viernes, 3 de septiembre de 2010


Temas de Interés

Por Arturo Fernández Ramírez

¿Celebrar o no el bicentenario?

Indudablemente la situación económica, política y social por la que atraviesa nuestro País, donde más de 70 millones de mexicanos están sumidos en la vil pobreza, donde una oligarquía es la que en realidad gobierna en nuestra República y donde la desigualdad y rezago social cada día se acentúan más; hacen pensar a muchos que no hay razón para festejar el bicentenario del inicio de la Guerra de Independencia.
Esta situación actual representa un fracaso total del sistema político y que por lo tanto, a doscientos años de haber iniciado la emancipación de México, no hay grandes diferencias para las clases sociales tradicionalmente vulnerables y que sufren de carencias y falta de oportunidades.
Son millones los que están desempleados, pero son más millones los que trabajan percibiendo salarios de hambre que difícilmente les alcanza para comer, ya no se diga para satisfacer otro tipo de necesidades que también son básicas para el ser humano. En pocas palabras, no hay desarrollo económico que genere oportunidades para el grueso de la población. Esto representa una esclavitud porque se tienen que laborar dobles jornadas para que el salario alcance a satisfacer lo más indispensable.
La clase política cada día pierde más credibilidad frente a una sociedad que aunque no se ha atrevido a asumir una actitud activa y participativa para influir con peso en la toma de decisiones, reacciona con la apatía y desdén a los procesos electorales, provocando así una clara falta de legitimación en muchos de los gobernantes, sobre todo en aquellos que sin el menor pudor arriban al poder mediante acciones fraudulentas y burlando la voluntad de los pocos que aún acuden a las urnas.
En resumidas cuentas el panorama no es nada alentador, la Independencia en realidad no nos ha traído el progreso que como Nación seguramente se pensó aquél 15 de Septiembre de 1810 cuando se tomaron las armas contra España. Por eso muchos sostienen que no hay nada que celebrar con motivo del bicentenario.
Sin embargo, respetando y coincidiendo por supuesto con todos los anteriores puntos de vista, considero que sí hay razones para celebrar el bicentenario.
En primer lugar, el ciclo de cien años es algo que a quien le corresponde vivirlo debe ser motivo de reconocerlo por la coincidencia.
En segundo lugar, independientemente de las condiciones en que nos encontremos en la actualidad, sea igual o peor de cómo estábamos antes de la Independencia, lo que en realidad debemos tomar en cuenta es el sacrificio y valor de quienes se atrevieron a arriesgar y dar su vida por un ideal, por un cambio.
Podríamos decir, que merece la pena celebrar y conmemorar lo que aquellos hombres y mujeres hicieron. Y por lo tanto, debemos tener muy presente que ellos hicieron lo propio y por ende, no son los culpables de nuestra situación actual, al contrario, es responsabilidad de nosotros.
Debemos festejar el bicentenario como un acontecimiento histórico de gran trascendencia en el que hombres y mujeres dieron su vida por un México independiente creyendo firmemente que así mejorarían las condiciones de los campesinos, de los esclavos, de todos los que eran explotados.
Si hoy a 200 años las cosas no han cambiado de manera sustancial, eso no debe ser motivo para desdeñar ese acontecimiento, al contrario debe ser motivo para festejarlo con mayor vehemencia pero para tratar de seguir el ejemplo del valor y aplomo que tuvieron quienes, insisto, por un ideal estuvieron dispuestos a dar su vida.
Por eso y muchas razones más creo que sí debemos festejar el bicentenario. El hecho de no vivir en las condiciones deseadas no cambia la historia ni es culpa de los insurgentes, es culpa de nosotros, ya que somos los artífices de nuestro propio destino. O Usted qué opina estimado lector. Sugerencias y comentarios al correo electrónico arturferam@hotmail.com


No hay comentarios:

Publicar un comentario