domingo, 2 de octubre de 2016

LA POLITICA DESDE GAYOLA

Por Rodrigo Sánchez Sosa


Aunque no me atrevería a decir que la historia es un círculo vicioso que se repite, tengo que reconocer que lo que algunos analistas políticos plantean; puede tener algo de razón. Algunos analistas, revisando la historia, nos dicen que se da una recurrencia cíclica entre periodos de emancipación y de sometimiento social en la historia de occidente. Que luego de un tiempo de explotación e injusticias contras las mayorías, estas se reivindican frente a los tiranos, surgiendo una ideología de vanguardia y una lucha por liberarse de los sistemas económicos cuya base es la injusta explotación de la mayoría de las personas en beneficio de unos cuentos. Pero luego de la lucha y la emancipación resurge la clase dominante, con las mismas tendencias y el mismo discurso, ahora modificado para adaptarse a las nuevas realidades impuestas por la rebelión de las mayorías. Los sistemas políticos en la historia son varios y sus discursos también, las formas de explotación son diversas, y el modo de producir nuestro sustento y la necesidad de protegernos y proteger a los nuestros, de acuerdo a cada época, varia, sería difícil en este espacio referirlos a todos, baste con entender que la lucha de clases planteada por Marx tiene una lógica que no es fácil desafiar, si uno es honesto y objetivo: la lucha entre los sometidos y los que someten, se repite, solo es diferente el escenario. Si esto lo reducimos a México, nuestro país, nos resulta un poco menos complicado de entender: Fuimos sometidos por los españoles (y digo fuimos porque no somos españoles, pero tampoco indígenas es un decir…) durante la colonia en una organización de producción feudal, es decir los españoles eran los poderosos, los dueños de tierras y vidas, y difícilmente, resistiendo y luchando tanto el indígena y el mestizo lograba sobrevivir con dignidad. Luego vino la independencia, nos emancipamos de España peros lo poderosos en México, siguieron su tendencia a querer vivir de las masas pobres y fue necesario plantearse un sistema de gobierno más justo, con leyes que no permitieran que el régimen colonial se repitiera en una nación libre y diversa; no habían pasado ni 30 años cuando, estábamos luchando de nuevo los mexicanos por un república federal, libre y democrática, ahora contra los conservadores y la iglesia, y su sistema virreinal de organización que quería imponer un soberano como en la colonia, y que de hecho habían puesto uno, Iturbide aceptó el cargo de emperador, luego que ningún príncipe europeo, como querían los conservadores y la iglesia acepto la corona del primer imperio mexicano. Luchamos porque no fue suficiente derrocar a Iturbide y llamar a un congreso constituyente, le ideal conservador volvía por sus fueros y la inercia de organización monárquica y autócrata del pueblo facilitaba las cosas para los retrogradas conservadores, fue necesario ganar con las armas el derecho a liberarnos de eso. Pero, derrotados los conservadores en México, volvieron su mirada a Europa y con la ayuda de Napoleón tercero de Francia y Maximiliano de Habsburgo, impusieron un segundo imperio, las tropas francés después que las gringas nos invadieron, las segundas se contentaron con la mitad del territorio nacional, pero los franceses querían todo el país, Con muchas dificultades, valor y miles de vidas perdidas, y claro suerte, los franceses tuvieron que irse ante la situación en Europa; Los mexicanos echaron del país a las tropas francesas y fusilaron a Maximiliano, sometieron a la iglesias quitándole todos sus privilegios y tierras. Uno creería que sería todo para los conservadores mexicanos, tantas veces derrotados, pero no. Una vez más, asaltaron el poder con Porfirio Díaz e impusieron una cultura europea y una segregación de los pobres y los desposeídos, volvieron increíblemente los privilegios, la iglesia se adaptó al nuevo orden, y una vez más, los ricos explotaban cómodamente a alas mayorías en este país. Vino la revolución, el campesino, el indígena, el mestizo desposeído, que después de Hidalgo y Juárez aún existía en México, se