martes, 12 de noviembre de 2019

Especial para Horizontes...
La Playa de Sayula, patrimonio 
geológico de Jalisco y nuestra identidad
Reportaje de Investigación de  Rodrigo Sánchez Sosa, Cronista de Sayula 
En mi libro editado el año pasado, "Sayula del antiguo Tzaulan al Sayula de los Pérez Rulfo" (agotado ya), esbozo una teoría sobre la identidad, comienzo diciendo allí que la identidad es cultura y que la cultura es identidad, y que ambas descansan sobre la geología en un sentido axiomático. Y añado, que el vaso lacustre da la laguna de Sayula generó mediante un proceso la identidad local  y por ello, toda la cultura al margen de este gran lago seco de hermosos paisajes, desde hace por lo menos 13 mil años. Cultura que influyó en la región y más allá desde por lo menos el año 300  a.C. y hasta nuestros días.
El hecho que ahí señalo, da cuenta de cómo el paisaje y la geología, dieron origen a una concepción particular del mundo con la que se toparía el conquistador español en 1522, en un lugar delimitado por el valle de la cuenca de la playa conocido entonces como el señorío de Tzaulan. Y me arriesgo a proponer que, "Tzaulan" no era solamente el nombre de un asentamiento particular capital del señorío prehispánico, sino que era el nombre con el cual se conocía a la misma Playa y  esta como ente abstracto y figura metafórica de la vida, pudo haber sido considerado un sitio sagrado e incluso una deidad, asociada a Tlaloc y Quetzalcóatl y cuya traducción sería: El lugar de los moscos o moscas de agua; haciendo referencia a los humedales de la cuenca endorreica de la Playa de Sayula.
Lo que a continuación leerá es un estudio de la Universidad de Guadalajara sobre el patrimonio geológico de Jalisco, donde concluyen los investigadores, apoyando la tesis de la importancia de la geología en la formación de la cultura y por ello de la identidad de las comunidades humanas que surgen en determinadas formaciones geológicas cuyos paisajes inciden en la cosmogonía de dichas culturas que, las formaciones geológicas involucradas en tal proceso tienen carácter de patrimonio. Al igual que en mi libro (sin que yo cite allí este estudio ni lo conociera hasta el día de hoy), ahí se infiere que las manifestaciones refinadas de la cultura como el arte, se ven condicionadas por la identidad de su creador, es decir que los paisajes y la tradición cultural de determinado sitio surgida de aquellos, se reflejan en la obra de los grandes creadores de Jalisco - en mi caso yo propongo a Juan Rulfo - no sólo como referentes estéticos obvios sino en su profundidad simbólico-cultural de donde emerge una identidad particular compartida. Pero esto se extiende a toda la actividad humana y no sólo al arte, es una visión particular de la realidad que surge de nuestro entorno. La tradición, toda, de un pueblo, será tan compleja como su entorno geológico. Todo lo que hacemos en Sayula esta emparentado con la obra de los creadores locales como Rulfo, Francisco Cárdenas, Severo Díaz o los artesanos como Epigmenio Vargas; todo, incluido nuestro carácter comunitario. Así podríamos decir que los sopitos de la Güera, las danzas tradicionales, la cuchillería, el tatemado y hasta las cajetas, tienen que ver con Pedro Páramo, con un Vals famoso en el mundo entero: "Viva mi desgracia”; la predicción del clima y la ciencia y astrofísica jalisciense, así como con  la enigmática cerámica de belleza inigualable de Vargas. Todo lo cual no es producto de un individuo excepcional, único y aislado, sino de una comunidad excepcional su identidad y particular geología: la playa de Sayula, patrimonio de Jalisco y la humanidad:
" …Jalisco tiene 12 sitios merecedores de la categoría de patrimonio geológico, según el inventario de sitios realizado por el Instituto de Medio Ambiente y  Comunidades Humanas, de la Universidad de Guadalajara, que estudió formaciones rocosas, estructuras, formas, paisajes, yacimientos y su valor científico, cultural, educativo, estético y ecológico.
En 1991 la Declaración Internacional de Digne, Francia, señaló: "El patrimonio geológico es el bien común de la Humanidad y de la Tierra. Cada persona, cada gobierno, no es más que el depositario de este patrimonio. Cada cual debe comprender que toda predación es una mutilación, una destrucción, una pérdida irreparable. Cualquier forma de desarrollo debe tener en cuenta el valor y la singularidad de este patrimonio".
