miércoles, 7 de diciembre de 2022

EDITORIAL: El México rural, pueblerino y citadino

En la cita del filósofo norteamericano Ralph Waldo Emerson del libro The Complete Essays and Other Writings dice: "La democracia se basa en la convicción de que existen extraordinarias posibilidades en la gente ordinaria".

A diferencia diametral de la expresión en la llamada "defensa del INE", que fue más una demostración de odio que de propuesta democrática; en la marcha del pasado domingo 27, los "patas rajadas" lo hicieron al nivel de fiesta, de acompañamiento, de apoyo y de solidaridad.

Hay marcadas diferencias:

Primera: la derecha no sabe marchar, ignoran que es exponer un pensamiento, mostrar una realidad que interpela la acción de un gobierno, es un acto político por excelencia debido a que es la expresión de un contingente. Así como en cualquier profesión o trabajo artesanal se requieren de ciertos métodos o experiencias para desarrollarlos en diferentes contextos, de igual manera es en la toma de calles, plazas y edificios, muy necesaria la experiencia. Dicho de otra manera, se requiere oficio.

Segunda: la disparidad del tiempo entre una corriente y otra: los de izquierda vienen desde la guerra de baja intensidad en los años 60´s; la masacre de Tlatelolco; el halconazo de 1971; la persecución y desaparición de miembros opositores en los 70´s y 80´s del Partido Comunista, luego PSUM; la matanza de Aguas Blancas; Tlatlaya; los fraudes electorales del 88, 96 y 2012, las mapacherías del 2018, Atenco y muchas más represiones. Trajo protestas, marchas y tomas de calles como el plantón de Reforma. Son más de 50 años de ese tipo de prácticas. ¿Cuándo la derecha tuvo la necesidad de salir a la calle a expresarse de esa manera?

Tercera: la autoridad moral y capacidad de convocatoria. Es imprescindible en ese tipo de invitación, vivir una conducta apegada a lo que se demanda, no se puede reclamar algo que no se ha ganado. Y algo que golpea moralmente a los adversarios es el pleno convencimiento de los convocados, se logra con las propuestas que satisfacen las necesidades de un universo de personas y debe ser marcada por los valores que se comparten.

Cuarta: El estado de ánimo que se presenta; mientras el día 13 las expresiones estaban enmarcadas y cargadas de odio; la del 27 muestra otra cara: felices, sonrientes y nadie se expresó de mala manera de la oposición. Bailando por la calle festejando que la lucha se volvió gobierno.

         

      Los "Patas Rajadas" que marcharon en apoyo a AMLO.


   


 Algunos marchistas llegando en Metrobús    AMLO llegando al zócalo.


En verdad no se puede calcular las personas que participaron, testigos aseguran que intentaron llegar el zócalo y encontraron llenas las vías de las calles que allá desembocan, como Madero, 20 de Noviembre, 16 de Septiembre, Hidalgo y hasta Revolución. La saturación llegaba hasta el monumento a la Revolución.

Igual que en la anterior, hubo periodistas lanzados a conocer y verificar el nivel conciencia y conocimiento de los marchantes.

Entre las opiniones vertidas, se dijo:

"Yo vine porque me pagaron, me pagaron sacando a esos corruptos de los puestos de gobierno".

"La multitud no odia, odian las minorías. Porque conquistar derechos provoca alegría, mientras que perder privilegios provoca rencor".

"Pata rajada, pero nunca acarreada".

"Amor con amor se paga"

Y el cántico se repitió miles de veces "es un honor estar con Obrador".

Queda a juicio del lector lo aquí expuesto.


Moises Zepeda Gómez./ Para Horizontes Esta y todas las noticias puede verlas en nuestra página de Blogg:

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