reveló por enésima vez, por un derecho básica la libertad. Una vez ganó, pero los explotadores no se fueron, solo se cambiaron de camiseta, asesinaron a los líderes campesino, Villa, Zapata y otros, volviendo a los mismos vicios, once años después de haber iniciado la revolución, las tierras no se repartían al campesino, pero los pequeños burgueses agrarios como Carranza y Obregón, veían felices como su idea de la pequeña propiedad florecía a costa del ejido popular; tuvo que llegar otra revolución, en esta ocasión política, para mover la balanza del lado del oprimido, y fue Cárdenas, Lázaro, quien implementó una seria de ajustes a la revolución fraudulenta de los sonorenses y norteños para repartir las tierras en 1921 entre los campesino pobres. Y expropió la riqueza del país a las trasnacionales extrajeras, gringas e inglesas, que lo boicotearon, que si no es por la segunda guerra mundial bien aprovechada por Cárdenas, quién sabe cómo hubiera terminado eso de la expropiación petrolera. Pero no terminó allí, la cosa. A pesar de los cambios, de las leyes, de las políticas en favor de las mayorías, las minorías, los poderosos, los tranzas, los vividores, los caciques y explotadores, se las ingeniaron para sobre vivir. Luego nació el PRI, y ya sabrá usted, lo que sigue… Hoy en el ámbito global, hemos visto como países enteros entran en quiebra, sus habitantes se levantan contra los poderosos dueños del mundo y sus recursos, solo para sufrir una derrota estrepitosa ¿recuerda el corralito en Argentina? ¿La crisis en Grecia? ¿La primavera árabe? ¿El movimiento "ocupa" en Europa? ¿El fraude de 2006 en México?...nada pasó las condiciones en todos estos países son las mismas. Hoy frente a realidades más radicales como el racismo en Estados Unidos, el narco en México, la crisis de migrantes en Europa y aquí mismo en nuestra frontera norte. Las masas masacradas en Siria, Palestina e Irak; la imposición de una realidad por los poderosos, está llevando a movimientos de masas desesperados en el mundo, el sistema que los poderosos califican como único el más racional y practico, está vomitando millones de muertos en todo el mundo, el hambre, desplazamiento y pobreza de la mayoría de la gente en el planeta; y la hora del contra golpea ha llegado. Solo que hoy, puede surgir tan radical como las causas que lo provocan, la candidatura de Trump en Estados Unidos es un claro ejemplo de ceguera e ignorancia de las masas que están desesperadas frente a una realidad que ya no cumple las expectativas de esperanza, libertad y vida digna de las mayorías, y en el ciclo histórico éste que los analistas ven, seguiría una explosión de esa fuerza de las masas, pero ahora, desde la radicalidad, el impulso ciego. No es la Primera vez, en otros momentos de la historia ha sucedido, con fatales consecuencias para los opresores de la humanidad. El mundo complejo que vemos, se resuelve en la misma dinámica. Los fenómenos que presenciamos, son el preludio de un proceso que no sabría yo decir cuánto durará, ni sus efectos finales, pero, es seguro que suceda. Un colapso global no es descartado, lo que significa, dolor y muerte lamentablemente, y no es un augurio trágico, ya pasa en oriente medio, en Haití, en las fronteras de nuestro país, en las costas orientales de Europa, le modelo actual del opresor era tan complejo que ni ellos mismos vieron sus alcances en este ciclo de acción reacción de la historia de la humanidad. Si creemos que estamos lejos de la muerte de niños en siria y Palestina, no olvidemos la guardería ABC, Ayotzinapa, la narco violencia; todo eso es parte de la forma violenta de sostener el poder de los plutócratas del planeta, no es casualidad ni hecho aislado, como no lo fue la matanza de españoles en Guadalajara en 1800, rio Blanco Sonora en 1910 o Tlatelolco 68. Esto es la guerra perpetua, si quiere saber de qué lado está, en qué equipo juega, métase la mano al bolsillo y usted solo se responderá. Bienvenido a la realidad, eso es lo que la política juega a evitar, la barbarie que hoy todo permea, incluida la misma política

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