jueves, 19 de marzo de 2009



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Por Arturo Fernández Ramírez

"El natalicio de Benito Juàrez"

Como todos sabemos, el 21 de Marzo pero de 1806 tuvo lugar el nacimiento de uno de los personajes políticos que mas ha incidido en el derrotero de nuestro País: Benito Juárez, un político que aún después de tener mas de ciento treinta años de haber muerto, sigue siendo una gran figura emblemática de la patria, aunque también sigue siendo un personaje con muchos detractores que a toda costa tratar de mermar o minimizar sus logros.
Independientemente de ser partidario de Juárez o de ser un disidente de su persona, de su ideología, de sus luchas y de sus logros, considero que bien vale la pena recordarlo en esta su fecha de natalicio. Por ello, vamos a dedicarle este espacio.
Fue hijo de campesinos zapotecas, nació en la localidad de San Pablo Guelatao (en la actualidad, Guelatao de Juárez, en el estado de Oaxaca y cercana a la capital del mismo nombre).
A los 13 años de edad, cuando se trasladó con su familia a la ciudad de Oaxaca (hoy Oaxaca de Juárez), aún no hablaba español. Protegido por un sacerdote español y con Domingo González como maestro, aprendió a leer.
Se matriculó en el seminario oaxaqueño de la Santa Cruz, donde concluyó el bachillerato en 1827. Al año siguiente ingresó en el Instituto de Ciencias y Artes, donde se graduó como abogado en 1834. Aunque previamente, en 1833, dos años después de convertirse en regidor del Ayuntamiento de Oaxaca, fue elegido diputado.
En 1847 pasó a ser gobernador del estado de Oaxaca y en 1848 resultó reelegido para un periodo de cuatro años. Pero cuando en 1853 el general Antonio López de Santa Anna retomó el poder, fue encarcelado, desterrado y finalmente deportado, primero a la ciudad cubana de La Habana y más tarde a la estadounidense de Nueva Orleans (Luisiana).
Para el año de 1854 respaldó el Plan de Ayutla, que era el conjunto de reivindicaciones de contenido liberal y anticlerical (que dio contenido a la llamada Reforma mexicana), por medio del cual se exigía la creación de una asamblea constituyente en el marco de una constitución federal.
Regresó a México en 1855 para tomar parte en la revolución liberal que derrocó a Santa Anna. Poco después, entre octubre y diciembre de ese año, fue secretario (ministro) de Justicia en el breve gobierno presidido por el general Juan Álvarez.
En noviembre de 1855, cuando ejercía dicho cargo, fue promulgada la Ley de Administración de Justicia, también llamada "Ley Juárez", por la que quedaban abolidos los fueros eclesiásticos.
De nuevo en enero de 1856 fue designado gobernador de Oaxaca, y entre noviembre y diciembre del año siguiente, una vez promulgada en marzo la Constitución Federal de 1857, fue secretario de Gobernación del gobierno de Ignacio Comonfort.
Posteriormente, fue Presidente de la Suprema Corte de Justicia desde diciembre de 1857 y en calidad de tal, asumió el 19 de enero de 1858 en la ciudad de Guanajuato, la Presidencia Provisional de la República para oponerse al pronunciamiento conservador del general Félix María Zuloaga.
Iniciada en 1858 la llamada Guerra de Reforma, en mayo de ese año se vio obligado a establecer la sede de su gobierno en Veracruz, donde prosiguió con la serie de reformas radicales que habían originado aquélla. Se trataba de las denominadas Leyes de Reforma, entre las cuales cabe destacar, como muestra de la política laicista de Juárez, la reducción del poder de la Iglesia católica mediante el embargo de propiedades eclesiásticas.
Sus seguidores derrotaron a las fuerzas conservadoras a finales de 1860, por lo que en enero de 1861 volvió a establecer su gobierno en la ciudad de México. Y en junio de ese año fue elegido Presidente Constitucional.
Para poder afrontar el caos financiero provocado por la guerra, Juárez tuvo que suspender los pagos a los acreedores extranjeros, lo que trajo como consecuencia que Francia, España y Gran Bretaña, como medida de protesta, desembarcaron tropas en Veracruz. Juárez alcanzó acuerdos con Gran Bretaña y España, y éstas retiraron sus tropas de México, pero los franceses se mantuvieron en el país y tomaron la ciudad de México.
El archiduque de Austria, impuesto por el emperador francés Napoleón III a petición de los sectores monárquicos mexicanos, que organizaron un simulacro de plebiscito, fue coronado emperador de México en 1864 con el nombre de Maximiliano I.
Juárez trasladó entonces su capital al norte del país y prosiguió la resistencia militar. Dos meses después de la caída del gobierno de Maximiliano I en mayo de 1867, fusilado por orden de Juárez, éste regresó a la ciudad de México y ese mismo año fue reelegido presidente, iniciándose así la restauración de la República.
Asumió nuevamente la presidencia constitucional en diciembre de 1867, cuando el Estado vivía una grave crisis.
Para agilizar la reconstrucción de la nación, redujo el Ejército y, en general, el conjunto del gasto público, excepto la partida destinada a la educación.
Sin embargo, existían en el país numerosos sectores que se oponían a su gobierno. Entre ellos, el encabezado por el general Porfirio Díaz, el candidato político derrotado electoralmente por Juárez, que encabezó una rebelión en 1871, después de la nueva reelección de éste.
Juárez pasó los meses que le quedaban de vida tratando de reprimir la sublevación porfirista, pero falleció, sin lograrlo, el 18 de julio de 1872 en la ciudad de México.
Y no obstante su muerte acaecida hace más de 130 años, sus ideales, su lucha por el laicismo, por la separación de la Iglesia y del Estado, siguen tan vigentes hoy en día como el riesgo inminente de que la Iglesia retome nuevamente el gran poder que en el siglo XIX tenía. O no se cual sea su opinión amble lector. Por lo pronto, no olvidemos a este gran personaje. Comentarios y sugerencias al correo electrónico arturferam@hotmail.com

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