaciones presentes y futuras.
Como lo hemos dicho, hace algunas décadas parecía que se extinguía esta gran tradición, al menos en algunos estados y municipios, como Sayula, Jalisco, donde casi nadie la festejaba o al menos no en forma generalizada como ahora se hace, parecía que había ganado todo el terreno el llamado Halloween.
Afortunadamente amplios sectores sociales, educativos, políticos y autoridades, no sabemos si fue en forma organizada y planeada de manera conjunta o fue aislada y coincidente, pero el caso es que todos iniciaron esfuerzos por revivir e inculcar nuevamente en la niñez, adolescencia y juventud, el festejo del Día de Muertos.
Los resultados ahora los vemos, desde el nivel preescolar las niñas y niños participan en esta celebración, lo que desde luego garantiza la continuidad de lo que se ha convertido si no en la única, sí en una de las pocas tradiciones culturales que nos dan arraigo e identidad como mexicanos.
Y es que, como también lo hemos precisado, el Día de Muertos es una tradición que mezcla lo enigmático, lo histórico, lo cultural y lo religioso, que nos ayuda a recordar a los seres queridos que ya se fueron y que, si bien su ausencia causa un dolor por el hueco que dejan, aun así, debemos mantener viva su memoria y qué mejor que con los rituales que envuelven a esta celebración.
Catrinas, altares, calaveras (versos), pan, visitas al panteón, rezos, misas, representan parte de esta gran tradición de festejar el Día de Muertos.
Una celebración formal y solemne por lo que significa para cada uno de nosotros la memoria de quienes ya fallecieron, pero esto no impide que también se preste a una diversión sana y ante todo respetuosa.
En fin, debemos sentirnos orgullosos de celebrar con todos estos rituales, el Día de Muertos y comprometernos a mantener viva esta tradición para que se siga celebrando por muchos siglos más. O usted qué opina. Comentarios y sugerencias al correo electrónico arturferam@hotmail.com

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