viernes, 22 de agosto de 2014

Más sobre los Cañones Antigranizo:
¿Quién le puede poner puertas al cielo?
Por Federico González Alfaro


¿Quién le puede poner puertas al cielo? No es difícil imaginar hasta qué punto la ceguera y/o ignorancia de la burocracia mexicana constituye un estado peligroso y temible.
El uso indiscriminado de cañones y cohetes con sales de plata para combatir el granizo, lo quieran aceptar o no, está generando un gran descontento social y escasez de lluvia en donde son utilizados sin control alguno.
Me sorprende que un sistema como el mexicano, con un complicado y rígido sistema de prohibiciones, reglas y ritos, sean tan, por decírselos suavemente, tan idiotas.
En España, señores funcionarios, el uso de estos dispositivos está PROHIBIDO desde hace años por cuestiones medio-ambientales. Pueden corroborarlo en Europa Press-Merida-13/06/2014
Sin embargo, aquí en México, les transcribo la opinión del director de inspección y vigilancia de la PROFEPA en Michoacán , en referencia al uso de estos dispositivos: “Se encontró que las emisiones de ruido estaban por debajo de lo que establece la norma oficial mexicana. No se puede determinar si los cañones antigranizo son los responsables de la escases de lluvia por carecer de evidencias científicas, hemos dado vista a la comisión nacional del agua”.
“Solo se tienen programadas visitas a las zonas afectadas, ya que es lo ÚNICO que les faculta la Ley”.
Antes de quedar prohibidos, se medía la temperatura de la nube para ver si había o no la posibilidad de que se pudiese generar granizo.
En Sayula, se le tira a cuanta nube aparece. Como diría Villa: “mátenlas en caliente”. Los productores de fruta y hortaliza, argumentan que pueden hacer lo que la Ley les permite para proteger sus cultivos. Claro, con unos funcionarios públicos tan ignorantes, con una Ley de protección ecológica tan vaga, es lógico que se les permita hacer y deshacer lo que los plazca.
El detalle, como decía Cantinflas, está en que  AUN NO PUEDEN PONERLE PUERTAS AL CIELO, no pueden controlar que no les llueva a ustedes, pero que si les llueva a sus vecinos.
Pero, en fin, en un país donde domina la tristeza, no se persigue el delito, se castiga a la pobreza. Siempre, los más perjudicados, son y  seguirán siendo los ejidatarios, los pequeños propietarios y el medio ambiente, al fin y al cabo, cuentan con la ignorancia, complicidad, cinismo y demás calificativos que le podemos poner a tan idiotas funcionarios públicos.

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