martes, 18 de septiembre de 2018

LA MANO DEL METATE
Por Hugo Rodrìguez Vàzquez

¿Para qué un ejército tan grande?
Retomando un extracto de un artículo del periodista Jorge Zepeda Patterson, columnista del "Informador", en el sentido de para qué quiere u ocupa México un ejército tan grande que se piensa en que alberga 250 mil elementos, teniendo las carencias que se tienen con un pueblo empobrecido hasta la miseria en algunas regiones del país, nos pareció más que importante sus argumentos que ojalá y lleven a la reflexión. Señala Zepeda Patterson: "La idea es obvia pero no se le había ocurrido a alguien: Guatemala no nos va a invadir y supongo que los Estados Unidos tampoco, y si lo hiciera da lo mismo tener un ejército porque le haríamos a los misiles lo mismo que en su día los niños héroes de Chapultepec a los marines. Y si no hay un extraño enemigo que osare profanar con sus plantas nuestro suelo cabría preguntarse si podemos dar un mejor uso a los cerca de 250 mil miembros del ejército mexicano que defienden la patria contra un  invasor inexistente. Justo la pregunta que acaba de hacer Andrés Manuel López Obrador".
"Desde luego, las fuerzas armadas son un factor importante en materia de seguridad nacional en cualquier país moderno. Pero hoy en día la más probable amenaza externa tendría que ver con el terrorismo internacional y la interna con algún movimiento subversivo. Y en ambos casos entraña un desafío más relacionado con la inteligencia digital, militar y policiaca que con la fuerza bruta. Amenazas que, en todo caso, exigirían la intervención de fuerzas compactas y especializadas, no de un contingente de un cuarto de millón de personas. En un país con las carencias que enfrenta México, el presidente electo se plantea con toda razón la posibilidad de utilizar esos ingentes recursos económicos y humanos de mejor manera". Hasta aquí el extracto del columnista.
Los detractores de esta idea argumentan que luego ¿qué harían o a qué se dedicarían el gran número de despedidos de las fuerzas armadas?, cuestionando que no pocos irían a engrosar las filas de la delincuencia. Pero es el caso que habría que considerar tal medida con otra que iría al paralelo de la primera, es decir, convirtiendo el país en un mejor desarrollo  la economía repuntaría creciendo a la par el empleo y qué mejor que invertir tantos recursos que ahora se van al caño con tantos miles de millones de pesos para salarios a 250 mil soldados, ¿sabe a cuánto asciende la cifra siquiera?. Creciendo la demanda de empleo ésta seguramente absorverá a los despedidos. Es acertado el comentario del articulista y es una pregunta que nos hacemos todos, para qué queremos a tanto ejército, hay paises que ni siquiera tienen como Costa Rica por citar un ejemplo. Y lo peor, a lo largo de la funesta historia del prianismo se ha utilizado solo para reprimir o ¿cuál peligro tenemos de una invasión o algo parecido?.

Aniversario luctuoso de un genio del muralismo mexicano

Este mes de septiembre, el día 7, se cumplieron 69 años de la muerte de uno de nuestros máximos artistas muralistas que pusieron en alto a México ante el mundo, José Clemente Orozco. El creador de obras tan geniales como el hombre en llamas del palacio de gobierno de la capital tapatía, fue junto con Rivera, Tamayo y Siqueiros, los creadores de la fama en muralismo de la que goza nuestro país a nivel mundial. Originario de Zapotlán, hoy Ciudad Guzmán, ¿sabe usted el por
 qué en su ciudad natal no existe vestigio alguno de su arte?. Cuentan que Orozco en algún momento quiso pintar un mural en su pueblo natal, para dejar huella en el lugar donde nació, pero qué cree?....Sí, se unieron los sectores conservadores, entre ellos los grupos de poder de dinero junto a los siempre conservadores grupos de la iglesia católica, para juntos rechazar cualquier intento de “ese comunista” de lo cual lo acusaban estas huestes de ignorantes y fascistas coterraneos del genial pintor. Se dice que ello enojó a Orozco a tal grado de que no sólo no intentó pintar algo sino que jamás volvió a pisar tierra guzmanense hasta su muerte ocurrida en el año de 1949. Pero los retrógradas conservadores zapotlenses, en el pecado llevaron la penitencia. Imagínese amigo lector, lo que hubiera significado para Zapotlán contar con un mural de Orozco, el valor inimaginable que hoy tendría para su cultura, para su identidad histórica, para el turismo nacional e internacional. En pocas palabras, de lo que se perdieron por ignorancia y fanatismo estúpido. Hoy de manera hipócrita hasta le erigieron una estatua ubicada  a la entrada norte de la población y es sujeto de múltiples homenajes por parte de  los mismos sectores que antes lo apuñalaron. 

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