Por Arturo Fernàndez Ramìrez
Las próximas dos semanas representan uno de los principales periodos de vacaciones que durante el año suele disfrutar la mayoría de la población. La otra época es sin lugar a dudas la Navidad, ya que es cuando normalmente coinciden o buscan coincidir las vacaciones en las fuentes de trabajo con las escuelas.
Y es que, por ejemplo, en julio y agosto si bien el calendario escolar también marca días de asueto para los estudiantes, no sucede así con las empresas o negocios, donde, de acuerdo a la ley, solo otorgan un periodo anual (o dos en dependencias gubernamentales) de vacaciones a sus trabajadores.
Por eso, Semana Santa, de Pascua y Navidad, son las temporadas altas para vacacionar, de ahí que todos los destinos turísticos suelen estar a su máxima capacidad, pero sobre todo, las carreteras, lo que desde luego, aumenta el riesgo de los accidentes.
En más de una ocasión hemos dicho que el mayor número de accidentes son a causa de la negligencia de los conductores, por lo que la principal recomendación es la prevención para evitar accidentes viales.
Pero de igual manera, las temporadas vacacionales son las que dan como resultado un incremento considerable en los accidentes viales. Las razones son obvias de este aumento de siniestros.
Los números de las estadísticas no mienten y son fríos, representan datos duros que nos deben poner a reflexionar en torno nuestra responsabilidad como conductores para disminuir en un 80 o 90% el riesgo y los accidentes mismos.
Está claro que todos tenemos derecho a disfrutar de un descanso, de unas vacaciones, de unos días de recreación y esparcimiento, pero, con mayor razón habremos de coincidir en que la mejor manera de lograrlo es no sufriendo ningún tipo de accidentes y menos con consecuencias fatales. Lo ideal es salir bien de nuestras casas y regresar igual.
Por eso, a propósito del inicio de este periodo vacacional de Semana Santa y de Pascua, tomemos conciencia que en nuestras manos está lograr lo anterior, porque las autoridades ciertamente llevan a cabo operativos especiales para atender a los turistas y las eventualidades que pudieran presentarse, pero de nada sirve si nosotros conducimos de manera negligente, irresponsable o en estado de ebriedad.
Insisto, más del 80% de los accidentes pueden evitarse si tomamos conciencia al manejar, respetando las reglas de tránsito. Ojala que realmente lo hagamos, no es difícil, solo es cuestión de voluntad, para que así las autoridades al finalizar las vacaciones reporten saldo blanco. O usted qué opina estimado lector. Comentarios y sugerencias al correo electrónico arturferam@hotmail.com
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