Septiembre, mes de la Patria
Por Arturo Fernández Ramírez
Aunque la mayoría identificamos a las fiestas patrias con el inicio de la Guerra de Independencia. La realidad es que también el 27 de septiembre se conmemora la declaración oficial de la emancipación de México de España. Recordar la historia, sobre todo los momentos decisivos de la vida de nuestro país, hace que consolidemos nuestra identidad y sentido de pertenencia. Que renazca el sentimiento de patriotismo que debemos tener por la Nación que nos vio nacer. Festejemos estas fechas con el orgullo de ser mexicanos, pero defendiendo la soberanía nacional de los que peligros que ahora la acechan. Como la globalización, delincuencia, corrupción, pérdida de valores, descomposición social, conformismo, apatía, entre otras conductas que dañan el avance, progreso y un mejor nivel de vida.
El Grito de Independencia fue dado por el cura Miguel Hidalgo y Costilla en la madrugada del 16 de septiembre de 1810, sonando la campana de la Iglesia de Dolores Hidalgo. Convocando así al pueblo a levantarse en armas en contra del dominio de los españoles. Este movimiento fue apoyado por Ignacio Allende, Juan Aldama, Mariano Abasolo, entre otros líderes y miles de personas que querían poner fin a 300 años de esclavitud.
Finalmente, tras diez años de enfrentamientos, Iturbide logró convencer a Juan O'Donojú, jefe político de Nueva España, para firmar el documento de Tratados de Córdoba en la ciudad de Veracruz. Para así declarar definitivamente la Independencia de México el 27 de septiembre de 1821.
Como podemos ver, aunque la mayoría identificamos a septiembre con el inicio de la Guerra de Independencia. La realidad es que también ocurrió su consumación y la declaración oficial de emancipación de México del yugo español. Son dos grandes acontecimientos históricos que debemos recordar en este mes.
La mejor manera de enaltecer a la patria, es despertando el orgullo de ser mexicanos, refrendando el compromiso de defender la soberanía nacional de los peligros que ahora la acechan. Como la globalización que rompe fronteras y regionalismos; la delincuencia que daña a la población; la corrupción que permea a las instituciones; la pérdida de valores que hace traicionar los ideales; la descomposición social que atenta contra la célula básica de la sociedad; el conformismo que nos hace estar en letargo; la apatía que genera indiferencia a los asuntos de interés público. Entre otras conductas que afectan el avance, progreso y un mejor nivel de vida, colocando a nuestro país en la categoría de tercermundista. Si queremos gritar ¡Viva México¡ debemos hacerlo poniendo nuestro granito de arena para que así sea.
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