La tradición de ir a Talpa
Por Arturo Fernández Ramírez
La Ruta del Peregrino tiene más de 200 años de tradición y es recorrida por alrededor de 3 millones de personas al año. Particularmente en el mes de marzo y Semana Santa. Representa una de las principales devociones que consolidan el turismo religioso en Jalisco. Fortaleciendo la economía de Talpa de Allende, municipios por los que cruzan los peregrinos y en general de nuestra entidad federativa. Durante mucho tiempo se mantuvo sin el reconocimiento o apoyo gubernamental. Desde hace unos años han sido creadas políticas públicas que ha dado como resultado el mejoramiento de la infraestructura en servicios básicos, alojamientos, observatorios y santuarios. Lo que ha contribuido a crecer la afluencia de visitantes y a que se mantenga viva esta costumbre centenaria.
Son precisamente estas fechas en las que vemos a miles y miles de personas que van a visitar a la Virgen de Talpa. Muchas a pie, otras en bicicleta, a caballo, en camión o en vehículo particular. La mayoría por "manda" o promesa hecha por un favor recibido, pero también hay quienes lo hacen por gusto o devoción. Se preparan durante meses para tener la condición física necesaria o los recursos económicos que implica el viaje. Y así es como cada año la devoción mariana se ratifica, consolidando la llamada Ruta del Peregrino.
El principio histórico de la separación de la Iglesia y el Estado consagrado en la Constitución Federal, resultado de las luchas de culto divino que han sacudido a nuestro país, hicieron que durante décadas, el gobierno mantuviera su laicismo. Sin intervenir al menos de manera oficial, en proyectos que tuvieran que ver con alguna religión. De ahí que en el caso que nos ocupa, la Ruta del Peregrino se creó y sostuvo sin el reconocimiento o apoyo gubernamental.
Ahora las cosas han cambiado y justificando su actuar en la promoción turística, económica y cultural, los diferentes órdenes de gobierno invierten recursos públicos en en este tipo de proyectos cuyo origen es eminentemente religioso. Así es como hemos visto en los últimos años materializarse políticas públicas tendientes al mejoramiento de la infraestructura en servicios básicos, alojamientos, observatorios, santuarios y edificios.
Por encima de la promoción y fortalecimiento económico al que contribuye la Ruta del Peregrino, debemos reconocer el gran esfuerzo que hacen todas y todos los que van a visitar a la Virgen de Talpa. Es cierto que quizás lo hagan por un favor recibido o que quieren recibir, pero ponen a prueba su condición física y fuerza de voluntad para entrar triunfantes al Templo. Felicidades sinceras y a seguir firmes para el siguiente año.
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