martes, 17 de marzo de 2020

         ECOS DE "UN DIA SIN MUJERES"
Por Arturo Fernández Ramírez
Ciertamente lo que un reducido grupo de personas haga, no debe ser motivo para descalificar lo que millones impulsan o construyen, pero en muchas ocasiones así sucede.
El pasado fin de semana tuvo lugar, primero el Día Internacional de la Mujer y al día siguiente, la protesta Un día Sin Mujeres.
Pareciera que al haber fijado ambos días uno después del otro, se tendrían mayores resultados en la lucha por la equidad de género o al menos así se concibió por sus autores.
Cada quien tendrá sus propias conclusiones y todas son respetables, pero a decir de muchos y en lo particular, todo indica que falló la estrategia de Un Día Sin Mujeres y lejos de haber fortalecido la lucha por la cual se supone se impulsó, trajo más resultados negativos.
En primer lugar, opacó el Día Internacional de la Mujer porque los medios masivos se volcaron hacia el 9 de marzo, dejando en segundo término el 8, lo cual fue un grave error porque se hizo desmerecer un día que ya está institucionalizado, que ya es aceptado por hombres y mujeres, que cada vez se socializaba más.
Aunado a lo anterior, los actos violentos ejercidos por las mujeres durante las marchas, dejó mucho que desear en cuanto a los verdaderos fines que se persiguen en esta lucha.
Lo peor y más grave fue que las mujeres de la marcha no solo agredieron a los hombres que se encontraban, sino que a mismas mujeres, es decir, violencia contra su mismo género, el que dicen defender y por el que se supone se organizan estas protestas.
Situación no solo reprobable e indigna, sino que le da la razón a todas y a todos aquellos que se pronunciaron en contra de Un Día Sin Mujeres, partiendo de la premisa de que la lucha no es contra los hombres ni contra las mujeres, sino contra aquellas y aquellos que ejercen violencia en contra de un hombre o de una mujer.
Luego entonces, no se trata de ir en contra de un género, sino de lograr la igualdad en base al respeto de la dignidad humana, todas y todos somos humanos, todas y todos merecemos respeto.
Y tan reprobable es que violen los derechos los hombre como las mujeres, aquí no hay ni debe haber distinción, de eso se trata esta lucha, de igualdad, de equidad, de no privilegiar a alguien por su condición de sexo, por considerarlo superior al otro.
Pero como lo dije al inicio, no debe ser motivo para descalificar lo que millones impulsan o construyen por el simple hecho de que un reducido grupo de personas cometieron actos indignos, por lo que vamos a respetar esas marchas y protestas en honor a quienes de buena fe las apoyaron y asistieron a las mismas.
  Aunque de igual manera, es importante que cada quien analice las cosas y que saque sus propias conclusiones para evitar que quienes no dan la cara y que se crean este tipo de protestas, nos manipulen y nos empujen hacia sus intereses que definitivamente la mayoría de las veces no son los de la sociedad ni de los sectores que dicen representar. Comentarios y sugerencias al correo electrónico arturferam@hotmail.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario