miércoles, 16 de septiembre de 2020

          La raiz invisible; comercio de esclavos 

africanos en Sayula, siglos XVIIy XVIII 

   Reportaje de Investigación de  Rodrigo Sánchez Sosa, Cronista de Sayula 

   Sayula, entre 1615 y 1769 se traficó con personas traídas de África y sus desentiendes en calidad de esclavos para las haciendas de la región. Don Joaquín Fermín de Echaurí y don Manuel Villaseñor Dávalos, vecinos españoles ricos de Sayula, amasaron grandes fortunas con este tráfico y otras actividades del comercio de la época. Don Manuel Villaseñor Dávalos era yerno de uno de los mercaderes de esclavos más importantes de finales del siglo XVII en la Nueva Galicia, don Juan


Bautista de Panduro. Joaquín Fermín de Echauri fue socio y administrador del viejo Manuel Villaseñor Dávalos en Sayula, al morir este obtuvo sus bienes, entre ellos un lote de esclavos, y casó con su joven viuda, asentándose en Sayula donde formó mayorazgos concedidos por la Corona española a este rico comerciante. El tráfico de esclavos disminuyó dado que su rentabilidad bajó para el último terció del siglo XVIII, luego de la muerte de Echaurí ocurrida en 1769. Don Fermín Joaquín de Echaurí financió varias obras publicas en Sayula entre ellas, el puente hoy del santuario y el sistema de abastecimiento de agua del Cedazo al poniente de la ciudad, fue dueño de la hacienda de Toluquilla, hoy San José de Gracia en Teocuitatlán, heredada a sus descendientes  por el último pariente de don Fermín de Echauri que conservó el apellido, Don Benito de Echaurí, rico hacendado e influyente vecino de la Guadalajara del siglo XIX. El apellido de este comerciante de esclavos como su fortuna, sobreviviría hasta nuestros días, paradójicamente no en sus familiares sino en los hijos de aquellos que esclavizó; ya que, dado que a los esclavos en esos siglo se les acostumbraba imponer el apellido de sus amos, en este caso el apellido Echauri sobrevivió hasta nuestros días en personas descendientes de hombre y mujeres traídos de África que terminaron mezclándose con los españoles y la población local en el sur de Jalisco durante los dos últimos siglos de la colonia en la entonces Audiencia de la Nueva Galicia, particularmente, La Provincia de Ávalos con alcaldía Mayor en Sayula. Hoy, bajo el bodrio de edificio del mercado municipal de Sayula, está sepultada la plaza de comercio donde fueron vendidos los esclavos de origen africano en Sayula durante el siglo XVII y hasta la segunda mitad del siglo XVIII, como si esa lapidación de tal espacio público en Sayula perpetuara el desprecio y el olvido de los esclavos que ayudaron a hacer prospera la región, e intentará borrar que en las venas de muchas personas en Sayula y toda la región sur de Jalisco corre sangre africana.

"Las fuentes primarias utilizadas (para el caso) proceden sobre todo del Archivo de Instrumentos Públicos de Guadalajara y de 115 protocolos notariales obtenidos en el curso de un estudio más amplio. Éstos presentan una cobertura temporal irregular y no sistemática, pero bastante nutrida, entre el fin del siglo XVII y el segundo tercio del XVIII. Ello  permite hacer estimaciones sobre el comportamiento de los precios de los esclavos en el ámbito comarcal y contrastarlos con información referente a la fluctuación poblacional de la época, así como con el flujo de importación de esclavos a la Nueva España. Luego de una niñez indecisa, el comercio de negros en América, alcanzó su plena madurez en el último tercio del siglo XVI. En 1580 la corona española se adueñó de Portugal y esa circunstancia propició que el mercado de esclavos en sus posesiones coloniales alcanzase niveles altísimos. Este auge se mantuvo hasta 1640, cuando Portugal y España se separaron de nuevo, pero la introducción de negros al continente siguió hasta el fin del periodo colonial. Sin embargo, el mercado novohispano se saturó en el siglo XVIII y por su cuarta década se sustituía ya el trabajo esclavista por el libre, con excepción de Tabasco y Campeche que estaban aún poco poblados y podían todavía absorber cantidades limitadas de negros esclavos. De acuerdo con Thomas Calvo -a partir de su estudio del Archivo del Sagrario Metropolitano de Guadalajara-. la importación de esclavos a la región culminó entre 1620 y 1624. En ese lapso se bautizaron ahí 76 negros adultos de los cuales dos terceras partes eran mujeres. Ello…reforzó al grupo afromexicano (en Jalisco). Así a principios del siglo XVII, el 40% de los bautizados en Guadalajara eran hijos de padre o padres desconocidos, en tanto que hacia la mitad del siglo la incidencia de bautizos en esas condiciones creció hasta alcanzar la altísima cifra de casi el 60%. El abultamiento de la curva demográfica parece tener su origen en el crecimiento de la introducción de esclavos en las décadas previas.  A principios de siglo XVII, según la reconstrucción de Calvo, seis de cada siete esclavas no habían tenido marido y cuatro quintas partes de los infantes nacidos en ese sector de la población eran ilegítimos, constituyendo la mitad de los hijos naturales de la ciudad. Pero por 1720 las cosas habían cambiado ya que en el lapso transcurrido desde entonces hasta 1724 un mulato de cada cuatro casaba con española o mestiza. Ante este panorama no es difícil imaginar el volumen de mezcla de sangre negra que tuvo la vieja población "criolla" tapatía sobre todo en el siglo XVIII, y no me refiero tan sólo a su sector pobre, sino también al grupo dominante. Por ejemplo, tenemos a don Agustín Gamboa, el más rico comerciante de entonces en la ciudad. Este enviudó dos veces sin descendencia legítima, pero como fue padre de una esclava, la  liberó y dotó adecuadamente (como a una hija legítima) para su matrimonio…

