Semanario Horizontes

El poder me da vergüenza, los cursos de verano, ¡un fiasco!

Por: Rodrigo Sánchez Sosa.

 La improvisación, la falta de planeación y la ausencia de personal capacitado, privan en los cursos de verano del actual ayuntamiento. En la foto, los niños que asisten al curso a la expectativa momentos antes de iniciar labores, pues sin programa, se improvisa sobre la marcha. El bostezo de la niña del fondo lo resume todo. Foto ADGL.
Ante la convocatoria que hiciéramos en la columna de este semanario "La Carreta y los Bueyes" y como respuesta, la primera denuncia a la iniciativa ciudadana: "El poder me da vergüenza" tiene que ver con los cursos de verano del ayuntamiento. De acuerdo a padres de familia, niños inscritos y hasta, de forma anónima por temor a represarías, personal del ayuntamiento relacionado con este programa; la austeridad ha empobrecido la calidad de la atención y contenido que los niños reciben. Los quejosos coinciden en señalar el fraude a las expectativas de los pequeñitos que esperaban cursos deportivos con personal capacitado, como otros años; incluso algunos padres se sintieron ofendidos por los talleres de arte, ecológicos y didácticos que en su momento prometieron personalmente las regidoras encargadas a estos. Lejos de ello, las actividades han sido improvisadas, procurando el menor gasto por parte del municipio, nos cuentan, ya que como apertura, los niños asistieron a una función de circo, el cual en esos momentos se encontraba trabajando en el municipio, al tercer día volvieron a llevarlos, al mismo grupo, a otra función del mismo circo.
 Algo excesivo, opinan los padres, pero sobre todo, con poco valor formativo. Fuera de una visita a una granja acuícola, que igual que el circo no le costó un centavo al ayuntamiento seguramente, las siguientes actividades a la fecha dejan mucho que desear: ver tres películas comerciales fuera del contexto de lo prometido: "El perro futbolista" I y II y Sherk III, en las que se consumieron tres días del curso. 
El colmo fue que de las actividades físicas (algunas de riesgo), la improvisación en estas, llevó a los instructores a utilizar naranjas y botellas de plástico como balones dado que en un principio no se les proporcionaron. Los niños principalmente se quejan del trato de la maestra "Chonita", que constantemente les amenazaba con suspenderlos del programa argumentando "no tener porque aguantarlos"; de que tuvieran que viajar en carretera algunos de ellos parados en el pasillo (¡que barbaros!) del camión. Pese a las actividades chatarras, los niños se dijeron molestos pues querían sus clases de natación y futbol, que a decir de algunos de los encargados, se suspendieron ya que el presidente (Rivas) no quiso pagar a instructores capacitados y utilizó a los aspirantes a agentes de transito municipal (policía viales), quienes participan sin cobrar un centavo, como niñeras (aprueba de balas), luego que su perfil como lo pedía la convocatoria no es el de instructor deportivo, mucho menos custodio infantil. 
Una gran decepción se palpa entre padres y niños participantes, con respecto a este curso de verano que termina la semana que viene. Tres semanas en las que el ayuntamiento se ahorro el sueldo de instructores, supliendo los cursos deportivos con actividades chatarra que en nada abonan a la formación de los infantes, ni física, ni cívica, ni éticamente. 
La pregunta del programa ciudadano "El poder me da vergüenza" es: ¿dónde parará el ahorro así conseguido? O ¿Cuál fue el fin de está forma prepotente de tratar al futuro de Sayula? ¡Un poco más de respeto a la dignidad del ciudadano!, por favor. 
El programa de cursos de verano del ayuntamiento se ganó a pulso el pulgar reprobatorio de la vergüenza, ¡en hora buena!... Esperamos sus denuncias al correo electrónico de este semanario.