miércoles, 7 de octubre de 2020

         EL 02 DE OCTUBRE NO SE OLVIDA

Por Arturo Fernández Ramírez

Una masacre como la de aquel 02 de octubre de 1968 ocurrida en Tlatelolco, no puede ni debe olvidarse. Decenas de miles de estudiantes y manifestantes reprimidos en forma violenta con la fuerza pública, no pueden quedar en el olvido. Menos cuando por esos acontecimientos de impacto internacional obligaron a nuestro sistema político a reconocer y conceder derechos ciudadanos. Recordar dicha matanza es honrar la memoria de los caídos, pero también tener presente lo que a las generaciones actuales nos corresponde hacer para que las cosas mejoren en nuestro país.

Uno de los episodios más lamentables de la historia negra de nuestro país, lo es precisamente la forma violenta en que fue reprimida aquella manifestación del 02 de octubre de 1968. Desde luego y como en ocasiones anteriores lo hemos expresado, existen diferentes enfoques, puntos de vista y versiones sobre las causas. También hay variación en las cifras de los asistentes, de los que fueron apresados, desaparecidos y asesinados. Pero en lo que todos coinciden es en que sí ocurrieron los hechos, que sí se utilizó la fuerza pública y que sí hubo muertes.

Los que son afines a la derecha, normalmente justifican la actuación del gobierno bajo el argumento de que se pretendía imponer el comunismo en nuestro país. Incluso, se atreven a señalar la intromisión de otros países como Cuba, entre otras afirmaciones. Tales aseveraciones confirman con claridad que fueron móviles políticos lo que influyó en la decisión de reprimir un movimiento nacional opuesto a quienes detentaban el poder en ese entonces.

Quienes simpatizamos con la izquierda, debemos ver en toda manifestación social el inalienable derecho que se tiene de disentir. La libre expresión de ideas y de protestar en el cauce legal, deben ser respetados de manera irrestricta. Si estamos convencidos que tenemos la razón, que sea el diálogo y no la violencia lo que nos haga sumar adeptos. Usar la fuerza pública para reprimir una protesta, significa que carecemos de la razón para convencer con argumentos.

Convencer o imponer, siempre marcarán la diferencia para saber si nos asiste o no la razón. Si nuestra causa es transparente, no habrá inconveniente en debatir, pero si existen intereses ocultos, vamos a preferir la imposición para evitar ser descubiertos. Si era político el móvil del 02 de octubre, lo más congruente y razonable hubiera sido utilizar la misma vía para enfrentar ese movimiento, pero nunca recurrir a la fuerza pública. Así de fácil, así de sencillo.

En este contexto, como lo precisamos con antelación, no basta con recordar una fecha memorable para considerar que ya estamos honrando a quienes fueron víctimas de la represión. Es necesario entender las razones que motivaron esa lucha y ver si ya se alcanzaron los objetivos. Si es así, debemos hacer que se conserven esos derechos, de lo contrario, es nuestra obligación moral continuar con la pelea que ha quedado inconclusa. Solo así podremos decir con firmeza que en realidad el 02 de octubre no se olvida y mucho menos los que ese día cayeron bajo las balas de un gobierno represor. O usted qué opina estimada y estimado lector. Comentarios y sugerencias al correo electrónico arturferam@hotmail.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario