Por Arturo Fernández Ramírez
Muy a propósito de la nota publicada la semana pasada en este semanario de Horizontes, es importante no echar en saco roto esa llamada de alerta.
El dengue al ser una enfermedad que se transmite con mucha facilidad, es ampliamente susceptible de provocar una grave epidemia en cualquier comunidad con fatales resultados.
Nuestro municipio de Sayula ha sufrido ya en otros años de esta enfermedad con resultados lamentables al registrarse pérdidas humanas.
Por eso es importante actuar en forma preventiva, porque después resulta más complicado abatir esta enfermedad que en algunos casos llega a ser mortal.
Más allá de las acciones preventivas que pudieran llevar a cabo nuestras autoridades sanitarias, la principal prevención está en nosotros mismos, por lo que es necesario poner manos a la obra.
En efecto, el transmisor del dengue es el insecto que conocemos como zancudo, el cual crece, nace y se desarrolla de manera principal en agua estancada.
Siendo por tanto los principales focos de infección nuestros propios hogares cuando por descuido o negligencia dejamos que se estanque el agua en diferentes puntos, no solo en los lugares que normalmente suele ser almacenada como tinacos o pilas.
Podríamos decir que en este año el temporal de lluvias se adelantó, ya que aun cuando normalmente inicia en junio, ahora durante los meses de abril y más en mayo, fueron intensas las precipitaciones pluviales, tan intensas que hasta fuertes granizadas nos sorprendieron.
Entonces, este adelanto de las lluvias provocó que el zancudo transmisor del dengue tuviera ya muchos lugares donde crecer y reproducirse, de ahí los brotes de esta enfermedad en nuestro municipio.
Una de las acciones preventivas de las autoridades sanitarias es visitar los hogares y depositar en las pilas y tinacos el antídoto contra los zancudos, pero al empezar a llover, se forman charcos por doquier, lo que, insisto, se convierte en los "hogares" de estos animales.
Por ello, con todo y las acciones que emprendan las autoridades en materia de salud, incluido el fumigar, la participación de nosotros es decisiva.
Las autoridades solas no podrán enfrentar con éxito el dengue, pero si nosotros nos sumamos de manera responsable, se evitará el brote y la propagación de esta grave enfermedad. Ojala entonces que actuemos de inmediato en nuestros propios domicilios. Solo así estaremos protegidos y no tendremos nada que lamentar después. O usted qué opina estimado lector. Comentarios y sugerencias al correo electrónico arturferam@hotmail.com
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