sábado, 29 de noviembre de 2014

      TEMAS DE INTERES
Por Arturo Fernàndez Ramìrez
¿LA FUERZA PÚBLICA PARA ACABAR CON LAS MANIFESTACIONES?
Hace unas semanas comentábamos que el descontento social en nuestro país venía creciendo de manera significativa.
También decíamos que las causas reales de ese descontento eran, entre otras por supuesto, las acciones de represión que el gobierno llevaba a cabo.
Parece ser que el punto de referencia del crecimiento del descontento social o mejor dicho de las protestas y manifestaciones, ha sido Ayotzinapa, en concreto los estudiantes desaparecidos.
Para muchos la desaparición de esos 43 estudiantes ha sido el detonante para que México despierte, ya que contrario a lo que siempre pasa en la mayoría, por no decir que en todos los casos, cuando se suscitan hechos violentos, todo es cuestión de dejar que transcurra el tiempo para que las cosas se olviden y todo queda en la impunidad.
En cambio, ahora no ha pasado eso y por el contrario, cada día son más las organizaciones y sectores sociales los que se suman a las marchas, protestas e inconformidades en contra de nuestro sistema político.
Un sistema político que parece se tambalea, que parece estar en riesgo al no poder contener el descontento social.
Y por ello, resultan del todo desacertadas, inconvenientes y reprobables las declaraciones de Peña Nieto y otros altos funcionarios del gobierno federal en el sentido de enviar mensajes de que podría utilizarse la fuerza pública en contra de las manifestaciones.
Sería un grave error pretender sofocar el descontento generalizado a través de actos de represión, ya que como lo hemos expresado, una de las principales causas de estos brotes de inconformidad social se deben a la represión que ha ejercido el gobierno, entonces, pensar en más represión, sería tanto como echarle más leña al fuego.
Es necesario que el gobierno federal analice seriamente las causas de ese descontento y de los brotes de violencia.
Y aunque sabe perfectamente las causas de esas protestas, es imprescindible que perciba que usar la fuerza pública en las actuales condiciones de nuestro país, traería más consecuencias fatales para todos.
Lejos de acabar con las manifestaciones, aumentarían. Por eso, no es conveniente que se piense en la represión para acabar con las protestas sociales que no solo a nivel nacional sino internacional, se vienen generando en contra del gobierno federal.
Por lo demás, podemos decir que están ya muy próximos los tiempos electorales, en escasos cuatro meses estarán dando inicio de manera formal las campañas políticas.
Y si bien es cierto, el hartazgo es prácticamente hacia todos los partidos políticos por ser de una u otra forma corresponsables de nuestra situación actual, las pilas de los inconformes están enfocadas de manera principal en contra del PRI por ser quien lleva la responsabilidad mayor porque, con fraude o sin fraude, está en el poder y es su obligación garantizar la seguridad y estabilidad social, no de la clase gobernante sino del pueblo en general que es a quien, se supone, se debe.
Entonces, lo ideal y deseable sería que toda esa inconformidad social pudiera ser canalizada hacia el próximo proceso electoral y que ahí, en las urnas quede de manifiesto que el pueblo, que el grueso de nuestra sociedad está harta de nuestro sistema político y del PRI.
Por lo tanto, las elecciones del próximo año serán un parámetro real para saber con precisión si este descontento social logra vencer a nuestro sistema político, principalmente al PRI o simplemente se diluirá en diversas expresiones de inconformidad que terminarán perdiendo su fuerza real y permitirán que nuevamente el PRI gane las elecciones. Veremos qué es lo sucede. Comentarios y sugerencias al correo electrónico arturferam@hotmail.com

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