lunes, 4 de octubre de 2021

             El 02 de octubre no se olvida

Por Arturo Fernández Ramírez

Ni "El Halconazo" del 10 de junio de 1971, como tampoco las matanzas de Aguas Blancas del 28 de junio de 1995 y de Acteal del 22 de diciembre de 1997. Como otras más masacres o genocidios cometidos por gobiernos represores que ven en el uso irracional e ilegal de las fuerzas armadas, la única manera de someter a la sociedad. Lo peor es que tienen que pasar décadas para que se haga o intente hacer justicia. Por eso es importante que cuando menos mantengamos vivo el recuerdo de esos acontecimientos, exijamos justicia y hagamos todo lo que esté a nuestro alcance para evitar que se repitan. Quienes asumen cargos de elección popular deben demostrar que tienen oficio político para resolver en forma pacífica los problemas sociales.

    Lo hemos dicho, lo volvemos a decir y así lo seguiremos afirmando, nada justifica una masacre y menos que se haga al cobijo del poder público. Y lo que aconteció aquel 2 de octubre de 1968 en la Plaza de Tlatelolco, fue un hecho reprobable y repudiado no solo por nuestra sociedad, también la comunidad internacional se pronunció en contra. El gobierno en turno demostró su incapacidad para resolver por otras vías una inconformidad social, un descontento popular.

     Ni siquiera el hecho de que se haya querido "imponer el comunismo en México" justifica la masacre ordenada en contra de los manifestantes. Porque ese es uno de los principales argumentos de quienes pretenden avalar esa matanza, que había "agitadores de otros países, que hasta la Bandera de nuestro país la habían quitado para poner otra". Suponiendo que fueran ciertas dichas afirmaciones, lo único que demuestran es que en el fondo se trataba de una cuestión política que así debió haber sido tratada, pero nunca usando o abusando de las fuerzas armadas.

    Los cargos de elección popular son eminentemente políticos, por lo que es de suponer que quienes los asumen, deben tener oficio político. Entendiendo a la política como una ciencia social en la que se estudian y analizan los fenómenos de nuestra sociedad, de nuestra población. Y en base a criterios ajenos al uso de la violencia, es como se deben buscar soluciones para dirimir las diferencias que de manera natural existen en toda comunidad.

    Se debe reconocer que López Obrador ha demostrado oficio político al evitar hasta el momento el uso de la fuerza pública a pesar de los actos de provocación que sus detractores han impulsado. Plantones, marchas y protestas han sido hábilmente sorteadas por el actual gobierno federal, se ha preferido "verse débil" en lugar de utilizar la represión. Lo que le ha redituado mucho en el respaldo popular, que sabemos es superior al 60% y que por eso logró conservar la mayoría en las elecciones de este año.

    Otra cosa hubiera sido si los gobiernos de 1968, 1971, 1995, 1997 y todos los demás en los que ha habido masacres y violaciones a los derechos humanos, hubieran tenido oficio político para dirimir por la vía pacífica las diferencias sociales que les tocó vivir. Lamentablemente no fue así, optaron por la fuerza armada del Estado, con los resultados ya conocidos. Con el agregado de que en la mayoría de los casos ha prevalecido la impunidad o la justicia ha llegado a cuenta gotas gracias a la presión social ejercida durante decenas de años.

    Mantengamos vivo el recuerdo de todo acontecimiento manchado de sangre y vidas humanas para exigir justicia y evitar que se repitan. Por eso, cada año seguiremos diciendo con firmeza que "El 02 de octubre no se olvida" ni se olvidará de la memoria de los mexicanos. Comentarios y sugerencias al correo electrónico arturferam@hotmail.com


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