martes, 21 de abril de 2020

        Política, politiquería y terrorismo. (Excelente Análisis)
Por Rodrigo Sánchez Sosa
Con las actuales condiciones que impone la contingencia de salud pública impuesta por la pandemia global de covid-19 a nuestro país, que sumadas al tsunami electoral que destruyó de un tajo el poder de la corrupción y la continuidad del control de México por los poderes fácticos del dinero y el crimen organizado; evidencia en toda su crudeza la mezquindad de la politiquería mexicana, su ignorancia y sus bajos instintos. Esa politiquería que encumbró y sostuvo a criminales como Genaro García Luna y otros, auténticos terroristas que usaban los medios tradicionales para mantener a la población aterrorizada, salen a luz de forma cínica y descarada, con cierta impunidad que se monta en la tolerancia de la verdadera democracia de un gobierno que intenta respetar el derecho a la libertad de expresión de los ciudadanos por igual. Otro método socorrido, pero cuyo fin era el mismo, manipular por el terror e imponerlo al pueblo, es sin duda, como el presidente de República hoy denuncia, la hipocresía ¿A dónde voy?
En momentos de una necesidad imperiosa del país por una unidad en torno a una amenaza común como es la contingencia de salud que vivimos, la oposición tanto de derecha como de izquierda, tiene su propia agenda elitista. No reconoce en este gobierno su mayoritaria en la representación del pueblo de México que ronda más del 60%. En su ya citadas hipocresía y mezquindad como método político, utilizan el miedo para intimidar a esa mayoría que no se identifica con su ruindad. Y valiéndose de la inercia y rezagos sociales de justicia y equidad, apela al racismo, al clasismo y a la ignorancia en la que se sumió al pueblo para controlarlo desde hace décadas. En algo que bien se puede tipificar como terrorismo social, esta gente impunemente en redes sociales y medios tradicionales, se dedica a difundir mentiras y verdades a medias, cimentadas en los rázagos ya citados que, pese a la fuerte que impactan en las mayorías, no han logrado su cometido por una sencilla razón, el pueblo, como dice el presidente de la República, no es tonto. En un primer momento, las estrategias mediáticas dolosas impacta, pero, el pueblo responde sabiendo de quien vienen y las luchas encarnizadas en redes sociales entre gente común y bots de la derecha, terminan anulando los fines siniestros. Lamentablemente, no en todos los casos se da el que el daño se evite.
Esta regulación de lo público entre el interés particular de sectores excluyentes y el interés colectivo de un pueblo que se decidió a sacudirse la tiranía de mafias y reyezuelos despóticos y sanguinarios con sus cortes de grotescos lame culos; implica un peligro que seguramente el gobierno federal ha previsto. La radicalización de la derecha (la izquierda radical ya lleva decenios). Quiero tomar aquí un frase de Juárez citada por el presidente de la República: "El triunfo de reacción es moralmente imposible." Lo cual es contundente. Pero, implica como digo, la radicalización de las posturas en defensa de intereses creados por la elite corrupta derrotada y la elite social atrincherada en su dinero. Y el ejemplo más significativo de esto es el último comunicado del Gobernador de Jalisco Enrique Alfaro. En este en plena pandemia en México llama a la fragmentación de la federación, es decir a la división del país. Con un cinismo que raya en la prepotencia ridícula, Alfaro se pronuncia como gobierno apoyando totalmente a los empresarios en su confrontación con el gobierno federal y llama a una revisión del pacto fiscal federal, acusando al gobierno de la federación de abuso contra la soberanía de los estados en materia fiscal. Aquí lo que llama la atención es el discurso agresivo y de confrontación que desde antes, este pequeño Mussolini tomó en contra del gobierno de México intentando liderar a un grupo de gobernadores de oposición de la República. La radicalización se denota por su adherencia a las posturas de la CCE que recientemente se manifestó en contra del plan del gobierno federal para el rescate económico de México tras la pandemia: nombrándose voceros de las pequeñas y medianas empresa de México, que producen el 80% de este sector, pidieron a su nombre condonación y prorrogas de pago de impuestos, cuando ellos adeudan, las empresa gigantes que producen solo el 20% de la riqueza nacional en ese rubro, 50 mil millones de pesos al fisco, y las pequeñas y medianas empresas tienen cuentas sanas con hacienda. Se ve pues que la postura de Alfaro tras estos CCE y Coparmex, es radical por absurda. Aun así este aprendiz de Al capone, junto con los otros gobernadores oportunistas, se pueden poner en su lugar legalmente y en el extremo declarar desde la cámara alta la disolución de los poderes en los Estados en rebeldía.
