jueves, 31 de enero de 2013

Las crónicas de Don José

Es verídico, no es sólo imaginación, a mi me lo platicaron algunos señores hace ya más de 70 años, lo recuerdo muy bien, y los señores que me lo dijeron eran personas de más de 90 a 100 años de edad, decian que cuando ellos eran niños muy pequeños, sus abuelitos les habían contado a su vez, estas historias de los pueblos, van de tradición en tradición, de generaciòn en generaciòn, y así es como se saben cosas e historias muy antiguas como la que hoy aquí les relato.
Se trata de lo siguiente : Allá por el año 1440 no existía este pueblo de Usmajac, allá hacia el norte de la poblaciòn había sólo unas cuantas chozas, en donde hoy es el potrero de los Fondos. En esas chozas habitaban unos 72 indígenas entre hombres y mujeres, grandes y chicos en la ex Hacienda de Amatitlán, nadie sabía quién era el dueño, allí vivían dos españoles y dos negros que eran esclavos y un americano. Por donde quiera había nacimientos de agua y las aguas de la playa llegaba hasta los Tepalcates, el Guamúchil y la Cebada, así que la fuente de vida de los indígenas de aquella época era la pesca, labraban la piedra, el metal y de los árboles que ellos nombraban «Amatitlanes», -los había en la Hacienda- hacían papel. Los indígenas de aquel tiempo dentro de sus tribus eran muy unidos, todos eran el uno para el otro, mucho más unidos que lo que son en la actualidad, eran una familia, porque ahora el que tiene come y el que no nomás la ve (la comida). Estos indígenas aparte de ser muy unidos, eran inteligentes sabían además hacer el bien para todos.
No se sabe por qué motivo los indígenas una vez mataron al americano, alguna cosa grave les habrá hecho y no lo perdonaron, porque eso si, no permitían ni una burla, costara lo que costara, eso lo vemos hasta la fecha, pero también sabían y saben guardar sus secretos. Hoy pocos conocen los árboles Amatitlanes, y presumimos de inteligentes, pero es por ellos que lleva ese nombre la Hacienda de Amatitlán. Serán los eucaliptos o quien sabe. Volviendo al principio de este relato, los indígenas tuvieron que dejar sus chozas a causa de una epidemia que les azotó por esos años, tuvieron que emigrar a San Andrés Ixtlán y al Rodeo los pocos que quedaron, pero allá el sol no les dio la cara, les hacía mucha falta la pesca, el metal, las piedras para labrarlas, la tierra para la loza y de pilón los árboles Amatitlanes. No pudieron estar allá mucho tiempo y regresaron a este lugar, y comenzaron a fincarse aquí cerca del arroyo que baja por el Rastro Municipal, para acá es Usmajac y para allá es Amatitlán, este pueblo en que más del 90 por ciento es descendiente indígena, el resto somo mestizos o avencidados. Aquí hay cinco apellidos originales que son : Bernabe, Hernández, Almejo, Urdiano y Terrones, que deben sentirse orgullosos de su pasado.

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