martes, 19 de junio de 2018

Especial para Horizontes...
La organización social y política
del Sayula indígena
Reportaje de Investigación de  Rodrigo Sánchez Sosa, Cronista de Sayula 

El señorío de Tzaulan con sus más de 600 años de existencia como tal a la llegada de los españoles, pero con sus más de 1800 años, para entonces, como unidad cultural, política y social (300 aC); no nos dejó una relación de sus gobernantes o más bien, la tradición oral recopilada a finales del siglo XVI por los españoles en las cartas de relacción, no llegaron hasta nosotros, luego de que se perdiera en los archivos de España," La Relación de los Pueblos de Ávalos". Este documento sigue extraviado hasta el día de hoy. De forma indirecta ha llegado hasta nosotros cierta información de los últimos gobernantes indígenas del señorío de Tzaula: la señora de Sayula María Copaxa, Hernando Cuantomac, don Juan Manrrique y el gobernante de Usmajac a la llegada de los españoles, Alonso Caíame. La organización política era la monarquía hereditaria, hasta donde se puede ver en los registros históricos, aunque pudo ser una interpretación de los españoles. La peculiaridad o quizás perspectiva de los conquistadores, fue que en 1531 existían dos gobernantes del Tzaulan indígena, María Copaxa y Cuantomac. No se debe olvidar que los españoles permitieron que la organización política de los indígenas en esta zona permaneciera durante los primeros años de la colonia, para preservar el orden del señorío, además de que, la ley de la Corona española permitía los gobiernos hasta cierto punto independientes de los indígenas a los que se llamaba República de indios, con su cabildo y principal señor  indígena, Hasta donde sabe quien esto escribe, tampoco hay registro de cuándo desaparecieron las dinastías indígenas de gobernantes en Sayula; pero ya para el siglo XVII se hablaba sólo de Alcaldes indígenas, pero no de señores, principales o nobles indígenas en el sentido que lo entendían los españoles, en estas tierras del Tzaulan, ya para entonces los Pueblos de Ávalos.

