jueves, 2 de enero de 2014

Temas de Interés
Por Arturo Fernández Ramírez
Y se nos viene la Cuesta de enero
Como suele suceder cada año, recién concluyen las fiestas decembrinas, inicia el año nuevo y se empieza a resentir la llamada cuesta de enero, que no es otra cosa que la crisis que se agrava en este mes por la falta de recursos para salir delante de nuestros compromisos.
Y es que como, también ya es costumbre, en diciembre nos agobian los gastos que moralmente sentimos que es necesario realizarlos, desde la compra de algunos obsequios para nuestros hijos o familiares cercanos, hasta lo indispensable para tener un convivio familiar en la Noche Buena.
Es cierto que a muchos trabajadores se les paga su aguinaldo, pero también no menos deja de ser cierto que en la mayoría de las veces esta prestación se destina para pagar deudas que se vienen arrastrando durante el año.
Dicho en otras palabras, un alto porcentaje de trabajadores espera con ansia su aguinaldo para pagar sus deudas que durante el año por cuestiones de necesidad tuvo que cubrir, por lo que se queda sin aguinaldo para los gastos propios de la Navidad, lo que a su vez provoca que ya desde diciembre se arranque con una deuda.
El caso es que enero se inicia sin dinero o quizá hasta con deudas y nos enfrentamos a los pagos de todos los impuestos que tenemos que cubrir, desde el predial, el agua, los refrendos vehiculares, entre otros.
Y si lo anterior fuera poco, también es en enero cuando se dan los aumentos a todos los productos y artículos de primera y segunda necesidad. Esto es, aumenta todo.
Aunque aquí cabría aclarar que ya desde hace algunos años los aumentos se han venido dando durante todo el año, tal es el clarísimo caso de la gasolina que aumenta cada mes y obviamente al incrementar este combustible, provoca que también se eleven de precio todos los artículos que consumidores tenemos la necesidad de adquirir.
Y desde luego, lo único que no aumenta o al menos no de acuerdo a la inflación, es el salario de la clase trabajadora, un salario que desde hace décadas perdió su poder adquisitivo.
En fin, aunque estamos todavía expresando nuestros mejores deseos por el año que inicia, no podemos permanecer ajenos a nuestra realidad: la cuesta de enero ya inició y tenemos que enfrentarla de la mejor manera para que nos afecte lo menos posible. Ojala se haya podido ahorrar un poco para estos fines. Comentarios y sugerencias al correo electrónico arturferam@hotmail.com

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