Morena se anticipa a la oposición en reglas para candidatura presidencial
Por Arturo Fernández Ramírez
Salvo en las y los independientes, todas las candidaturas dependen de las negociaciones políticas que se hagan en la definición de las y los aspirantes a la Presidencia de la República. Máxime cuando existen coaliciones en las que en el convenio respectivo se establece el reparto de los lugares para cada partido. Senadurías, diputaciones federales y locales, gubernaturas y presidencias municipales, quedan elegidas en función de los acuerdos internos y externos. Es importante que se tenga presente dicha situación para evitar sorpresas y decepciones de quienes con mucho tiempo inician trabajos proselitistas para lograr una posición y al final de cuentas quedan fuera de la jugada sin que se valore su esfuerzo. Ejemplos hay de sobra.
Adelantándose al bloque opositor, el pasado 11 de junio de 2023, Morena definió las reglas para elegir a su candidata o candidato a la Presidencia de la Republica. Anunció que se definirá mediante una encuesta interna. Aunque, para cubrir las formalidades legales, se denominará coordinadora o coordinador de la Defensa de la Cuarta Transformación.
Como lo hemos precisado en ediciones anteriores, todo indica que en 2024 se mantendrán las mismas 2 fuerzas políticas que se enfrentaron en 2018, si acaso estará pendiente la postura que tome MC. Por lo que resulta significativo que Morena y sus aliados hayan tomado la delantera en el proceso de la elección presidencial. Y, cabe precisarlo, en esta primera etapa, todo indica que lo hicieron de manera unida. Veremos si continúan así una vez que se conozca a la o al ganador.
Es importante reconocer que, salvo en las y los independientes, todas las candidaturas que estarán en juego el próximo año (senadurías, diputaciones federales y locales, gubernaturas y presidencias municipales) dependen de las negociaciones políticas que se hagan en la definición de las y los aspirantes a la Presidencia de la República. Por lo general, cada interesada o interesado a algún puesto de elección popular, forma parte de una corriente política, cuyas posiciones que logre serán en función al acomodo final de las y los líderes.
Aunado a lo anterior, cuando existen coaliciones, se presenta un convenio ante las autoridades electorales. En el que se establecen el reparto de las posiciones para cada partido. Y el criterio que se utiliza es con la visión de las y los líderes, incluso, en ocasiones tienen que "sacrificar" lugares para lograr otros.
Quienes aspiran a un cargo de elección popular, para evitar sorpresas y decepciones, deben estar conscientes que en nuestro sistema político hay reglas escritas y no escritas. Muchas veces pesan más estas últimas en la toma de decisiones, dejando de valorar el trabajo proselitista que se haya realizado. Ejemplos hay de sobra. Seguiremos atentos al desarrollo de la elección presidencial.
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