lunes, 10 de febrero de 2020

Especial para Horizontes...
Las importancia de la Crónica y los
Archivos de Sayula
Reportaje de Investigación de  Rodrigo Sánchez Sosa, Cronista de Sayula 

La palabra cronos es griega y designaba al dios del tiempo, representado por un reloj de arena, esta deidad que lucía como un anciano con este antiguo artefacto para medir el tiempo, en su regazo; para los griegos era más que un símbolo de la  medida de los días, las horas o los años. Como diría Platón, de forma abstracta y profunda, el tiempo era para ellos, la eternidad en movimiento. Algo profundo porque lo eterno implica lo permanente. Al decir que la eternidad se mueve, más que de una realidad Platón el filósofo griego que diseñara la organización democrática de la primera República como sistema de gobierno, hablaba de una ilusión. Casi tres mil años después, la ciencia coincide con este pensador griego. Al parecer el tiempo es una ilusión, creada a partir de nuestra forma de concebir el mundo y experimentar el cosmos. No está allí afuera como una realidad por si misma, sino que es una interpretación de una nuestra experiencia en esa realidad. Por lo tanto, el hacer historia es una actividad exclusivamente humana.
La crónica es una actividad de registro de sucesos a través del devenir de la actividad cultural humana, registro de hechos, personajes y eventualidades relacionados con el hacer humano de la vida. Las primeras crónicas, a las que podríamos llamar proto-crónicas, fueron pintadas en las paredes de las cuevas habitadas por nuestros ancestros prehistóricos hoy llamadas pinturas rupestres, que se pueden remontar hasta 50 mil años de antigüedad; pero las registradas de manera formal en  códigos abstractos como la escritura, se remontan a los últimos 5 mil años, con las primeras ciudades en el hoy territorio de Irán. Registros administrativos como el código de Amurabi o relatos míticos en escritura cuneiforme como el de Gilgamesh, son los ejemplos de crónica más antiguos de la humanidad, conocidos.
La crónica, implica un cronista; es decir, aquel que realiza la actividad de registro y salvaguarda en archivos, desde tablillas de barro, ceda, madera, metal, papiro o papel. Hoy nos parecería que el cronista de este tiempo deberá estar muy atareado escribiendo sobre lo que pasa diariamente en un mundo acelerado y complejo, no es tanto así. La salva guarda de la memoria común, no implica un registro indiscriminado de la actividad contemporánea diaria para su resguardo, sino de aquellos acontecimientos significativos para la historia de un lugar determinado. Existen otras instituciones que tienen como obligación guardar registros de sus actividades en archivos, entidades públicas o privadas, incluso los particulares usan diarios personales para registrar sus propias vidas en algunos casos; los personajes famosos o importantes, escriben o les escriben biografías, memorias o  crónicas de sus hazañas destacadas. No es necesario que un cronista se ocupe de salva guardar todo. Desde hace mucho los medios de comunicación masiva registran el día a día de sus comunidades, desde un simple periódico local de hace 300 años hasta las redes sociales y paginas de noticias en internet, cuyo archivo virtual es la nube. Lo que sí importante es que se guarden registros en archivos de todo ello y se resguarden, para preservación de la identidad y memoria de un pueblo o nación.
Los archivos son la fuente a la cual recurrir para entender el pasado y con ello entender el momento actual en una relación reciproca entre dos momentos de lo inmóvil que es la eternidad. A los archivos distintos se recurre por distintas razones, pero siempre en necesidad del presente, de saber quiénes somos, de dónde venimos y a dónde vamos, en las distintas actividades que realizamos. El historiador o el cronista recurren a ellos para entender el tiempo que estudian y registran, y en el último caso para discernir entre actividades que deben ser registradas y salvaguardadas hoy. Por ejemplo, en razón de qué el actual ayuntamiento  junto con sus titulares merecería ser registrado y salvaguardada su memoria en la historia de Sayula; pues, en la medida que comparando a este gobierno con los que le precedieron y fueron importantes por los hechos que gestionaron para Sayula lo merecen, o si  sus titulares llegando a trascender el ámbito de lo común y lo mediocre están a la mima atura de la comparación. Así con cada acontecimiento y personaje dentro de su ámbito. El cronista debe discernir si un hecho actual merece la pena ser registrado en función de la consulta de archivos tanto de la crónica pasada de un municipio, como de archivos administrativos públicos o privados que se preserven en otros lugares o ámbitos. Catalogar, jerarquizar y desechar lo superfluo e intrascendente es su actividad de salvaguarda de la memoria colectiva. Incluye  también la preservación de tradiciones y patrimonio natural y cultural de una comunidad. Por ser trabajo de un hombre esto puede ser subjetivo y en el peor de los casos como es lo más común, se termina por ser parcial en el juicio que implica tal actividad.