El orden antiguo era claro, no se cuestionaba, los gobernantes eran designados por la deidad mediante su origen, no había votaciones, ni intrigas, ni guerras sucias, si alguien quería el poder ajeno debía conquistarlo por la fuerza, para lo cual debía ganarse la voluntad de los guerreros que morirían por él. No era fácil cuando no había dinero con que comprar esas lealtades porque simplemente no existía. Los líderes debían ser seres nobles, versados en sus valores, cultos, sabios y amar a sus pueblos profundamente. La democracia aquí no operaba, ni se conocía, ni siquiera los españoles entenderían lo que nosotros entendemos hoy por democracia. Pero ambos tenían algo que nosotros ya perdimos,  honor, nobleza y amor por nuestros pueblos, no por el dinero o los bienes. En especial estas formas eran necesarias en el  Tzaulan antes de los españoles, que  era un señorío enclavado entre dos poderoso pueblos guerreros que se mantenían a raya uno al otro, los purépechas y los colimotes o tecos; para darnos una idea de su poderío, los aztecas nunca pudieron someter a los purépechas y por la misma razón geopolítca a los colimotes. Tzaulan, era un poderoso señorío diplomático, cuya lengua se hablaba en los territorio purépecha y colimote, lo que es evidencia de su influencia política y cultural, sin ser un gran imperio guerrero ¿Que tenía el Tzaulan que como base de su organización política y social permitió esto último? Eso es lo que nos toca descubrir, como descendientes de ese milenario pueblo noble y culto
Los Pueblos de Ávalos, cuentan las crónicas españolas de la época, tenía en cada núcleo habitacional importante, dos señores, uno otomí y otro nahua.  Munguía Cárdenas en su monografía La Provincia de Ávalos,  citando las Crónicas Misceláneas de Fray Antonio Tello, dice que los enviados de Nuño de Guzmán a los Pueblos de Ávalos documentaron dos gobernantes, Itlizuchitl Zotlomet y Cuantomac . Al parecer el primer gobernante citado es una mujer, por el nombre nahua, ya que hace referencia a un nombre común para mujer entre los nahuas: Xochitl. Otras crónicas se refieren a esta misma mujer gobernante o ciuapili sometida al señorío Tzayulteca con la que topara Nuño de Guzmán.  Por  esos años, 1533, Fray Pablo Beaumont, nos cuenta cómo al regreso de su viaje a tierras del norte, Fray Juan de Padilla, en Zapotlán, funda un convento donde bautiza a los indígenas de Sayula que viajan hasta ese pueblo para someterse a la nueva fe, entre ellos el cacique de Sayula, Hernando Cuatomac, quien ayudó al fraile Padilla en la evangelización de esta provincia.   Un documento de  compraventa de tierras en Usmajac, en 1536, para fundar la hacienda de Amatitlán,   donde Alonso de Ávalos "el viejo" compra los predios a Doña María Copaxa reina o señora de Sayula, deja en claro quién administraba el señorío de Sayula a la llegada de los españoles.
"En el pueblo de Sayula, en la provincia de Avalos… Don Juán Manrrique, hijo de doña María Copaxa, a su vez "la señora natural" (gobernante autóctona) de ese mismo pueblo, alrededor de 1536… a catorce años de la conquista y a doce años de haber sido encomendada la provincia, Alonso de Avalos Saavedra, su encomendero, adquirió tierras en Usmajac, pueblo sujeto de Sayula, a cuatro kilómetros de la cabecera. En la transacción aparecen como vendedores Doña María y Don Juan Manrrique, ya citados, además intervienen un intérprete capaz de leer y escribir en esta muy temprana fecha, cuatro principales de Sayula, Don Alonzo Caíame, "señor natural" o gobernante autóctono de Usmajac, y otros principales de este pueblo. Llama la atención que doña María Copaxa estaba casada con un macegual, Francisco de Ulloa, quien, a pesar de que actuaba también como intérprete, no firmó por no saber escribir."
(Hillerkuss, Thomas. La república en los pueblos indios de La Nueva Galicia siglo XVI.)
Entre 1533 y 1536, se pueden documentar en Sayula dos gobernantes, un hombre y una mujer: de acuerdo a la relación de estos documentos, se podría decir que Hernando Cuatomac   fue el señor nahua de Sayula, mientras que doña Maria Copaxa fue la señora otomí del mismo (hasta 1547 que es substituida por su hijo Don Juan Manrrique, según el mismo documento.); de igual manera, se puede concluir que, Hernando Cuatomac representaba un interés superior en el señorío de Sayula, mientras María Copaxa pudo estar sometida a él, como señora de una provincia tributaria. El que el documento de venta de tierras a Alonso de Ávalos en Sayula, no aparezca Cuautomac, podría significar que éste tenía como función el cobro de impuestos y la representación de un señorío  mayor al que estaba sometida Sayula.
De acuerdo a las excavaciones del sitio "Casco" en Usmajac, que documentan entierros del tiempo previo al arribo de los conquistadores españoles, se sabe que había poco presencia tarasca en esta parte de la cuenca de Sayula durante la fase Amacueca, en comparación con el centro y noreste de la laguna, por lo que los intereses representados por Cuautomac pudieron ser los del señorío teco de Colima. A la llegada de los españoles y sometimiento del señorío de Colima (1523), Cuautomac pudo servir como traductor y difusor del nuevo orden político y religioso, como  señala Fray Juan de Padilla y otras crónicas. 
En el caso de la Ciuapilli María Copaxa, el documento muestra que hubo necesidad de intérpretes durante la compraventa de los terrenos a Alonso de Ávalos; para esa temprana etapa de la conquista, no era el idioma español el que se imponía a los sometidos, sino el náhuatl del valle central , que más tarde sería substituido por el español. El hijo y el esposo de Copaxa, ya con nombres españoles, pudieron servir como traductores en la firma de este documento de compra venta. Lo cual dejaría ver dos cosas, uno que eran subordinados de Doña María Copaxa gobernante Otomí, y que esta no hablaba el náhuatl del valle central. 
Sin embargo:
"Tampoco pude hablarse de que, en cada aldea de aquellas, hubiese una misma forma de gobierno. En algunos casos éste era hereditario, lo que daba lugar en ocasiones a que mujeres tomaran el mando desde la muerte del marido hasta que el hijo estaba apto para la sucesión."
El anterior pudo haber sido el caso de la Señora de Sayula; aunque no necesariamente, pese a que el mismo documento señala que el hijo de Copaxa unos años después gobernaba ya  Tzaulan. Por otro lado, el documento menciona claramente el nombre del marido de la Ciuapilli, al que identifica como un macegual (plebeyo indígena), Francisco de Ulloa; lo que no descarta que fuera viuda, y que dado el origen social de su nuevo marido éste no pudiese ejercer el poder como cacique.
(tomado del libro "Sayula: del antiguo Tzaulan al Sayula de los Pérez-Rulfo")

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