martes, 29 de noviembre de 2022

 Política, pan y circo….

Por Rodrigo Sänchez Sosa


La máxima: "Al pueblo Pan y Circo" surge durante el imperio romano hace más de dos mil años. Nada nuevo, pero no por ello poco efectivo hoy. Una de las estrategias para distraer la atención de las fechorías de los políticos en el poder, hoy y entonces, era distraer al pueblo apelando al espectáculo lúdico primario. En el caso de Roma fue el gran Coliseo romano donde en nombre del "show bissnes", como le dicen los gringos, murieron miles de personas y animales para satisfacer el morbo del vulgo o pueblo, vuelto espectáculo de masas. Puede que los ejemplos en este momento sean abrumadores respecto del contexto político-social-económico que vivimos en todo el mundo. Estamos en un momento de encrucijada en la historia occidental. No se diga en México, y en tal marco, sumándose a las condiciones particulares de Jalisco, Sayula vive hechos inéditos en su vida pública.

De la forma más rudimentaria y poco creativa, el actual cabildo mayoritario junto al responsable de presidir el ayuntamiento de Sayula, Jalisco desde hace cuatro años, usan el recurso más obvio para mantener su reputación e imagen sino intactos públicamente si fuera de foco: Pan y Circo, con lo cual apuestan a que  se olvide su pésimo actuar en varios rubros de la administración pública de este municipio centenario. Son tantas las anomalías por negligencia e incapacidad, incluso irresponsabilidad que no podría abordarlas todas. Así que, nos ocuparemos solamente del rubro patrimonial que intentan solapar con pistas de hielo, roscas gigantes de reyes, birria y tatemado gratuitos y los más burdo, usar programas del gobierno del estado como iniciativas exclusivas del gobierno municipal que apelan a sobre valorar la imagen del ayuntamiento local, principalmente del titular del mismo y su hermana la presidenta del DIF, muy obvio ¿No? ¡Burdo pues!

En fin, pero, para no parecer ni ser injustos partamos de conceder sin admitir lo que en defensa de la depredación patrimonial se pueda esgrimir. Comencemos por el edificio del ex Kínder Celso Vizcaíno y el proyecto en obra negra del Páramo en 2019: Oficialmente no se ha dicho el motivo por el cual se demolió ese inmueble en pleno centro histórico, pero admitamos lo que los apologistas del hecho y perpetrador argumentan. Tiene que quedar claro antes que, dado que no existe acta de cabildo donde conste legalmente la aprobación de esa demolición en la cual se tiraron a la basura cuatro millones de pesos de dinero público, habrá que adjudicársela a un particular que a título personal tomó la decisión. Pero dejémoslo hasta allí. Sigamos, dicen los que en su momento aplaudieron el hecho de marras que, quien tomó la decisión hizo lo correcto, ya que aquello era un muladar abandonado y foco de infección para los vecinos, daba mala imagen al centro  y además era el monumento a la corrupción del ayuntamiento anterior al actual (con ya dos periodos), cosa esta última que nunca se demostró ni hay denuncia de tal ante el MP competente. Pero, admitamos sin conceder que el hecho fue un favor a Sayula ¿En que nos benefició? El sitio sigue en abandono, afea el centro histórico, sigue siendo un foco de infección para el vecindario, la evidencia de la supuesta corrupción se ha destruido y además el municipio fue multado por cinco millones de pesos por ello, cosa que se está pagando o pretende pagar con venta de terrenos del municipio en remate. Según un vídeo, de sus ya acostumbrados, el presidente dice que ya se resolvió el entuerto del Páramo y pronto tendremos zócalo (sic); bueno, eso, ni lo comentaré por falso y doloso. Siguiente caso: La desmantelación del foro de la biblioteca municipal. Se argumenta que el foro era obsoleto, estaba en malas condiciones y su capacidad era rebasada por la demanda actual para foros del municipio. De nuevo ¿En qué benefició a Sayula? Todas las razones esgrimidas para justificar su desmantelamiento, son ridículas y no se sostienen. La pregunta obvia y que se haría igual en el caso anterior ¿Por qué lo hicieron? no era necesario, existían otras alternativas menos destructivas como remodelar el foro o gestionar el termino, en el caso anterior, del proyecto una vez aclaradas dudas sobre su gestión original. Allí es donde el asunto se vuelve irracional ¿Por qué se hizo así? No hay respuesta.

Luego se pone más oscuro: Después de al menos 3 años de abandono, el quiosco central de Sayula, se deterioró a tal grado que, la mejor solución que encontró nuestro perito presidente municipal y sus asesores en restauración, que luego declararían públicamente que fueron dejados fuera del proyecto de demolición del cimborrio de este monumento de más de cien años de existencia; fue demolerlo y hacer uno nuevo. Los defensores dicen que fue una remodelación, que sólo se substituyo el "techo" viejo e inservible de madera corriente. La última y más ridícula argumentación dada por el primer círculo de aduladores del presidente municipal, es que el quiosco no era el techo sino la herrería y las bancas del jardín, donadas por Porfirio Díaz a Sayula; bueno, esto una completa sandez, que ya demostré en otro lugar con fuentes documentales, que es una completa tontería, baste decir que ni el quiosco lo donó Díaz a Sayula, ni tiene sentido alguno lo de la herrería, una completa estupidez. Finalmente tenemos el caso de  Santa Inés. La demolición de los montículos de mil años. Dicen los apologetas del señor presidente municipal que nada tuvo que ver el señor Carrión, que quienes actuaron fuera de la ley fueron los dueños del terreno y los arrendadores, no se les otorgó ningún permiso en obras públicas, ni presentaron documento alguno para intervenir el predio frente al CBTA. Los más tontos que intentan justificar tal barbarie, dicen que allí no existía ningún vestigio prehispánico, que aquello era un muladar, un basurero, un nido de adictos. No discutiremos aquí, porque no tiene sentido, luego de que el INAH dijese al periódico Excelsior de la ciudad de México que dicha zona estaba dentro del catálogo de bienes nacionales protegidos; si es legal o no la intervención del sitio que hace mucho debió ser expropiado para proteger el patrimonio que allí se encontraba.

Como vemos, no solo no hay justificación sino que no existe una explicación medianamente racional a lo que se hizo. La mayoría de la gente del municipio dirá que ninguna de estas cosas le afecta directamente, que para el día a día de los miles de sayuleneses es irrelevante el que se demuela si usted quiere todo el centro histórico y en su lugar se levante un balneario con piscinas y toboganes, muchos dirán que al contrario, los viejos y apolillados portales "ya pasaron de moda" y hacer algo más moderno, sería más atractivo. Pero bueno, en ese caso Sayula no solo tiene el gobierno que merece sino el circo en que se esta convirtiendo en su infraestructura urbana.

La distracción lúdica, un elemento no solo irresponsable con la vida civilizada sino evidencia de pensamiento pre racional, no es precisamente algo para enorgullecerse ni para mostrar el nivel de educación en Sayula. Pero hasta el día de hoy es lo único a inferir de los argumentos que justifican barbaries como la que hemos atestiguado los últimos cuatro años en este pan y circo de la actual administración municipal en Sayula.


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