Cuando más grande y antigua es una comunidad la actividad de la crónica demanda un cuerpo colegiado para mantener una objetividad en su hacer. Un consejo que en base a investigaciones y archivos defina la interpretación de la historia en ese momento y discierna sobre el juicio de los hechos mediatos a registrar y salvaguardar. Una institución municipal para el caso, independiente del poder político y transitorio de un trienio que defienda de la barbarie de estos mismos, a los archivos y patrimonio cultural y natural de la comunidad que  se ve definida por ellos en su identidad.
El consejo de Cronistas del Municipio de Sayula, órgano colegiado propuesto por quien esto escribe al pasado ayuntamiento de Sayula para observar la objetividad y evitar la injusticia, división social, marginación por clase, color de piel, origen étnico o cualquier otro prejuicio vulgar que se quisiese fundamentar en el revisionismo parcial de la historia a través de la crónica y la investigación, fue aprobado por el H Cabildo de Sayula, Jaisco con fecha 19 de septiembre de 2018 de acuerdo al oficio número 24672018, expediente SG/NOT/ACTA63 de la Secretaria General del Ayuntamiento de Sayula. Haciéndose oficial luego de la publicación del mismo en la Gaceta Municipal número 12 con fecha de 25 de septiembre de 2018.
El mismo se diseñó en base a otros de ciudades medias de Jalisco, adaptándolo a nuestras particulares necesidades como municipio, surgió el presente reglamento. En el entendido que no puede recaer ya más, por las actuales circunstancias municipales en cuanto a tamaño y densidad de población, la responsabilidad de la crónica en una sola persona, se busco una alternativa. Así pues, se diseñó de tal forma, un organismo colegiado de varios cronistas de acuerdo al número de barrios y atendiendo también a las delegaciones. El reglamento señala que se debe convocar a las personas de los distintos barrios y las delegaciones que tengan la vocación de preservar su historia, difundir sus valores y preservar su patrimonio como comunidades particulares y diferenciadas de un mismo municipio. Así pues cada barrio y delegación tendría un representante al consejo que al mismo tiempo sería su cronista, el encargado de contar la historia de su barrio a los demás sayulenses y adjuntarla con las otras historias de sus iguales a la de Sayula. Se establece en el mismo que el cronista municipal coordinará este consejo y lo presidirá. La figura de cronista municipal no desaparece pero se suma para razones de nuestro municipio la figura de cronista adjunto, antes definida. En el Reglamento del Consejo de Cronistas del Municipio de Sayula, Jalisco, se establecen los lineamientos, requisitos obligaciones y derechos de las personas que conformarían este consejo, es un documento público y fue publicado en la Gaceta en la fecha antes mencionada. Aunque se menciona en esta publicación y en el mismo reglamento que se debe convocar de inmediato a las personas interesadas, por parte del titular del ayuntamiento para ser propuesta en cabildo y ser aprobada su designación como cronistas adjuntos, esto desde septiembre de 2018 no ha pasado. Se ignorar las razones.
La crónica en Sayula tienen una antigüedad de por lo menos 450 años, cronistas de aquellas épocas como fray Alonso Ponce (siglo XVI); de la colonia y la independencia: José Carrillo y Vertíz (siglo XVIII); del siglo antepasado: Andrés Gózales e Ignacio Vázquez Bravo (siglo XIX); del siglo pasado: el Padre casillas, Conrado Sánchez Ceballos, Federico Munguía Cárdenas, son testimonio de la tradición sayulense en este rubro de la actividad cultural en la salvaguarda del patrimonio.
Así también la depredación y la barbarie ha dado cuenta de tradiciones, patrimonio y historia de Sayula, por los oportunistas, aventureros e ignorantes del poder político, que han demolido, incinerado, tirado a la basura, nuestro patrimonio a pesar de la custodia. Lo que hemos pagado con un deterioro de los valores comunes y nuestra visión del futuro que nos se puede fincar en el aire. Como justicia generacional debemos eso a los futuros sayulenses que ahora verían perdida mucha de la riqueza de sus antepasados, alguna de ella irreversiblemente. Urge un organismo ciudadano colegiado como este, antes que la barbarie dilapide toda nuestra herencia cultural y espiritual en sus ambiciones enanas.



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