Por Arturo Fernández Ramírez
Muy a propósito del ya próximo aniversario del inicio del movimiento armado de 1910, es decir, de la Revolución Mexicana, creo que bien valdría la pena reflexionar en torno a los logros que en su momento tuvo nuestro país.
Como sabemos, fueron tres los principales y más trascendentes resultados de la Revolución Mexicana: la educación pública laica y gratuita; la tenencia de la tierra a favor de los campesinos y el sistema de justicia social en el ámbito laboral. Quedando plasmadas dichas conquistas en los artículos 3°, 27 y 123, respectivamente, de la Constitución.
La educación ha sido severamente cuestionada en su gratuidad, ya que por no tener la posibilidad económica para estudiar, son muchos mexicanos los que engrosan las filas del analfabetismo en nuestro país. Y otros tantos simplemente forman parte de la deserción escolar, esto es, se ven obligados a abandonar sus estudios dejándolos inconclusos. Entonces, las principales razones del analfabetismo obedecen al aspecto económico, a que no se tiene dinero para pagar los estudios.
El artículo 27 que en teoría pretendía garantizar que las tierras estuvieran en poder de quienes las trabajaran, es decir, de los campesinos, como sabemos fue reformado en el sexenio salinista y esto vino a acentuar todavía más la crisis en el campo, por lo que tampoco se ha cumplido la máxima de Emiliano Zapata.
Y finalmente, el espíritu social del artículo 123 que tanto se presumía a nivel internacional, ahora con la famosa "reforma laboral" se le dará al traste. Y lo peor de todo es que se le de al traste sin siquiera reformar la Constitución, ya que será una ley secundaria (la Ley Federal del Trabajo) la que pondrá en grave riesgo dicho espíritu social.
Ante la traición que los diputados y senadores del PAN, PVEM y PRI hicieron en contra del pueblo de México a través de esta "reforma laboral", haciendo caso omiso al sentido social que debe prevalecer en el derecho laboral, no queda otra opción que acudir a la Suprema Corte de Justicia de la Nación con la esperanza de echar abajo esas reformas o al menos las que más afectan a la clase trabajadora.
Ciertamente la Corte también resuelve con criterio político, tal y como lo hemos visto en muchos casos en los que simplemente nos ha decepcionado, pero aun así, debemos agotar todas las vías institucionales y una de ellas es precisamente la jurisdiccional ante la Corte.
Si recordamos, cuando se aprobó la Ley del ISSSTE, se declaró constitucional por la Corte, pero a base de tenacidad de cientos de miles de amparos, se ha obligado a nuestro más alto tribunal federal a declarar la inconstitucionalidad de muchos artículos de esa nueva Ley del ISSSTE.
Es decir, se han ganado batallas legales en contra de la Ley del ISSSTE, declarando muchos de sus artículos inconstitucionales, lo que trae como consecuencia dejarlos sin efecto. Luego entonces, es previsible que pueda suceder lo mismo ahora con esta nueva Ley Federal del Trabajo que rompe con muchos principios constitucionales protectores del trabajador.
Solo se necesitará iniciar las instancias jurisdiccionales, nosotros como ciudadanos y como trabajadores debemos analizar seriamente la posibilidad jurídica de promover un amparo en contra de esta reforma laboral.
Quiero pensar que los sindicatos no oficialistas y demás organizaciones sociales y políticas, ya se están preparando para dar la batalla legal en contra de lo que será la nueva Ley Federal del Trabajo.
En conclusión, podemos afirmar tristemente que las tres principales conquistas de la Revolución Mexicana se han perdido o lo que es peor, las hemos dejado perder porque nada hemos hecho para evitarlo ¿O SÍ? Comentarios y sugerencias al correo electrónico arturferam@hotmail.com
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