miércoles, 14 de agosto de 2024

 De nuestro Álbum de los Recuerdos


(Por Federico González Alfaro)-
Horizontes, cuenta con un valioso acervo fotográfico, que nos ayuda a comprender y disfrutar de la historia de Sayula. Nada como una buena imagen.

El día 7 de Junio de 1911, se sintió en Sayula un fuerte sismo de magnitud 7.7 en la escala de Richter y de 7.8 en la escala de Mercalli. Su epicentro fue en la costa de Michoacán y coincidió con el día que Francisco I. Madero hacia su entrada triunfal a la Ciudad de México. Por este hecho se reconoce a este temblor, como el terremoto maderista. Este sismo, desgraciadamente, afecto estructuralmente a la antigua torre de la Parroquia de Sayula.

La torre original era muy diferente a la actual desde su arranque. De mayor calidad y sobre todo, fue de diseño original de un hombre ilustre de Jalisco, el Ing. Manuel Gomez Ibarra. Esta torre, remataba en un chapitel o aguja idéntico a los de la Catedral de Guadalajara, construidas por el mismo Ingeniero en 1851.

Los azulejos que revisten a la catedral de Guadalajara, fueron elaborados aquí, por el artesano Epigmenio Vargas, así que la antigua torre de Sayula, fue contemporánea a las de Guadalajara, por lo tanto, como era de esperarse, el Ingeniero Gomez Ibarra, tenía una muy cercana relación con Sayula.

Desde el primer cuerpo de la antigua torre de la parroquia de Sayula, se nota la mano de un experto. Los finos detalles que se aprecian, solo un ojo educado los puede disfrutar.

Por ejemplo este primer cuerpo de la torre, arranca con un par de arcos de medio punto toscanos en cada frente, albergando a las campanas del templo.

Ya en el segundo cuerpo, se aprecian cuatro ménsulas invertidas apareadas con lucernas ovales, del que arrancan los remates en pináculos platerescos.

El tercer cuerpo, es el más característico, su Chapitel o aguja, diseño muy escaso por estas tierras. Si no se ejecuta correctamente, se ven ridículos como en Cd. Guzmán, no siendo este el caso en la antigua torre de Sayula.

Es una verdadera lástima, que no se hubiera tratado de reconstruir la Torre en base al diseño original del Ingeniero Gomez Ibarra, posiblemente porque el Ingeniero ya había fallecido (1896).

En lugar de ello, se opto por un diseño completamente nuevo, totalmente distinto al original. No se puede argumentar que no había recursos para ello. La reconstrucción del actual templo parroquial fue costosa y se ve que no se escatimaron gastos. Analizaremos a detalle cada pieza del templo parroquial, para poder asimilarla y/o disfrutarla. Concentrándonos únicamente en sus elementos estéticos, dejando el aspecto teológico aparte. (Archivo/Horizontes)

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