jueves, 25 de octubre de 2012


La Cuesta de....Sayula
La violencia del gobernador Vallejo 
(José Gil Olmos/Apro).-Fausto Vallejo es un político priista hecho a la antigua. Usa la mano dura cuando se siente débil, y quiere aparentar flexibilidad y democracia cuando en realidad tiene un perfil autoritario y demagógico.
De 70 años, enfermo de diabetes, sin cuadros nuevos en el priismo michoacano que le puedan ayudar a enfrentar los múltiples conflictos del estado, llegó al puesto de gobernador más por inercia y el enfado de la población en contra del perredista Leonel Godoy, que por representar una verdadera solución a la crisis de la entidad.
Hoy esa debilidad de gobernar (aunada a la física) se muestra con acciones desmesuradas de uso de la fuerza, como la que utilizó contra los estudiantes normalistas de Cherán, Tiripetío y Arteaga, quienes fueron reprimidos por varios miles de policías con gases y armas, e intimidados con helicópteros y unidades terrestres.
¿Por qué no usa esa misma fuerza contra las bandas del crimen organizado, si realmente quiere dar un mensaje de gobernabilidad? ¿Por qué no instrumentar un operativo similar o a un más fuerte contra quienes atentan a la seguridad de Michoacán? ¿Por qué tratar a jóvenes (mujeres y hombres) veinteañeros como delincuentes de alto peligro, peor que narcotraficantes, golpeándolos y persiguiéndolos con helicópteros en el interior de las escuelas y en las montañas?
La mayor parte de los estudiantes de esas escuelas normales son hijos de indígenas, campesinos y comuneros que no tienen otra oportunidad para estudiar que estos planteles que sobreviven con presupuestos raquíticos. Entrar a una de las escuelas normales campesinas e indígenas es un privilegio para todos ellos y ven su escuela como su casa, no solo porque ahí habitan, sino porque forma parte de su comunidad, de su pueblo.
Fausto Vallejo ha salido a defenderse en medios de comunicación a modo, asegurando que desde el PRD, la disidencia magisterial y las escuelas normales se busca desestabilizar su gobierno, y que el operativo policiaco se realizó para acabar con la impunidad de los jóvenes que habían secuestrado camiones y autos.
Pero si de impunidad se trata, la mayor destaca entre las autoridades de su gobierno que solapan la corrupción y están coludidos con aquellos grupos que realmente atentan contra la seguridad de los michoacanos.
Hay regiones enteras de Michoacán donde Fausto Vallejo y su brazo duro, el subsecretario de Gobierno, Jesús Reyna, no gobiernan. El crimen organizado es el que manda, y ahí no hay ninguna acción del gobernador para terminar con la impunidad y la inseguridad. ¿Se atreverían a hacer lo mismo en esas zonas que lo que hicieron en Tiripetío, Arteaga y Cherán? Lo dudo, porque ahí se enfrentarían a verdaderos grupos armados y no con estudiantes que se defendieron a pedradas.
El propósito del gobernador michoacano de verse fuerte con una acción desmedida contra los estudiantes sólo lo mostró débil y carente de apoyos. Ahora que si lo que quiere es ganar tiempo para que llegue Enrique Peña Nieto, y desde la presidencia reciba el apoyo político y económico que necesita para terminar su administración, ese cálculo puede fallarle, porque los problemas del próximo jefe del Ejecutivo federal serán tantos, que difícilmente tendrá la atención que él quisiera tener.
La crisis en la que se encuentra Michoacán, generada por una serie de gobernantes incapaces y negligentes, incluidos los del PRD –no por los maestros disidentes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) o los estudiantes normalistas, como señalan los articulistas oficiosos–, difícilmente se resolverá con macanas, gases paralizantes, armas y helicópteros.
Hace falta más inteligencia que fuerza, porque el tejido social que se ha roto se teje, no se forja a fuego y golpes. Y eso, al parecer, es lo que no tiene el gobierno priista de Fausto Vallejo, que sólo quiere enfrentar su propia incapacidad y debilidad con el uso de la fuerza contra jóvenes veinteañeros, hijos de campesinos e indígenas empobrecidos por las mismas políticas gubernamentales aplicadas durante décadas.
Obras mal hechas
Apenas tiene escasos tres años de uso el asfalto de la calle Eulogio Rico, puesto a finales del trienio de Andrés Sánchez y éste ya presenta varios tramos en franco deterioro, tal y como se muestra en la fotografía de Horizontes, dónde se puede apreciar el grosor del asfalto aplicado que a simple vista se aprecia bastante reducido que si se hubiera supervisado para ver su estandar de calidad tendría que haber sido rechazado en su momento a la compañía constructora. Saque usted sus conclusiones.
Sigue el martirio de cuentahabientes
Igual de pésimo el servicio que prestan los cajeros automàticos de las dos instituciones (¿instituciones..?) bancarias que existen en la ciudad, a saber Bancomer y Banamex, a cual más peleando el primer lugar en servicio pésimo a los cuentahabientes, sobre todo en lo que se refiere al servicio del cajero automático que día y noche advierte largas colas que provocan inconvenientes e incomodidades a los afiliados. Al menos Bancomer cuenta con dos cajeros, pero Banamez insiste en mantener en uso sólo uno como si no tuvieran suficientes recursos para habilitar otro que le diera un respiro de tiempo a sus propios abonados. La pura de Don Carlitos, comentan entrevistados en la cola, o lo que es lo mismo, a puro chingar lo único que les interesa son sus propias ganancias subrayan iracundos clientes de Banamex esperando hasta media hora para poder retirar dinero del cajero. Las únicas veces que no hay cola, dijo otro, es cuando el pinche cajero no tiene dinero. Finalizó.
Penosa espera en 70 y más
No se que opine usted amigo lector, pero a muchas personas, entre las que nos contamos, consideramos un poco humillante la forma en que se trata a las personas adultos mayores todos, para tramitar y/o obtener el beneficio del programa 70 y más del gobierno federal. Como lo mostramos en la fotografía de la izquierda de estas líneas, hay personas de muy limitada capacidad para caminar que aún así hacen el esfuerzo por la necesidad, pero cabría investigar la viabilidad de instrumentar otra forma de hacerles menos penosa obtener este beneficio, al menos para los más discapacitados que tan difícilmente se trasladan al jardín principal y peor aún, esperar largas horas hasta que son llamados para entregarles sus documentos.
Con música se siente mejor el ambiente
No se de quién haya sido la iniciativa, pero la idea de volver a funcionar los altoparlantes del jardin principal es un acierto. Sólo hace falta poner música para todos los gustos, de manera aleatoria, de todos los géneros y de forma balanceada y no por largos bloques de un sólo tipo.

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