lunes, 27 de septiembre de 2021

          Política e indiferencia

Por Rodrigo Sànchez Sosa

  …La indiferencia es el peso muerto de la historia. Es la bola de plomo para el innovador, es la materia inerte en la que a menudo se ahogan los entusiasmos más brillantes, es el pantano que rodea a la vieja ciudad y la defiende mejor que la muralla más sólida, mejor que las corazas de sus guerreros, que se traga a los asaltantes en su remolino de lodo, y los diezma y los amilana,  y en ocasiones los hace desistir de cualquier empresa heroica.      La indiferencia opera con fuerza en la historia. Opera pasivamente, pero opera. Es la fatalidad, aquello con lo que no se puede contar, lo que altera los programas, lo que trastorna los planes mejor elaborados, es la materia bruta que se rebela contra la inteligencia y la estrangula. Lo que sucede, el mal que se abate sobre todos, el posible bien que un acto heroico (de valor universal) puede generar no es tanto debido a la iniciativa de los pocos que trabajan como a la indiferencia, al absentismo de los muchos. Lo que ocurre no ocurre tanto porque algunas


personas quieren que eso ocurra, sino porque la masa de los hombres abdica de su voluntad, deja hacer, deja que se aten los nudos que luego sólo la espada puede cortar, deja promulgar leyes que después sólo la revuelta podrá derogar, deja subir al poder a los hombres que luego sólo un motín podrá derrocar.  La fatalidad que parece dominar la historia no es otra cosa que la apariencia ilusoria de esta indiferencia, de este absentismo. Los hechos maduran en la sombra, entre unas pocas manos, sin ningún tipo de control, que tejen la trama de la vida colectiva, y la masa ignora, porque no se preocupa. Los destinos de una época son manipulados según visiones estrechas, objetivos inmediatos, ambiciones y pasiones personales de pequeños grupos activos, y la masa de los hombres ignora, porque no se preocupa. Pero los hechos que han madurado llegan a confluir; pero la tela tejida en la sombra llega a buen término: y entonces parece ser la fatalidad la que lo arrolla todo y a todos, parece que la historia no sea más que un enorme fenómeno natural, una erupción, un terremoto, del que son víctimas todos, quien quería y quien no quería, quien lo sabía y quien no lo sabía, quien había estado activo y quien era indiferente. Y este último se irrita, querría escaparse de las consecuencias, querría dejar claro que él no quería, que él no es el responsable. Algunos lloriquean compasivamente, otros maldicen obscenamente, pero nadie o muy pocos se preguntan: Si yo hubiera cumplido con mi deber, si hubiera tratado de hacer valer mi voluntad, mis ideas, ¿habría ocurrido lo que pasó? Pero nadie o muy pocos culpan a su propia indiferencia, a su escepticismo, a no haber ofrecido sus manos y su actividad a los grupos de ciudadanos que, precisamente para evitar ese mal, combatían, proponiéndose procurar un bien.   La mayoría de ellos, sin embargo, pasados los acontecimientos, prefiere hablar del fracaso de los ideales, de programas definitivamente en ruinas y de otras lindezas similares. Recomienzan así su rechazo de cualquier responsabilidad. Y no es que ya no vean las cosas claras, y que a veces no sean capaces de pensar en hermosas soluciones a los problemas más urgentes o que, si bien requieren una gran preparación y tiempo, sin embargo, son igualmente urgentes. Pero estas soluciones resultan bellamente infecundas, y esa contribución a la vida colectiva no está motivada por ninguna luz moral; es producto de la curiosidad intelectual, no de un fuerte sentido de la responsabilidad histórica que quiere a todos activos en la vida, que no admite agnosticismos e indiferencias de ningún género. Odio a los indiferentes también porque me molesta su lloriqueo de eternos inocentes. Pido cuentas a cada uno de ellos por cómo ha desempeñado el papel que la vida le ha dado y le da todos los días, por lo que ha hecho y sobre todo por lo que no ha hecho. Y siento que puedo ser inexorable, que no tengo que malgastar mi compasión, que no tengo que compartir con ellos mis lágrimas. Soy partisano, vivo, siento en la conciencia viril de los míos latir la actividad de la ciudad futura que están construyendo. Y en ella la cadena social no pesa sobre unos pocos, en ella nada de lo que sucede se debe al azar, a la fatalidad, sino a la obra inteligente de los ciudadanos. En ella no hay nadie mirando por la ventana mientras unos pocos se sacrifican, se desangran en el sacrificio; y el que aún hoy está en la ventana, al acecho, quiere sacar provecho de lo poco bueno que las actividades de los pocos procuran, y desahoga su desilusión vituperando al sacrificado, al desangrado, porque ha fallado en su intento."  Antonio Gramsci 


