jueves, 21 de julio de 2011

La Reforma Laboral de Calderón, otra traiciòn a la Patria, y a los trabajadoresLa Reforma Laboral de Calderón, otra traiciòn a la Patria, y a los trabajadores

Gran riesgo corre hoy la clase trabajadora en caso de que se apruebe la iniciativa de reforma laboral enviada al Congreso de la Unión por el señor Felipe Calderón Hinojosa, quien más bien está protegiendo los intereses de la clase empresarial a la de los trabajadores, dizque en aras de atraer inversiones; sin embargo, todo, violando el Estado de Derecho y el artículo 123 constitucional.
Supuestamente los empresarios a través del Secretario del Trabajo, Javier Lozano, la pintan muy humanitaria y congruente con la situación actual del país esta dichosa reforma laboral, pero nada más lejos de la realidad, porque si en verdad los empresarios y el mismo gobierno federal por medio de su Secretario del Trabajo y tanto los diputados y senadores quienes hoy supuestamente ostentan la representación popular quisieran avanzar en cuestión de protección a la clase trabajadora, lo único que tendrían que hacer es garantizar que se cumpla a pie cabal la actual Ley Federal del Trabajo (LFT); nada más. No hay por qué darle tantas vueltas al asunto, la actual LFT, protege a carta cabal tanto los intereses de la clase trabajadora como la patronal; sin embargo, lo que se pretende es que la clase empresarial esté por encima de la de los trabajadores, con el señuelo de que si se reforma dicha ley se atraerán inversiones y se generarán puestos de empleos, pero a qué base: A que la clase trabajadora pase a ser una especie de esclavos en forma legalizada, tal y como están concesionando hoy en día las playas mexicanas, en donde ya los mexicanos no tenemos acceso directo a ellas por tal de proteger a los inversionistas. Y esto no es otra cosa que traición a la patria. Pero deja billetes y háganle como quieran, al fin ni al cabo ni es escuchada ni vista la ciudadanía que protesta porque no se cumple el mandato constitucional.
Y el peligro real lo conllevan los trabajadores porque la mayoría, si no es que todos, los dizque representantes populares nunca han trabajado, nunca han sabido lo que es ser trabajador o si en un tiempo lo fueron ya se les olvidó desde el primer momento en que dejaron de vivir en el error. Ahora creen que todos los mexicanos viven con un salario igual o similar al de ellos y hasta se extrañan cuando ven que grupos de trabajadores protestan porque ya su salario no les alcanza para nada y hasta se incomodan al ver el porqué dos pesos al aumento mínimo salarial no les alcanza; cómo es posible que quieran más, se dicen los políticos; sin embargo, ellos se aumentan sus dietas hasta en un 79 por ciento más y aun se dicen desdichados porque es muy poco, según ellos, lo que ganan por sacrificarse por el pueblo.
¿Quién de los políticos actuales tanto federales como estatales o municipales salió apenas ayer de las filas de la clase trabajadora para dar fe de cómo vive la clase laboral? Podrían ser muy pocos y si lo son, con el simple hecho de haber entrado al presupuesto olvidaron fehacientemente lo que es vivir de un salario ínfimo que no se presta en nada a lo que dicta la Carta Magna, pero que, como a ellos les ajusta perfectamente, no entienden el porqué la demás gente protesta, si todo está bien, se puede ir a desayunar, comer o cenar a cualquiera de los lugares de prestigio de la ciudad; entonces, ¿de qué se quejan? Han de decir los políticos o quienes viven dentro del presupuesto que no hay nada de qué quejarse, pues se vive a las mil maravillas siendo regidor, síndico, munícipe, edil, diputado u ocupar cualquiera de los puestos encomendados siempre y cuando estén dentro dicho presupuesto.
¿Cuánto tiempo tienen sin trabajar como asalariados Manlio Fabio Beltrones, Josefina Vázquez Mota, Gustavo A. Madero, Javier Lozano, Ernesto Cordero, Beatriz Paredes, Gustavo Rojas y la mayoría, si no es que todas las bancadas de las Cámaras alta y baja que no han trabajado nunca o casi nunca como trabajadores? De ahí que posiblemente sean engatusados y engañados respecto a una reforma laboral a conciencia, supuestamente, pero muy alejada de la realidad de las necesidades más prioritarias de la clase trabajadora.
Ningún político actual puede darse el lujo de afirmar que el día de ayer él sabía lo que era ser trabajador asalariado, ninguno, así que en manos de quién está la clase trabajadora. En sus mejores defensores, es imposible decirlo. La traición a la clase trabajadora está latente hoy más que nunca. (Sergio Mejía Cano).

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