jueves, 24 de mayo de 2012



Los inconformes
Lizeth Sevilla

Qué país Catalina, el que no tiene miedo, tiene tedio  Arráncame la vida. Ángeles Mastreta

Los apolíticos, los anarquistas, los hijos del videojuego y la televisión, los ñoños, los indiferentes, los que no leemos los periódicos porque no tienen dibujitos, los que no leemos libros porque la situación es peor. Puedo seguir con los calificativos, pero no terminaría. Primero fuimos llamados la generación de plástico, los inanimados por no mostrar interés en los movimientos toscos que vivía el país y que paulatinamente se iban intensificando.
      Un día,  nos cansaron y salimos a las calles a plasmar en el pavimento nuestra inconformidad, a mirar a los ojos a los canallas que todo lo guardan y a todos hacen callar que estamos hasta la madre de la corrupción, de los partidos políticos, de las larvas del sistema que dan pan y circo para ganar votos, de los medios de comunicación como Televisa y Tv Azteca y todos los que aprendieron de ellos, que durante años han idiotizado al pueblo con su programación, que han omitido información relevante para el pueblo mexicano y se han enriquecido a expensas de nuestros impuestos y nuestra sangre que todavía corre.
      Tanto nos aburrieron con la verborrea del futuro del país que asumimos nuestra responsabilidad y salimos a las calles a decirle al sistema que nos nombró NINIsque nos hizo imposible la entrada a la universidad, que nos puso tarifas y nos privó de libros, que nos hizo egresar de universidades para enfrentarnos con una realidad inestable en la que algunos perecimos y otros nos aferramos. Ya no más permaneceremos en el letargo.
     Desde diferentes partes del país, mucho jóvenes salen a ejercer su libertad de expresión y cuestionan, independientemente de la universidad, de la religión, muchos decidimos no quedarnos callados. Después de años permitiendo que nos gobernaran ineptos, los de la experiencia, los que se formaron en universidades extranjeras y aprendieron como vender trocito a trocito nuestro país ya no más permitiremos que nos degraden en nuestra cara.
     Durante estos años, los criminales del tricolor y los hijos del Yunque nos vendieron un país sacrificado, nos lo fueron privatizando poco a poco, nos obligaron a rentar nuestras tierras a empresas extranjeras para que nos las regresaran muertas, infértiles y se fueran con ellas nuestras semillas. Nos entrenaron para no decir nada, para vernos bonitos callados y viendo con el luto encima la ola de violencia que cada día se acerca más a los ciudadanos.
     Nos quitaron el derecho a la educación, y nos dieron sus migajas, nos demostraron que la ciencia no les interesa y nos dieron ostias en lugar de libros. Si los medios de comunicación omiten información y se venden a los partidos políticos, si los candidatos necesitan comprarnos con despensas, salir en bicicletas para demostrarnos calidad humana, salir en la foto con la señoras y cortar medio metro de zacate para demostrarnos la afición y preocupación por el campo, nosotros no creemos en sus falacias y nos pronunciaremos siempre que sea posible cuestionándolos. Saldremos con pancartas e informaremos a la ciudadanía. Ya no queremos que nos maten a nuestra gente, ya no queremos que nos tapen la boca y nos venden los ojos, no queremos circo, no queremos discursos cansados. Hemos callado ya por mucho tiempo. Esa época se terminó.
    Elena Poniatowska en una entrevista para la Jornada Jalisco dijo: "Los jóvenes de hoy, son los jóvenes del 68" y yo le creo.

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