Lo que en nuestro entorno inmediato está pasando, me tiene horrorizado, la indiferencia, que es al mismo tiempo indolencia, frivolidad, ignorancia, hasta fanatismo, sea vuelto abierta y cínicamente, culto a la personalidad con un grado casi criminal de complicidad. Me refiero a que en una inercia de la propaganda hábilmente llevada, la colusión con el poder central de nuestro estado, hoy omnipotente en el actual contexto socio político, ha generado un poder local neronezco, por el aspecto del narcisismo neurótico evidente en esta clase política dominante en lo local; con el cinismo de un Calígula en sus peores tiempos.

La racionalidad nada tiene que ver en los asuntos públicos del Sayula contemporáneo y su doble moral, la impunidad y los negocios al amparo de esta desmedido poder, mantiene en riesgo todo lo que de valor pudiesen preciar los hombres de buena voluntad (moral) y de razón (pensantes).

Tenemos una autoridad neoliberal en la época tardía del neoliberalismo criollo en México, un cabildo incompetente y una oposición infantil. 

Luego de "inédita idea" en la administración pasada, de privatizar la recolección de basura y el servicio de agua potable; ahora nos enteramos que el ayuntamiento de Sayula propone, como solución a un problema inexistente en Sayula, privatizar la salud de los niños del municipio. 

La semana pasada los padres y madres de los niños de educación básica en todo el municipio, recibieron vía redes sociales, la petición de sus direcciones escolares de inscribir a su niño o niños en un seguro que al parecer el ayuntamiento de Sayula ha contratado para ellos con una cobertura de ¡50 mil pesos! De entrada esto emociona, porque la gente ya ve ese dinero en sus manos en caso de que su hijo menor de edad se accidente (Una total ilusión). Monto este que pretende cubrir: gastos médicos y medicamento, incluso gastos funerarios en el caso trágico (dios no lo quiera) del deceso del infante. 

Bueno, diríamos ¿Quién pude oponerse a algo tan noble en este tiempo? Y  todos aplaudimos tal iniciativa del ayuntamiento, ¡genios!; pero….

1.- La cobertura de salud ya existe para esos niños, si sus progenitores, cualquiera, tiene seguro por parte del IMSS, o aquellos que no cuentan con este lo que se conoce como seguro popular, el niños esta cubierto. No se ve de entrada la necesidad de un seguro privado contratado por el pueblo. De ahí que, vemos como hay esta pretensión de privatizar la salud pública en el municipio, pues un seguro pagaría a un hospital privado en caso de que, lo que pretende cubrir, la salud de los niños de Sayula; fuese afectada. El dinero que pagará el municipio terminará (dinero de la gente) en un negocio privado, habría que preguntarse si el hospital privado a cargo de hacer efectivo dicho seguro ya está designado, de existir tal contrato…los más seguro es que sí (Qué casualidad…).  

2.- En la información que citamos para los padres de familia con niños en edad escolar de educación media, se especifica no solo el monto (50 mil pesos), sino la cobertura, cubrirá cualquier accidente del niño en su tránsito a la escuela. El seguro no cubrirá accidentes en el trasporte público, ni siniestros como temblores o incendios al interior del plantel, ni enfermedades infecciosas (incluido le COVID), ni riñas. O sea que su hijo está protegido con este seguro de un accidente si se trasporta en su bicicleta, caminando o en el automóvil familiar a su centro de clases o en el regreso de este a su casa; no cubre accidentes en casa ni fuera del horario escolar, obviamente. Entonces ¿Qué cubre? Prácticamente, nada. Si usted gana el mínimo, o apenas sale la semana con su sueldo, como yo, bueno 50 mil pesos suena a mucho dinero, pero la verdad es que, para un accidente grave, no lo es. Entonces, en caso de un accidente grave ¿En qué ayuda? Ayuda mínimamente. Cualquier lección que requiera un intervención médica en un hospital privado, que implique un cirugía, está por arriba de los cien mil pesos, sin contar medicamento. Sobra decir que es el hospital y el seguro privado los que hacen negocio.

