domingo, 2 de octubre de 2016

                         La historia de una Fábula hecha realidad 
Por Rodrigo Carrión Grajeda

Hace algunos años un grupo de ejidatarios aquí en Usmajac recibimos varios talleres sobre diferentes temas principalmente en cuestiones  relacionados con nuestro trabajos agrícolas, con el fin de superar o romper viejos paradigmas que sin que lo notemos detienen de gran manera las buenas intenciones de quien o quienes pretenden sacar del atraso económico y cultural al grueso de los campesinos  por lo regular enajenados a través de los años por alguien, o por algo. En primer lugar la persona encargada de dichas conferencias nos mostró con algunas ilustraciones, varios ejemplos de cómo añejas costumbres de los pueblos la mayoría de las veces  sirven de lastre que no deja que las cosas avancen como se debiera beneficiando a todo el municipio en general. Aunque es simple el ejemplo espero darme a entender estimado lector narrándoles una de las ilustraciones la cual sirvió como ejemplo principal para iniciar nuestro curso de superación y crecimiento de quienes asistimos a dichas conferencias. Resulta que en una ocasión un investigador metía 6 changuitos en una jaula del tamaño de una habitación y dentro de la jaula una escalera de regular tamaño la cual tenía un penca o racimo de plátanos en la parte de arriba.  Como los plátanos son una de las comidas preferidas de este tipo de animales, buscaron la manera de llegar a ellos y comérselos. Lo que no esperaban es que cuando alguno de los changuitos espesaba a escalar un chorro de agua los bañaba a todos por igual dejando el intento para que el agua dejara de bañarlos. Días después sacaron a la mitad de los changuitos y metieron a otro que  no sabían lo de la bañada, mas sin embargo al mirar que un changuito intentaba alcanzar los plátanos no nomas los que sabían de la bañada que les esperaba lo jalaban, también los changuitos nuevos jalaban al valiente changuito que intentaba trepar por los plátanos quedando solo en él intento. Esto es algo parecido, sino igual, o semejante a lo que por desgracia paso este pasado Domingo 18 del presente mes durante el cambio de comisariado en el ejido Sayula donde nuevamente los ejidatarios en su mayoría detienen, sin querer queriendo, el esperado  y necesario desarrollo del ejido pues al elegir nuevamente a quienes en su momento han servido de tropiezo para que este ejido detone en toda su capacidad, entierran inconscientemente con esta errada elección, el futuro del gremio campesino del ejido Sayula.  Lo digo porque quien quedo como presidente del comisariado ejidal Juan López, desde su primer encargo 1993-1995, miles de tropelías ha hecho en contra del ejido y los ejidatarios logrando primeramente la división entre los campesinos con la enajenación de tierras a terceras personas apoyado en el programa PROCEDE.  Después de todo lo anterior en su segundo cargo varios campesinos se miran afectados dentro de sus propiedades ejidales al hacer nuevos reajustes en sus tierras afectando también terrenos de uso común en la sierra de Tapalpa.  Larga sin duda es la historia de este personaje que por desgracia es descendiente directo de quienes en su momento y con muchos sacrificios sudor y sangre fundaron el ejido Sayula y lo mantuvieron vivo y creciendo durante más de 60 años aproximadamente.  Actualmente muy poco queda por repartirse entre los campesinos, los lotes en diferentes fraccionamientos ejidales ya están enajenados muchos de ellos  a personas ajenas al ejido, las parcelas por lo regular, solo queda el fondo común o monte del "clarincillo" pulmón natural en peligro con una extensión inicial de 462 hectáreas en la sierra de tapalpa la mayoría de este terreno en posesión personas también ajenas al ejido con riesgo de ser deforestado en su totalidad. No cabe duda de que los seres humanos tenemos gran semejanza con algunos animales como el elefante por ejemplo. Que cuando de pequeño lo amarran a una estaca que no pueden arrancar pues no tienen la suficiente fuerza para ello, de grande ni siquiera lo intentan pues su débil naturaleza pinza que la estaca está demasiado dura para soltarse y ser libre de sus captores.  Rompamos añejos paradigmas que detienen nuestro desarrollo cual sea tu oficio o trabajo no nomas los campesinos que por no mirar adelante y propiciar el cambio, corren el riesgo de su desaparición como entidad campesina.
   

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