jueves, 6 de febrero de 2014

Temas de Interés
Por Arturo Fernández Ramírez
A propósito de la promulgación de la Constitución de 1917
Este 5 de febrero se celebró un aniversario más de la promulgación de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, por lo que creo que bien vale la pena reflexionar en torno a nuestra Carta Magna.
Cuando se promulgó fue una Constitución modelo para muchos países, por lo que fue ejemplo de muchas otras Constituciones de otras naciones.
      En los últimos años la disyuntiva ha girado en torno a si es conveniente crear una nueva Constitución que responda a las necesidades actuales, ya que, se dice, México no vive las mismas condiciones de 1917, por lo que sí es necesario promulgar un nuevo pacto social.
      Desde la independencia de nuestro país ha habido en total 3 Constituciones, la primera de 1824, la segunda en 1857 y la actual.
Consultando la página de la Cámara de Diputados, tiene registrados hasta el mes de diciembre de 2013 un total de 214 Decretos publicados en el Diario Oficial de la Federación, mediante los cuales se han hecho reformas y adiciones a los diferentes artículos que conforman nuestra Constitución.
       Si en total nuestra Constitución consta de 136 artículos, más los transitorios, tenemos entonces que, si de 1917 a 2013 ha habido más de doscientos decretos que han reformado y adicionado los diversos numerales de dicha Carta Magna, además de que en cada decreto se ha llegado a modificar más de un artículo, incluso en el algunos casos hasta decenas de preceptos se han reformado en un solo decreto, esto quiere decir que el texto actual está muy diferente al original.
       Y peor aún, si durante décadas muchas reformas eran de menor trascendencia, en las dos últimas décadas las adiciones que se han hecho a la Constitución han sido de gran trascendencia al grado de haber virado la esencia social emanada de la Revolución Mexicana.
     A la fecha se han trastocado artículos que históricamente se consideraban esenciales y característicos de una Constitución de corte social, tales como el 3, 27 y 123.
       Por eso, mucho se cuestiona que realmente se trate de la misma Carta Magna de 1917 y que por lo mismo, sea necesario promulgar una nueva Constitución si la actual en realidad ya es otra.
Pero lo más grave aún es que con todo y que en 1917 fue un ejemplo elogiado por muchos países y que en la actualidad ha sufrido cambios substanciales, SIMPLEMENTE NO SE RESPETA.
      En efecto, ¿para qué queremos una constitución "bonita" que consagre todos los derechos o al menos los básicos, si no se va a respetar?
Siendo aquí donde la atención de nosotros en lugar de desviarla a nuevas reformas, a otros cambios, creo que debe ser más en torno a buscar los mecanismos que garanticen el pleno respeto y cumplimiento del contenido de la Constitución.
      Como ley suprema, como ley de leyes, como máxima ley de un Estado, lo que ahí se consagre, lo que ahí se contenga, simple y sencillamente debe ser respetado y cumplido por todos, pero principalmente por las autoridades, quienes tienen la ineludible obligación de garantizar su cabal cumplimiento.
       Si nos pusiéramos a leer estos 136 artículos de la Carta Magna mexicana, nos daríamos cuenta que si se respetara y cumpliera, ya no en todo, sino en una mínima parte, México sería otro, las condiciones de vida de todos nosotros serían muy diferentes a las que actualmente tenemos.
        Y es que, después de todo, si estamos acostumbrados a copiar lo que hace Estados Unidos de Norteamérica, entonces no pasemos por alto que este país del norte ha tenido una sola Constitución que tiene más de 300 años de existencia y sus reformas o adiciones han sido mínimas, se habla solo de decenas y no de centenas como en México. Una sola Constitución con mínimas reformas contra 3 Constituciones de México con centenas de modificaciones.
      Celebremos la promulgación de la Constitución pero no solo limitándonos a decir que se cumple un año más de un acontecimiento histórico, sino luchando porque realmente se lleve a la práctica lo que en la letra ya está plasmado en ese documento y dejemos la discusión de si es necesaria o no una nueva Carta Magna o al menos hacerlo en forma paralelo al esfuerzo que como mexicanos debemos hacer para que se respeten todos los derechos consagrados en nuestra Constitución. ¿O usted que opina estimado lector? Comentarios y sugerencias al correo electrónico arturferam@hotmail.com

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