Lo preocupante es aquellos grupos radicales financiadnos clandestinamente por estos poderes económicos y políticos, que podrían pasar a organizarse en células terroristas para atentar contra los intereses del estado mexicano, que son los de todos los mexicanos, intentando crear el clima perfecto para sus planes de retomar el poder en México. Nada lejos de lo que pudiese pasar, este análisis. Al inicio de la administración del presidente López Obrador, la figura central e icónica del movimiento de trasformación, era el propio presidente. En un corto periodo de tiempo surgieron figuras igual de emblemáticas desde el gobierno Santiago Nieto, Marcelo Ebrad, Tatiana Cluhutier  y últimamente con fuerza y mucha simpatía entre los sectores y clases sociales de México, el doctor Hugo López Gatell. Esto complicaría los planes de un magnicidio, el asesinato de la principal figura con fuerza moral de la trasformación del país, López Obrador, ya no es tan factible, pues existen otras figuras que no logra opacar la derecha, ni tiene figuras que se le opongan. Calderón es un chiste que fuera de los bots de redes sociales sólo tiene una manada de incondicionales que no  lo logran impactar en número ni siquiera para ganar una presidencial municipal como la de Sayula. Y no hay más. Esto lejos de disuadirlos, los radicaliza más. Es muy factible que se comience una serie de sabotajes al gobierno de alto impacto y para mi ya comenzó, con el robo de insumos para el sector salud para enfrentar la etapa crítica de la pandemia. Lo que se hizo con el medicamento para el cáncer en días pasados, pero en una escala mayor dada la gravedad de la contingencia y su impacto social y económico. El fenómeno del alza de la canasta básica injustificado obedece al mismo fenómeno terrorista de sabotaje que aprovecha criminalmente, y esto los convierte en terroristas, la pandemia de coronavirus. Pero puede ir más allá, ya que moralmente derrotados no les queda más que recurrir al extremo del activismo, el terrorismo. Podremos ver a futuro, grupos radicales de derecha clandestinos dando de qué hablar en la prensa y los medios digitales, apuntando al terror, la violencia y a la creación de grupos dogmáticos religiosos, anti abortistas o pro separatistas. El México post covid, esta aún lejos, pero ciertamente la inercia de estos grupos radicales, será algo que habrá que sumar a la larga epidemia que el sector salud ha anunciado. Quiero compartir con ustedes a qué apela la derecha, para convencer, adoctrinar e impactar a los ingenuos, en estos momentos. Tras lanzar como punta de lanza a un artistucho de comedia que denuncia la falta de insumos para enfrentar la pandemia en un hospital de Tijuana, cosa que ya está totalmente desmentido, surgieron en redes las publicaciones de medios de derecha del país y extranjeros como el derechista argentino INFOBAE cuyo dueño de Gerardo Daniel Hadad, magnate de los negocios de la información en el cono sur, Hadad tiene un extenso currículum de falsedades, manipulaciones, propaganda negra y ataques indirectos contra cualquier cosa que huela a izquierda en América Latina. Apuntalado por esto y los rumores infundados se habló no solo de la falta de insumos, sino de una masivo contagio de médicos, enfermeras y personal de mantenimiento en hospitales públicos en México, lo cual corre como pólvora entre la gente de este sector a la que apenas le estaba llegando estos insumos luego de haberlos conseguido el gobierno federal en China la semana pasada. Esto, entorpece la actividad de contención del virus en hospitales públicos y repercute peligrosamente en la atención oportuna que se puede traducir en muertes innecesarias. Hay, sumando a esto, el rumor de el ocultamiento de cifras por parte del gobierno de muertos y contagiados. Todo ello, no soporta un análisis de datos duros, quedando en una campaña de terror orquestada por la derecha reaccionaria y moralmente derrotada, replicada por gente desinformada e ignorante que desconoce el alcance de su acción manipulada que, incluso puede obrar en su contra o en contra de su propia familia en un momento dado. Permítame con esto que sigue denunciar la actividad terrorista de esta gente sin principios ni moral, o más bien de doble moral como principio:
Datos duros: a 48 días (hoy 15 de abril) del primer contagio en México, tenemos 5, 399 contagiados y 406 fallecidos. A 48 días del primer contagio en Italia (7 de abril) 135, 586 contagiados y 17,127 fallecidos. Muy lejos México de terminar como Italia. Fuera del pánico doloso de la oposición y la desinformación producto de la ignorancia, los números ratifican el buen papel de la secretaria de salud federal.
En Italia, antes del cumplir un mes la pandemia en ese país, el 19 marzo, ya se contabilizaba con toda la protección proporcionada por un país de primer mundo a su sector salud, 2, 629 médicos y enfermeras italianas contagiados de covid-19, en México se calcula en menos de 80 contagiados en el sector salud. Lo que nos puede proteger es el pensamiento científico, no los rumores y las posturas políticas obsesivas que rayan en terrorismo contra el pueblo. El manejo de la pandemia en México se ciñe al método científico por parte de la secretaria de salud federal, algo al parecer incomprensible para la oposición de derecha y la oposición de odio clasista. Eso sólo obra en contra de todos. La ciencia es neutra, los números no mienten, el virus no distingue ideología, ni clase, pero, es sin embargo, manejable. El verdadero problema y más grave es la radicalización de estos sectores criminales de la politiquería en México. 

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