EDITORIAL: En este pueblo no hay ladrones
Desde todos los tiempos han existido personas que han hecho grandes estafas, como ejemplo: han vendido la estatua de la libertad, la torre Eiffel, el invento de las pirámides con dinero, se han hecho pasar por personajes de alcurnia y obtienen todo lo deseado y un sinnúmero de personas dedicadas al escamoteo de los bienes de otros.
El señor Trump no anda lejos, lo indebido es que vende ideas que no pasan la prueba ácida de la realidad consciente.
Para argumentar mi dicho empecemos con la bonanza China, ¿por qué los orientales han podido sacar al 90% de sus pobres hacia una mejor vida? Por las inversiones que hace su gobierno en carreteras, hospitales, fomentado la construcción de viviendas, enverdecer partes del desierto y mejorar su ingreso personal. Esto sucede por el fenómeno del trabajo. Si usted revisa su celular, computadora o Tablet se dará cuenta que fue diseñada en los Estados Unidos, pero fue ensamblada en China; ese trabajo que por avaricia de los magnates gringos y por pagar muy poco salario se lo llevan al país oriental, lejos de la mano de obra norteamericana que cobra en dólares. Entonces ¿son los chinos los causantes de la debacle de nuestro norteño vecino? Definitivo: no; es la ambición de enriquecimiento infinito de los capitalistas gringos.
Siendo los Estados Unidos el país más rico del orbe, tiene una sociedad cada vez más empobrecida, esto se comprueba de la siguiente manera:
De acuerdo con estudios del Instituto Hudson en el año 1990; 5 de cada 100 habitantes poseía el 54% de la riqueza y el 95% restante recibía en promedio un poco más de 600 mil dólares por familia al año; para 2012 según Emanuel Saez y Gabriel Zucman 1 de cada 10 mil ciudadanos administran el 22% de la riqueza total abriendo una enorme brecha; ahora las familias perciben un ingreso de 98 mil dólares anuales, esto es siete veces menos que hace 30 años.
Utilizando la lógica ¿dónde está el dinero? ¿Se lo llevan chinos, o los migrantes de México, Honduras, Guatemala Chile o Venezuela?
Karl Marx sostiene que la riqueza no se multiplica por sí sola, si alguien tiene más es porque otros tienen menos.
Si hay alguien que está llevándose la riqueza, es la oligarquía norteamericana que mueve sus negocios en otros países y deja sin caudal a sus paisanos.
El discurso de Trump está basado en una falacia; decir que otros países los han estado robando por décadas es una falsedad que no se sostiene, porque no tiene una sola prueba y si alguien roba, es como en la película que se llama "En este pueblo no hay ladrones" donde acusan a los fuereños y la verdad, es que el ratero fue un parroquiano del mismo lugar.
Moises Zepeda Gomez./ Para Horizontes

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