La docena de sitios reconocidos en Jalisco como patrimonio, incluyen montañas, lagunas, cañones, mesas, islas y formaciones volcánicas únicas. De las zonas de montañas se consideran cuatro: volcán de Fuego, volcán Nevado, cerro de Tequila y cerro Alto. El volcán de Fuego, ubicado en la región sur, es el más activo de México y es considerado el hogar del dios del fuego (Colima viene de Coll que significa abuelo, al ser el fuego el dios más antiguo). El volcán Nevado es la máxima altura de Jalisco, el único parque nacional del estado y el único sitio para encontrarse con la nieve. El cerro de Tequila, al igual que el volcán de Fuego, fue considerado sitio sagrado y a sus alrededores se establecieron grandes culturas; de las obsidianas y agaves en el cerro, se derivó el nombre de la bebida nacional, y está incluido dentro del paisaje agavero, patrimonio de la humanidad. El cerro Alto, que forma parte de la reserva de la biosfera Sierra de Manantlán, es un piso marino que por efecto del levantamiento tectónico se tiene a una altura mayor a los dos mil metros sobre el nivel del mar; es la única zona calcárea kárstica, como la que origina los cenotes en el sur del país.
Se consideran dos lagunas: la de Chapala y la de Sayula, que en algún tiempo estuvieron unidas. En la actualidad, Chapala conserva el valor de ser la acumulación natural de agua continental mayor de México y sitio ceremonial del pueblo huichol. La laguna de Sayula, que actualmente está reconocida como un humedal de importancia mundial, es un paisaje único, hábitat de aves migratorias y sitio en donde se han encontrado diversos fósiles que han permitido reconstruir la historia biológica de Jalisco. De cañones, se identificaron dos: el cañón del río Grande, o barranca del río Santiago, y el cañón de Bolaños. El primero es un corredor de las selvas de las costas de Jalisco y contiene las únicas áreas protegidas por municipios (Guadalajara y Zapopan). El segundo es la máxima expresión de una erosión de millones de años, de una riqueza histórica ligada a la minería y uno de los paisajes de gran valor en el estado, que puede ser un puntal del desarrollo de la región norte.
Se ha identificado también la Mesa Redonda, paisaje de meseta volcánica única en su formación, ligada a la resistencia de los pueblos de los Altos durante la guerra cristera.
De las islas, se encuentran los Arcos en Puerto Vallarta, que son las más cercanas al continente en México y la única zona de protección marina de Jalisco. En los sitios con formaciones únicas están las Piedras Bola, consideradas por su tamaño como manifestaciones volcánicas únicas que han despertado el interés internacional.
En la lista del patrimonio geológico se encuentra la formación volcánica del Bosque La Primavera, donde se presenta una gran diversidad de formaciones volcánicas, algunas únicas, como es el caso de la Toba Tala y los valles del centro del estado formados de jal, de donde viene el nombre de Jalisco, la roca más liviana del mundo, que conserva la humedad de la lluvia, y por ello es considerado como el valle productor de maíz más importante en la historia agrícola de México.
Una vez identificado el patrimonio geológico, es preciso iniciar su protección y difusión, como parte de una responsabilidad generacional. Jalisco cuenta con dos sitios patrimonio de la humanidad: el Instituto Cultural Cabañas, declarado en 1997, y el paisaje agavero (incluido el volcán de Tequila y las antiguas instalaciones industriales), declarado en julio de 2006.
  Patrimonio geológico del estado:
La cultura establecida a los alrededores del patrimonio geológico como el volcán de Fuego, es reconocida como una de las más emotivas de México, al dar el mismo valor a hacer una escultura de un dios, a la de una actividad cotidiana, como traer agua, o la de representar animales diversos, desde nutrias, pericos y, por supuesto, perros. Lo mismo sucede en el caso del volcán Tequila, donde se establecieron a sus alrededores los conocidos guachimontones o los sitios ceremoniales como Huizilapa.
Pero esa riqueza cultural asociada al patrimonio geológico no solo la encontramos en el México prehispánico, sino que en el siglo XX es interesante ver cómo aparece en artistas de talla mundial como José Clemente Orozco, Juan Rulfo, Carlos Santana, Juan José Arreola y Consuelito Velásquez, nacidos en la región sur y en sitios de paisajes excepcionales. Algunos investigadores como el argentino Raúl Vargas, no descartan que, a mayor diversidad paisajística, mayor sensibilidad y cultura." (Guadalupe Garibay, Arturo Curiel y Alicia Zúñiga. La Gaceta, sábado 22 de julio 2006, U de G. pp.52. )

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