Por Hugo Rodríguez Vázquez
Empresas sayulenses arremeten contra "fuereña" que paga mejores salarios y prestaciones a trabajadores
Comentarios diversos llegados a la redacción de Horizontes, señalan que empresarios sayulenses arremetieron contra empresa fuereña ya asentada en el municipio, oiga usted, "porque paga mejores salarios y prestaciones a sus trabajadores". Por increíble que parezca de ese tenor son las denuncias y comentarios que se realizan al momento en el municipio, de que empresarios locales protestan porque otros empresarios honestos les pagan como se debe a sus trabajadores. Parecería que les sugieren algo asi como, "no les des ese trato a la chusma, mantenlos como nosotros, como esclavos y con un mísero salario". Sin que tengamos pruebas de lo anterior ya que son testimonios expresados a reporteros de Horizontes, pero al parecer se trata de que la empresa que fabrica productos de la afamada firma De La Rosa, del ramo de la dulcería por todos conocidos, mantiene ya una producción importante de siembra en nuestro municipio y les paga a sus trabajadores salarios mejores que los que se devengan comúnmente y con prestaciones completas o al menos mucho mejores que los que reciben otros trabajadores. Pues esta situación, se comenta, molestó sobremanera a ciertos empresarios locales quienes habrían ido a reclamar airadamente a la nueva empresa los mejores salarios que estaban pagando a sus trabajadores.
Por años se ha manejado que en Sayula los caciques locales, tanto políticos como económicos, ahuyentaban a los nuevos inversionistas o empresas que intentaban establecerse en el municipio para no perjudicar sus intereses ya que al arribo de nuevas empresas éstas pagarían mejores salarios a trabajadores y en todo caso les ahuyentaría del personal que necesitan porque éstos emigrarían hacia otras empresas que les paguen mejor. Incluso a través de los años hemos conocido versiones con casos concretos como que aquí se pensaba instalar una fábrica de municiones para el ejército y otras empresas que ante su anunciado arribo de inmediato actuaban los caciques para obstaculizar por cualquier vía que se concretara tal venida de nuevas empresas y fábricas. Observando el caso actual, como que empezamos a creer que tales versiones acerca de los caciques eran ciertas de verdad.
La reforma es laboral, no educativa, habla un maestro
Mucha prisa tiene el gobierno de Peña Nieto por acabar con la educación pública. Por lo pronto, su iniciativa de reforma laboral, presentada como educativa, parece navegar por terrenos tranquilos por cuanto a los pactistas y al Congreso se refiere. Las conquistas y derechos laborales del magisterio quedarán sepultados bajo la lógica de un eficientismo patronal que ignora la realidad social, la historia, el contexto y la trascendencia y relevancia específica del magisterio en la construcción de la identidad nacional. Ellos, los patrones, son los verdaderos promotores de tan aberrantes propuestas de reforma que ponen literalmente a los maestros a trabajar bajo la espada de Damocles. Ellos son los que gobiernan. Ahí están los hechos. Ya vendrán, más adelante, otros argumentos para justificar la cadena de ignominias recientes que intentan demoler, gradualmente, la educación pública.
Mientras, nos exhibirán, en sus canales de televisión que monopolizan la información; nos dirán violentos, inmorales que abandonan las aulas y asaltan las calles, enemigos del progreso. Pero la verdadera razón no está sujeta a pactos, medios ni grupos económicos. La verdadera razón está asomándose a las calles, exigiendo sus derechos, reclamando lo que por derecho les asiste. Los maestros no somos trabajadores de excepción y, por tanto, no debemos estar sujetos a leyes arbitrarias y a capricho del patrón. No tenemos los medios televisivos. No tenemos sus recursos económicos. Nuestra fuerza está en la razón, la justicia y la organización social. Esto no se acaba en el Congreso. Alfredo Villegas Ortega
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