lunes, 7 de octubre de 2024

 EDITORIAL: Engendro de males

Heráclito de Éfeso, nacido 500 años antes de nuestra era, y sin haber tenido contacto todavía con la Torá el libro sagrado de los judíos ya estipulaba cómo era Dios, entre sus frases más célebres está esta: "Para Dios todo es hermoso, bueno y justo. Pero los hombres han concebido lo justo y lo injusto".

La humanidad se empeña en cometer injusticias, aquí cabe lo que dijo San Francisco en el diálogo con el feroz lobo de Gubia; "en el hombre existe mala levadura, cuando nace, viene con pecado".

      Y esa es la causa de muchos males que vivimos como sociedad, entre esas dolencias está una que cala en lo más profundo del corazón: la pobreza, porque es el engendro de otros grandes problemas.

La pobreza crea grandes complicaciones porque no permite a las personas en esta condición, el acceso a lo más básico de los servicios como la salud, el alimento, salarios adecuados y justos y educación. Sin escolaridad las personas están limitadas para encontrar una vida digna al no lograr o conseguir mejores posibilidades de empleo o soluciones que permitan mejorar su existencia.



Para clasificar entre pobreza y pobreza extrema el CONEVAL determina algunos criterios:

" Está en situación de pobreza quien esté dentro de cualquiera de los rubros siguientes: 

1. El nivel de ingreso bajo o insuficiente para cubrir sus necesidades.

2. Sin acceso a los derechos sociales como salud, electricidad, agua potable y/o escuela.

3. Vivienda insuficiente y sin servicios básico.

4. Un gran rezago educativo.

" En situación de pobreza extrema:

1. Aquellas personas que reúnan tres o más características ya mencionadas y además no obtengan el ingreso suficiente para lograr una canasta básica.

Una característica que se denota en esta situación de pobreza es el bajo nivel escolar, apenas la mitad terminó la primaria y sólo 1 de cada 10 rebasa el nivel de preparatoria. La más común y posible causa es que en el ámbito rural las personas tienen que trabajar desde la niñez y cuando cursan algún nivel deben trabajar y estudiar; obligados por la necesidad de apoyar a la alimentación familiar, muchos abandonan la escuela.

Aunado a todos esos problemas se adiciona la distancia, el 30% de los estudiantes en zona rural deben caminar en promedio una hora para llegar al aula. Así es la vida en zonas pobres.

El actual gobierno federal se enfrascó en el reto de abatir esa desigualdad, entregando becas a estudiantes para que no tengan la necesidad de trabajar y puedan continuar con los estudios. Fomentó programas como "Sembrando Vida" que impacta directamente en la economía de los campesinos y puedan atender la educación de sus hijos.

El régimen actuó de manera oportuna (esperando sea eficaz) la mejora integral de la vida de los que menos tienen.

Pocas personas, especialmente de la oposición no captan o no les interesa resolver esos problemas que involucran una vida digna para los más pobres.

Miramos cómo protestan todos los familiares de los jueces y magistrados por la defensa de los beneficios de reyes soberanos que gozan, cuando hay seres que deben caminar hasta más de una hora para aprender lo elemental de la escuela.

El gobierno, no sólo debe entregar dinero, debe ingeniar, planear e implantar un medio que haga llegar hasta el lugar más remoto la educación escolar; los medios ya los hay con la nuevas tecnologías.

Moises Zepeda Gomez. / Para Horizontes


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