domingo, 29 de octubre de 2017

La Cuesta de....Sayula

Nadie es dueño de las calles

Cuando vemos letreros como este se antoja preguntar si los dueños de las cocheras tienen el pleno derecho de exigir que “ni por un ratito” se puedan estacionar vehículos al frente de las mismas, ya que, hasta donde sabemos, las calles son propiedad comunal, es decir de todos. Aclarando que el dueño de la cochera ciertamente tiene el derecho de paso para entrar y salir cuantas veces sea necesario que se le tendrá que dar el paso a su vehículo, pero eso de no estacionarse “ni por un ratito”, mientras los conductores no estorben el paso del propietario de la cochera, salvo que la ley diga lo contrario, pueden estacionarse con la salvedad del caso en donde quieran, porque nadie es dueño de las calles.

Otra tragedia

Como damos cuenta en la nota de portada, sucedió otra tragedia que bien pudo evitarse, si tomamos en cuenta  que todo indica que se debió el percance fatal en el que murió un conocido vecino de Usmajac , a la acción de un irresponsable conductor que de acuerdo a las versiones de los vecinos conducía en estado de ebriedad ya que entró a la población a toda velocidad conduciendo el fatídico vehículo para luego dejarlo abandonado huyendo del lugar, dicen, al través del terreno contiguo al lugar de los hechos como rata en quemazón. Otras versiones apuntan que policías de la fiscalía lo habrían buscado por los alrededores sin que se tengan noticias al cierre de esta edición si fue encontrado o plenamente identificado. El caso es que siguen ocurriendo tragedias que enlutan familias, personas inocentes mueren al estar simplemente en lugar equivocado y encontrarse con este tipo de conductores lo que nos revela que ya nadie puede estar seguro en ninguna parte. Este bólido se subió a la banqueta, echó abajo un árbol y arrolló al anciano sin siquiera poder defenderse. La tragedia pudo ser mayúscula, tenemos que recalcarlo, a unos pasos se encuentra una escuela primaria así como un jardín de niños, no podemos ni imaginar siquiera que este engendro de chofer podría haber atropellado a más personas dadas las características en velocidad a la que entró a la vecina Delegación.  De sobra está comentar la necesidad que se tiene de una mayor vigilancia por parte del Departamento de Tránsito y Vialidad para tratar de inhibir las velocidades a las que transitan por las calles infinidad de vehículos, lo mismo los automóviles que las motocicletas, estas últimas, la cifra de accidentes se ha multiplicado exponencialmente porque su número ha aumentado en miles por ciento respecto a las que circulaban apenas hace unos años. Desgraciadamente los agentes de tránsito no han aumentado en la misma proporción, es lo lamentable.

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