Por Arturo Fernández Ramírez
Tal y como lo habíamos abordado en esta columna la edición antepasada, la máxima casa de estudios de Jalisco llevaría a cabo el 31 de enero la elección del nuevo Rector, lo que así sucedió. Y también habíamos comentado que de acuerdo a analistas políticos, el favorito o el que gozaba de mayor simpatía era precisamente Tonatiuh Itzcóatl Bravo Padilla, pero como en política, nada está escrito, era necesario esperar la fecha de la elección para saber con seguridad el nombre del nuevo rector.
Hoy, con los resultados de la elección, simplemente podemos afirmar que se cumplieron los pronósticos anunciados y que resultó ganador quien contaba con el mayor respaldo tanto al interior de la Universidad como al exterior.
Ciertamente Bravo Padilla pertenece al grupo hegemónico que ha logrado mantener el control de la U. de G. en las últimas décadas, pero aun así se le reconoce un liderazgo propio, se le reconoce una trayectoria forjada por él mismo.
En su época de estudiante fue líder estudiantil, llegando a dirigir la entonces poderosa organización denominada FEG, posteriormente fue diputado federal por el PRD antes de que el llamado "grupo universidad" se integrara a este partido político. Y cuando dicho grupo incrustó en el PRD, Bravo Padilla fue candidato a la presidencia municipal de Guadalajara, habiendo logrado ser regidor, cargo del cual se retiró antes de concluir su periodo para asumir la rectoría del CUCEA.
También se desempeñó como vicerrector y de nueva cuenta en las elecciones de 2006 fue electo diputado federal por el PRD. Se ha caracterizado por lograr tener buenas relaciones con altos políticos a nivel nacional. Por ejemplo, se afirma que su primera diputación federal la logró gracias al apoyo que obtuvo del entonces líder moral del PRD Cuauhtémoc Cárdenas, quien años más tarde estaría presente en el cierre de campaña de Bravo Padilla cuando fue candidato a presidente municipal de Guadalajara.
Y su segunda diputación federal fue avalada por quien en ese momento se había convertido ya en el nuevo líder moral del PRD, Andrés Manuel López Obrador. Es decir, en las dos ocasiones en que ha sido diputado federal, ha contado con el respaldo de los líderes nacionales que en esos momentos han tenido el mayor en el PRD.
En este sentido y como ya lo habíamos dicho, el hoy rector electo era quien de todos los aspirantes tenía la trayectoria más amplia tanto al interior de la Universidad como al exterior, por eso se considera como un acierto su designación. Era hasta cierto punto el candidato natural.
De hecho, desde hace 6 años se le consideraba el fuerte para la rectoría, pero al haber aceptado la diputación federal en las elecciones constitucionales de 2006, quedó fuera de la carrera por el máximo cargo de la U. de G.
Por eso ahora que se avecinaban nuevamente las elecciones por la rectoría, se le volvió a considerar como el fuerte y el favorito para ser el rector, lo que finalmente así sucedió.
A su llegada muchos esperan cambios importantes en nuestra alma mater, sobre todo que se logre afianzar el perfil académico y que se consolide como una de las mejores Universidades públicas no solo de México sino de América Latina. Por la experiencia política y académica de Bravo Padilla, se tiene confianza en que así será.
Falta ahora conocer a los personajes que integrarán su equipo, lo cual también es importante para visualizar con mayor certeza el rumbo que habrá de dársele a esta máxima casa de estudios. Estaremos al tanto de lo que siga sucediendo al interior de nuestra Universidad de Guadalajara. Comentarios y sugerencias al correo electrónico arturferam@hotmail.com
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