La Navidad, entre la tradición y el consumismo.
Por Arturo Fernández Ramírez
Aunque la religiosidad es el origen de esta fiesta, debemos reconocer que, con el paso del tiempo, se han agregado tradiciones que pareciera se imponen o tienden a desvirtuar su esencia. Tal es el caso del fuerte consumismo en diciembre, considerándose como el principal de todo el año. Que, si bien genera una gran derrama económica fortaleciendo a la mayoría de los sectores, también provoca una crisis que se ve reflejada al iniciar el próximo año. Lo recomendable es mantener el verdadero significado y espíritu navideño, que es recordar el nacimiento de Jesucristo, como el mesías prometido. Entendiendo el verdadero significado y misticismo, buscando rescatar los rituales que lo rodean, haciendo a un lado el mercantilismo y demás agregados innecesarios.
Seguramente el aguinaldo hace que la mayoría de las personas cuenten con mayores recursos económicos en esta época, en comparación con el resto del año. De ahí que la mercadotecnia y el sector comercial aprovechen al máximo esta situación para vender sus productos. Al grado de lograr desviar la atención de lo que verdaderamente debe recordarse el 25 de diciembre. Que es la Natividad de Jesús, quien, de acuerdo a la doctrina de la Iglesia Católica, fue el mesías prometido por Dios para la salvación del mundo. Después de la expulsión de Adán y Eva del paraíso por haber caído en el pecado al comer del fruto prohibido.
El paso del tiempo ha hecho que aparte de los rituales y tradiciones religiosas con que se celebra este acontecimiento, se han agregado diversas costumbres. Como el dar obsequios en la noche buena para esperar la Navidad, situación que si bien por sí misma, nada de malo tiene, sí ha rayado en el consumismo exagerado. Vinculando esta práctica a esta fiesta, al grado que la falta de dinero provoca en muchas personas una "amarga Navidad".
Por eso es importante que rescatemos el origen de esta fiesta, sus rituales y tradiciones en su esencia netamente religiosa. Buscando hacer a un lado el mercantilismo y materialismo dañinos que provocan tristeza y nostalgia cuando carecemos de dinero para comprar los "regalos de navidad". Esto, en todo caso, así debemos entenderlo, son un complemento, algo adicional, pero nunca debe ser visto como lo principal.
Si somos creyentes, la mejor manera de celebrar el nacimiento de Jesucristo, es entender su significado. Recordando todo lo que sucedió antes, durante y después de que llegó a este mundo en un pesebre, en Belén. Qué es lo que realmente representa dicho acontecimiento histórico y teológico. De qué manera nos puede ayudar hoy en día para mejorar nuestras vidas, particularmente en el plano espiritual.
Así, nos quedará claro que, para celebrar la Navidad, son innecesarias las compras superfluas. Basta mantener un espíritu navideño que nos haga reflexionar sobre nuestra propia vida, buscar ser humanos más sensibles. Para heredar a nuestras y nuestros descendientes y generaciones venideras un mundo mejor. Deseo a todas y todos una ¡FELIZ NAVIDAD¡
No hay comentarios:
Publicar un comentario