domingo, 6 de diciembre de 2020

      Política y feminismo ¿feminazis?...

Por Rodrigo Sànchez Sosa

El feminismo radical que hemos visto marchar aquí en México de forma violenta en algunos sectores, crea una polémica fuerte tanto entre las mujeres como entre los hombres por sus contradicciones evidenciadas por la violencia. Un argumento para justificar la violencia en este caso particular es decir que la vida de una mujer es más valiosa que los edificios patrimoniales o las oficinas administrativas y archivos gubernamentales e históricos; por supuesto, también los es al contrastarla con la propiedad privada.  La sacralidad de la vida humana no es cuestionable, las cosas están en segundo lugar cuando se trata de cualquier vida humana, suscribimos esto último sin reservas.  


Por su actitud intransigente y radicalismo estos movimientos neofeministas han sido adjetivados como "feminazis", algo exagerado por lo grave del calificativo. Las personas partidarias de este movimiento se ofenden por tal cosa, sin embargo el movimiento feminista está lejos de ser puro, autónomo e impermeable a intereses oscuros. Debemos entender que todos los movimientos son infiltrables, que las ideologías en pugna, derecha e izquierda, progresistas y conservadores, globalistas y nacionalistas en el contexto geopolítico; tratarán de usar el discurso del enemigo contra sí mismo, seriamos muy ingenuos si no nos diéramos cuenta. 

Este movimiento feminista como otros surgidos en esta etapa de decadencia del capitalismo en occidente, cuya base es el individualismo nihilista o extendido al grupo más próximo(La familia o los amigos), denominados ONGs en su presentación institucional y grupos "radicales" en su cara no institucional, han permitido la infiltración estructural e ideológica de los movimientos progresistas en todo el Mundo. Estos grupos que fueron diseñados por el neoliberalismo a partir de revisiones del pensamiento de Nietzsche hasta Foucault, tienen una característica que se debe tomar en cuenta en este tipo de análisis y debates, si se quiere ser serio en ello. 

Aparte del movimiento anarquista del siglo XIX ¿Quién más ha propuesto la desaparición del estado o gobierno? (hay que ser cuidadosos con estos dos términos porque no son lo mismo, el gobierno de acuerdo al paradigma democrático es quien rige legítimamente los destinos de una comunidad, el estado es el conjunto de poderes legales y facticos que se imponen a esa comunidad, es decir los gobiernos democráticamente electos sólo son parte del estado, no el estado, tienen fecha de caducidad. No sucede lo mismo con las instituciones, las empresas privadas más importantes de un país, los banqueros que se imponen con sus leyes financieras a la economía - no tienen estos intereses periodos en que caduquen -; los militares que por definición no son un cuerpo democrático sino altamente jerarquizado y la misma delincuencia organizada que tiene poder en el bajo mundo y los mercados ilegales asociada con las otras fuerzas) Los neoliberales han propuesto el adelgazamiento del estado y sus desaparición luego de los anarquistas, sobre todo en la rectoría de la economía, pero también en los servicios públicos que proporciona el gobierno (educación y salud pública, por ejemplo) y el manejo del dinero de las personas y sus ahorros por medio de los impuestos y pensiones en nombre de la iniciativa privada y en su benefició por medio de las privatizaciones de los activos de gobierno. En México lo entendemos bien porque hoy estamos viviendo, con esta 4T, el difícil desmantelamiento, de la ideología neoliberal que se volvió una forma de interpretar la realidad para muchos, tanto oprimidos como opresores. 

Dos ideología extremas enfrentadas desde su base se tocan, el anarquismo y el neoliberalismo, y allí es donde se infiltran mutuamente, pero con suertes diferentes debido al contexto. Así las ONGs y los grupos feministas extremos se justifican en el ideal de izquierda, pero, contradiciendo la base de esto: el materialismo dialéctico, es decir el marxismo. Substituir al gobierno en sus funciones, que es la pretensión oculta de las ONGs,  es una forma de adelgazarlo, desaparecerlo; ahora bien, en el caso del feminismo radical y violento, destruir todo en nombre de un agravio (el asesinato de una mujer, no por el gobierno directamente sino por lo que se cree este representa: el patriarcado cultural que lo ha corrompido todo) cuya base, es obvio, está en la manipulación del instinto natural del hombre que pervierte el miedo instintivo que se traduce en violencia, y la sexualidad que se ha vuelto una patología social que tiene como raíz la objetivización de la mujer ; es lo mismo, es desaparecer el estado. Ah, pero no todo el estado, sólo el gobierno representativo, sus instituciones, historia y simbología, en nombre de un supuesto anarquismo subversivo que deja con esta acción una oportunidad para que las otras fuerzas vivas del estado no sujetas a periodos ni producto de un consenso democrático, tomen el lugar del gobierno nacional y representativo; así como para que los poderes internacionales, ya despojado un país de los símbolos de identidad colectiva y nacional que se han quemado y ridiculizado en acciones de estos grupos, puedan imponer sus propios símbolos de control. 

Al menos los nazis eran nacionalistas (y no los justifico, sólo los describo). Esto del neoliberalismo disfrazado de izquierda, es globalizante, neoliberal y profundamente neocolonial.  Destruir la naturaleza está mal visto, no importa la razón por muy justificada que sea, pero, como seres culturales no reparamos que destruir el patrimonio cultural es análogo a destruir la naturaleza, pues nos destruimos en lo que somos nosotros mismos al hacerlo. A pesar de disfrazarse este pensamiento neoliberal como de izquierda progresista y románticamente subversivo, la realidad es que es capitalismo radical, que propone destrucción en nombre del individualismo, enfrentando problemas que él mismo crea (como la violencia contra la mujer) con soluciones no sustentables y violentadoras de la naturaleza y la cultura. En un futuro lamentaremos esta barbarie de la destrucción de la cultura en nombre de lo inmediato. Como Gandhi y Obrador creen, y personalmente coincido:  la violencia no es la solución, no se enfrenta la violencia con violencia, eso es muy primitivo y sólo se justifica en el último de los casos para la sobrevivencia, el costo de esto es que sólo se sobrevivirá, las condiciones de tal estado no son garantizables, las mujeres ni nadie vivirá mejor en una sociedad impuesta por la violencia. 


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