martes, 12 de junio de 2018

Especial para Horizontes...
Historia de las erupciones del Volcán
de Colima y sus impactos en Sayula
Reportaje de Investigación de  Rodrigo Sánchez Sosa, Cronista de Sayula 

Los recientes acontecimientos en Guatemala con la erupción volcánica cerca de una zona poblada, nos impelen a revisar la historia de nuestro coloso activo en el sur de Jalisco, el Volcán Colima. Este tiene ya mucho en proceso de erupción, son procesos muy largos, de años, pero los vulcanólogos, por su historia; saben que este hará erupción tipo la de Guatemala en cualquier momento, pues su ciclo es de 100 años y la ultima de esa dimensión fue en 1913 . El peligro para Sayula entonces fue, la ceniza toxica. Si ocurriera hoy una erupción parecida ¿Qué esperaríamos en Sayula?, la historia nos da los datos para saberlo. Los peligrosos flujos piroclásticos, ríos de lodo volcánico: ceniza, rocas y gases a altas temperaturas que en Guatemala mataron a más personas despareciendo pueblo enteros en segundos, representan el mayor peligro; en el caso de el Colima, dado que bajan por las barrancas y causes de arroyos y ríos desde el volcán, lo harían, como se puede ver en las cicatrices de estos accidentes geográficos en el complejo volcánico del sur, por el lado de Colima hacia el sur y occidente, amenazando poblaciones grandes como La Yerbabuena, La Becerrera, EL Jabali, La Joya y San Antonio en el Estado de Colima, además de Juan Barragán, Agostadero, Los Machos, El Borbollón, Durazno, San Marcos, Tonila, Cofradía de Tonila, Causentla, El Fresnal, Atenguillo, Saucillo, El Embudo y El Chayán, en el Estado de Jalisco, y en segundo término a otras poblaciones de ambos estados un poco más alejadas como son Quesería, Ciudad Guzmán, Sayula, Tuxpan, la ciudad de Colima, Villa de Álvarez, Comala y Cuauhtémoc y Atenquique. Hacia el norte del volcán, los flujos piroclásticos suelen estancarse en los barrancos en los municipios de Tuxpan y Zapotitlán de Vadillo.  La investigadora del CUSH de la U de G Laura Catalina Arreola Ochoa, afirma que, según registros, en 1955 un flujo de sedimento y agua que bajó del Volcán por la barranca de Atenquique destruyó completamente el pueblo y mató a casi todos su pobladores.
 "Para tener la oportunidad de evaluar el peligro que representa el Volcán de Colima (o Volcán de Fuego), el más activo de México, se debe conocer su comportamiento en el pasado. Si no tenemos información al respecto, no sabremos qué tipo de erupción debemos esperar, hasta dónde pueden llegar sus emanaciones y qué daños pueden causar", dice Lucía Capra, investigadora del Centro de Geociencias (CGeo), campus Juriquilla, de la UNAM.
A lo largo de los últimos 500 años el Volcán de Fuego de Colima ha tenido más de 40 eventos eruptivos de tipo explosivo y efusivo entre las que destacan las de 1576, 1606, 1690, 1818, 1869, 1903, 1913, 1960-61, 1965, 1975-76, 1981-82, 1991, 1998-99, 2001-2003, 2004-2005, 2007-2011, 2013-2017, hasta el 03 de febrero de 2017 que fue la última explosión contemporánea. Se conocen los estilos y patrones eruptivos, los volúmenes de material arrojado, las alturas de sus columnas, y el alcance de sus depósitos.
El Volcán de Colima ha tenido distintas actividades, desde las más moderadas, como coladas de lava, cuyos alcances son muy reducidos y no representan un peligro para las poblaciones aledañas, hasta erupciones muy grandes, principalmente plinianas como la de Guatemala, que generan columnas de 20 ó más kilómetros de altura.
