sábado, 31 de enero de 2015

La educación, el mejor antídoto
Federico Gonzàlez Alfaro
Cuando un país está en crisis, el empleo se contrae, las oportunidades disminuyen, la desesperación aumenta. Esto es especialmente aplicable para los jóvenes recién egresados.
Al ser hijo y nieto de ciudadanos españoles, su servidor es español de origen. La relación con mi padre y mi familia paterna, es muy estrecha, Ustedes son testigos de ello, siempre que ocupo de mi padre el está conmigo y mi familia para apoyarnos incondicionalmente e inmediatamente.
Mi relación con España, es por lo tanto muy estrecha. Mi padre, vota en el país vasco, en la hermosísima villa de mis antepasados, Balmaseda.
Como es sabido, España atraviesa por una grave crisis económica. El paro, como se le llama en España al desempleo, es muy elevado. 22% para el conjunto de España. A pesar de tan negro escenario, los jóvenes vascos siguen preparándose. Mejor dicho, hoy más que nunca, la educación es el mejor antídoto contra el paro. Mientras más formación se tenga mejor. No falta, como siempre, que algún despistado diga que Euskadi (el país vasco) tiene un "exceso de formación", por que no hay mercado para tantos jóvenes con formación superior. Que conocen a el hijo de tal vecino que estudio una carrera profesional y que esta empleado en un puesto que no requiere su grado académico, entre un sinfín de comentarios similares.
Es verdad, en crisis, los jóvenes profesionistas pueden verse obligados a aceptar trabajos de menor cualificación que la que tienen, eso es cierto. Pero lo contrario jamás ocurre: que una persona sin estudios superiores pueda operar del corazón a un enfermo, que haga los cálculos estructurales de un edificio, podrá trabajar de albañil o de peón, pero jamás tendrá la capacidad de calcular una obra de verdadera importancia.
Los jóvenes vascos, como el resto de los jóvenes europeos, tienen la ventaja que si el mercado laboral de su país de origen se contrae, pueden buscar nuevos horizontes en el resto de la Comunidad Europea. Y es ahí, donde su preparación cuenta igual o aún más, que en su país de origen.
Hay cosas que no dependen de la voluntad del joven egresado, como hacer que la economía crezca. Pero lo si de el depende, es tener en claro su futuro. Hoy, más que ninguna otra cosa y más que nunca antes.
Los jóvenes deben pensar como ser autónomos, ser dueños de su destino.
Dos de mis hijos en este año van a comenzar con sus estudios profesionales. Los van a Iniciar en México y terminan en Alemania.  Su futuro profesional y personal está ya pensado y decidido por ellos. No dependen de la voluntad de ninguna viejita, ni esperan, mucho menos, su compasión o  su dinero. Lo mismo debe ocurrir en todos los jóvenes de cualquier nacionalidad. Piensen en su futuro. No esperen nada de nadie, mucho menos sometan su futuro a la voluntad de terceros.






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