3.- Los mexicanos no estamos acostumbrado a los seguros privados, ya que estos funcionan en países donde la cobertura de salud pública que es gratuita en México, allá no existe. La gente, no el gobierno, contrata seguros médicos, y no hay de otra porque los hospitales públicos, si hay, solo sirven para tratar enfermedades muy leves, en esos países la salud es negocio. Pero en México la cobertura de salud es pública y el IMSS cubre desde la atención de una gripe hasta una cirugía de corazón. Por ello no estamos familiarizados con esto seguros privados. Pero déjeme explicarle cómo funciona esto.  

4.- En Sayula, todos conocemos las "contratas" o "tandas": usted se junta con otras personas invitado por una tercera para obtener un moto de dinero, esta hace la "contrata" se encarga de buscar un determinado número de personas que darán una cuota semanal para juntar un monto que se le dará a cada uno de esto socios de la "contrata" en determinada fecha acordada. El dinero de todos paga el monto total que cobrará cada uno, y por turno o números como ahí se dice, todos obtendrán al final su inversión completa, con la excepción del primer número, que es para pagar a quien organiza, administra y cobra las cuotas. Bueno, los seguros así funcionan, se supone que al contratar un seguro médico o de su carro, lo que pagan los demás asegurados al seguro, a la hora que usted necesite, cubrirá sus gastos en caso de accidente ¿Cuál es el negocio de la aseguradora? pues que se queda con parte del dinero pero a diferencia de la "contrata", si no hay accidentes, se queda con todo el dinero, no se lo regresan a nadie. No le pagará a usted más de lo convenido en la cobertura solo porque ha pagado diez años su cuota. Así que hará lo posible la aseguranza (como se le conoce en argot chicano) para no pagar o pagar menos, o cubriendo accidentes cuya probabilidad que sucedan es menor. Como en el caso de los seguros para su carro: es más caro si usted tiene un carro más costoso o sale a carretera como parte de su trabajo, porque para la aseguradora es más riego, ellos no querrán perder. Así con los seguros de salud, si usted es joven y no tiene enfermedades al contratar un seguro medico tendrá más facilidades, pero si es mayor de 60 años y está enfermo, el costo del seguro sube, es un negocio, ahí no interesa usted, sino lo que pueda pagar. 

5.- Volvamos a los niños de Sayula y el seguro que contratará o contrató con apoyo de cabildo, supongo, el ayuntamiento actual del municipio: Imagine el número de niños de todas las escuelas desde preescolar en Sayula ¿Cuánto pagará el municipio a la aseguradora?; Dado que las estadísticas de accidentes más comunes entre infantes en edad escolar, que suceden (¡Chingado! ¿No lo ven los regidores? ¿O qué?) en Sayula, no incluyen accidentes de los que cubre este seguro, el riesgo para la aseguradora es mínimo. Supongamos que pagan por año dos o tres accidentes, validándolos (Porque es a criterio de la aseguradora bajo contrato firmado); son 150 mil pesos ¿Pero cuánto pagará el ayuntamiento anual o mensualmente al seguro por decenas de miles de niños a los que este cubrirá? ¿Ya vio la tranza? Eso de pedir de forma cínica, el ayuntamiento a los padres de familia, una acta de nacimiento de los niños a inscribir, actualizada, es una grosería. Las actas de nacimiento por ley no caducan ¡Señores! , basta un sello oficial para hacerlas válidas; bueno, aseguran la entrada de miles de pesos a tesorería municipal con la condición de esta acta a los padres para inscribir a su hijo en un seguro que nunca van a necesitar, menos  la condición estadística de esta cubertura ¿Cómo explicaran esto los regidores de oposición? que seguramente aprobaron esto que, para mí, en la lógica de la corrupción, incluye moche ¿O usted que cree?... Llegando y poniendo lumbre, dice el dicho…pero hay que seguir aplaudiendo en nuestra condición de indiferentes y cómplices, no hay de otra. Yo digo esto a riesgo de represalias; pero, alguien tiene que decirlo. Ni modo. 


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