Algo más que nos da idea del grado de inyección de sangre negra recibida entonces por Guadalajara (y el estado hoy de Jalisco), es señalada por el propio Calvo. Dice que las castas "estaban instaladas en el concubinato" más decididamente que los blancos. También que ciertas mulatas libres llegaban a tener hasta siete y nueve vástagos ilegítimos, en tanto que las españolas -con frecuencia por consecuencia de una viudez precoz- alcanzaban a tener sólo dos o tres bastardos. El aumento de la concurrencia de esclavos a la zona entabló relación causal con la fuerte caída de la población indígena de la época, que se acentuó terriblemente a fines del siglo XVI y en las primeras décadas del XVIl…También debió influir la ya referida separación de Portugal, en 1640, que tal parece fue causal de la reducción de las importaciones de negros a la Nueva España. Así, para las últimas décadas del siglo XVII los valores alcanzaban sus niveles más altos para el periodo observado. Estos eran literalmente estratosféricos, si se les mira con la mentalidad de ahora. Aunque según Gonzalo Aguirré Beltrán en el siglo XVI debieron alcanzar niveles superiores…

Por lo que se refiere a los precios de compra-venta hice la siguiente reconstrucción, a partir de protocolos notariales pertinentes a cuatro mercaderes de Guadalajara. Aunque abundan datos aislados, de ambos siglos, sobre operaciones de más de media docena de señores de la época. También utilicé documentos de avalúo de una hacienda cercana a Guadalajara. Al primero que me habré de referir es a don Juan Bautista de Panduro, importante comerciante y personaje comarcal de fines del XVII y principios del XVIII (suegro de Manuel Villaseñor Dávalos de Sayula): 

Entre los años de 1682 y 1703, Panduro efectuó doce operaciones de coro. pra-venta de esclavos, según mi registro. Cuatro fueron de compra, siete de venta y en la restante intervino en nombre de terceros. Sei~ de las trece se realizaron por 400 pesos o más. El valor promedio de los esclavos que se negociaron fue de 365.9 pesos. Destaca un caso en que vendi<> una esclava de 25 años llamada Agustina de la Cruz, con un infante de diez meses de edad y en consecuencia con pocas expectativas de vida, por 550 pesos. Veamos ahora la primera parte de la muestra del siglo. XVIlI, correspondiente a las operaciones realizadas por don José Colaso Feijo. De Colaso se registraron quince operaciones de compra y catorce de venta. En sus precios se observa una tendencia generalizada a la baja con respecto al siglo XVII y dejo de haber esclavos con valor de 490 pesos o más... Las transacciones de dos colegas de José Colaso, llamados Joaquín Fermín de Echauri y Felipe Gutiérrez de Ceballos, permiten corroborar la tendencia a la baja en el valor de los esclavos en el siglo XVIII, observada al comparar las operaciones de Juan Bautista de Panduro con las de José Colaso . Las transacciones de Echauri y Gutiérrez de Ceballos, así como la observación de la muestra de los últimos 50 años registrados, corroboran la tendencia.. Se registra un paulatino descenso de los precios a lo largo del siglo XVIII, como era de esperarse. También se percibe un descenso igualmente gradual de la edad promedio de los esclavos, hasta la mitad del siglo, seguido por un aumento violento de la misma. Esto, en su etapa descendente, se puede asociar a la saturación del mercado, seguida del envejecimiento rápido del grupo (de esclavos traídos de África) por la suspensión de importación…  En 1615 Gonzalo de Avalos y Tovar compró a Martín Carrasco, mercader, una hembra "criolla de Santo Domingo de diecisiete años de edad, en 470 pesos… Lo último nos lo ilustra (mejor) una operación de compra-venta del propio Gonzalo de Avalos, efectuada un mes después de adquirir a la esclava isleña. Este, en mayo de 1615, compró una caballería de tierra de labranza con más de 40 hectáreas de superficie en 100 pesos, es decir, en casi una quinta parte del precio pagado por la esclava."  Fuente: "Toluquilla y los Echauri...", Patricia Arias y Rodolfo Fernández. 

 

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