EDITORIAL: Dos páginas
El transcurso de la vida está lleno de infinidad que muestran la imposición del poder del amo sobre el esclavo, lo describe y lo historifica muy bien Friedrich Hegel en su obra "La dialéctica del amo y el esclavo"; aunque en el sindicalismo son varios los amos y muchos más los esclavos.
La lógica de la imposición es muy explicable por muchos pensadores; Hegel dice que es debido al instinto de sobrevivencia de uno sobre el otro; Tomás de Aquino en su "Suma Teológica" lo describe como pecado (cuestión que a muchos ni les preocupa y menos les importa como error humano); Nietzsche explica el dolor de los débiles a causa de la moral de los poderosos. Y así muchos grandes intelectuales le dan explicación al fenómeno de la explotación del humano por el humano.
Acaba de pasar el 1 de mayo y todos sus recuerdos que rememoran la matanza de trabajadores ocurrida en Chicago por la defensa de su vida, de acuerdo con la petición de jornadas de 8 horas, indemnización por accidentes laborales, prohibir el trabajo infantil y el derecho a descanso del domingo. Peticiones que miramos simples, pero que lograrlo fue a costa de sangre y sufrimiento. Cuestión que no se logra al 100% todavía.
Por eso los poderosos líderes celebran con bombo y platillo este día tan memorable que debería ser de reverencia sagrada y no de borracha alegría.
¿Qué celebra el trabajador? ¿Mejoró su jornada? ¿cuánto aumentó su salario? ¿ya tiene los medicamentos y servicios de salud suficientes y de calidad? ¿puede sin ser atenazado moralmente, votar por quién lo represente auténticamente?
¿en realidad, la STPyS representa al trabajador en sus debilidades para igualar fuerzas con el patrón? ¿el patrón y el representante ya no van de la mano para vivir mejor que ninguno de éllos?
En los últimos años, para que mejore todo en el ámbito de la legalidad se busca separar el poder político, del poder empresarial, de la prensa, de la justicia y de las elecciones. Ha costado demasiadas críticas, muchas intervenciones de partidos, asociaciones e intelectuales; acusaciones de infundios, de falacias y de mentiras. La intervención de gobiernos extranjeros mediante agencias tanto de prensa como de disfraces de derechos humanos. Pero poco a poco se desnuda la realidad.
Lo que no se ha revisado ni actualizado debido a su capacidad mimética son los sindicatos, siguen y gozan de plena salud lo mecanismos de poder de los líderes de CTM, CROC, CATEM y otros de universidades, colegios, y empresas tanto transnacionales como nacionales, federales y estatales.
Moises Zepeda Gómez/ Para Horizontes

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