La caída de ceniza relacionada con una renovada actividad del coloso representa una seria amenaza para las comunidades asentadas en sus faldas y para las zonas urbanas cercanas. En su historia, se observa que aproximadamente cada 100 años tiene una erupción pliniana y que la más reciente, en 1913, ha sido la más grande en tiempos históricos; comenzó el 17 de enero y tuvo su pico más alto el día 20 de ese mes. Sin embargo, a pesar de los registros y de la documentada erupción de 1913, no se ha hecho una evaluación completa del riesgo por caída de ceniza durante una potencial erupción pliniana. Uno de los peligros principales es el colapso de techos; se ha calculado que, si se acumula una capa de 10 centímetros en los techos de las casas, es suficiente para que empiecen a sufrir daños estructurales, y hasta se colapsen. Al reconstruir ese evento, los depósitos de material alcanzaron un espesor de 45 centímetros a ocho kilómetros de la cima del volcán, y de 15 en Ciudad Guzmán, ubicada a 26 kilómetros. Por ello, se recomienda limpiar constantemente todos los techos durante una erupción pliniana.
Aunque este tipo de sucesos tiene efectos muy locales, una persona que viva a 300 kilómetros del volcán puede experimentar sus consecuencias. Por ejemplo, la ceniza arrojada en 1913 llegó hasta Guadalajara y Saltillo, porque los vientos de la región casi siempre soplan desde el Oeste a Este.  Si se considera la actividad actual del Volcán de Colima, lo más probable es que su domo continúe en crecimiento y origine flujos piroclásticos, es decir, corrientes turbulentas de gas y material sólido que se mueven al ras de la superficie, se encañonan, siguen las barrancas principales y pueden superar barreras y llegar a mayores distancias. En efecto, estos flujos pueden alcanzar poblaciones ubicadas en un radio de unos ocho kilómetros. En el caso de Guatemala llegaron a más de 15 kilómetros. 
Entre las más recientes explosiones producidas en el Volcán de Colima tenemos las ocurridas en Julio de 1987, la del 21 de julio de 1994, que dejó un cráter en la superficie del domo formado en 1991 con un diámetro de 130 metros por 50 metros de profundidad y produjo una ligera lluvia de ceniza hacia el Oeste. El 10 de febrero de 1999 se presentó un nuevo evento explosivo en la cima del volcán, mismo que fue repetido con menor intensidad los días 18 de febrero y 10 de mayo de 1999. El 17 de julio de 1999 tuvo lugar una nueva y violenta explosión que arrojó una gran cantidad de material incandescente por los costados del volcán y levantó una columna de ceniza superior a los 8 Km. Durante los meses de mayo (días 16, 24 y 30) y junio (días 2 y 5), y hasta finales de septiembre de 2005, ocurrieron alrededor de 17 eventos explosivos de los más importantes registrados por los sistemas de monitoreo volcánico de la Universidad de Colima. El evento explosivo del día 5 de junio de 2005, a las 14:20 horas (tiempo local) produjo flujos piroclásticos principalmente al Sur y Este del edificio volcánico y levantó una columna de ceniza superior a los 4 kilómetros desde la cima, la cual fue llevada por los vientos al Sur-Sureste del volcán a una velocidad aproximada de 25 Km/hora. Esta explosión por su energía sísmica liberada es considerada como la más importante desde 1913.
Gracias a investigaciones, se tienen referencias de velocidad, temperatura y tipo de impacto de los flujos que podrían llegar a ciertas localidades cercanas. Sayula está 40.8 kilómetros del Volcán el Colima, por lo que difícilmente sería alcanzado por los gases de flujos piroclásticos, que son los que, en Guatemala, según los vulcanólogos, alcanzaron hasta más de 15 kilómetros desde el cráter en la reciente tragedia del Domingo pasado, matando e hiriendo a muchas personas. Se espera una erupción importante del Colima a corto plazo, por lo que hay que estar atento al semáforo volcánico. Ante la concreción del fenómeno natural, la población de Tuxpan, Zapotitlán, Zapotiltic, Zapotlán, Sayula y San Gabriel debe permanecer alerta y, ante la caída de ceniza, cubrirse la boca y la nariz con un pañuelo húmedo, limpiarse los ojos con agua, cerrar las ventanas y permanecer en casa el mayor tiempo posible.


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