La tecnología para combatir la violencia contra mujeres
Por Arturo Fernández Ramírez
Colocando dispositivos de geolocalización en víctima y agresor, las estrategias ALE y DiLo, son programas implementados por el gobierno de Jalisco para combatir la violencia contra las mujeres. Ante el alto índice de agresiones contra las damas, se ha recurrido a la tecnología con el fin de fortalecer las medidas de prevención, atención, seguridad y erradicación de toda conducta que atente contra ellas. Aunque de entrada son positivas estas acciones, se presenta el problema del presupuesto. Ya que son muy pocos aparatos los que están disponibles en comparación con las miles de denuncias que se presentan por estos casos. Es necesario seguirle apostando al cambio social, estructural y cultural que acabe con todo odio por razón de género.
Hace unas semanas hablamos de las estadísticas que demuestran el alto índice de violencia que hoy en pleno siglo XXI siguen sufriendo las mujeres. Siendo necesario tomar cartas en el asunto para revertir esta situación por el bien de nuestra sociedad. En el caso concreto de Jalisco existen dos programas que se apoyan en la tecnología, colocando dispositivos de geolocalización en víctima y agresor. El primero es conocido como Estrategia ALE, que ya tiene algunos años y en el que se protege a las damas poniéndoles dicho aparato.
El segundo programa es DiLo, que apenas hace unas semanas se puso en marcha, buscando fortalecer la protección a las mujeres que son víctimas de violencia de género. Y, a diferencia de la Estrategia ALE, consiste en colocar un brazalete tobillera al agresor, que funciona como un dispositivo de geolocalización. Operado y monitoreado por la Secretaría de Seguridad Jalisco. Complementando así la operación de los Pulsos de Vida, que porta la parte denunciante.
La asignación de DiLo se da en caso de medida cautelar y por medida de protección. La primera por un Juez en los casos judicializados y la segunda, previa judicialización, por el Ministerio Público. El objetivo es salvaguardar la vida e integridad de la víctima y que las mujeres accedan a una vida libre de violencia.
Aunque de entrada son positivas estas acciones gubernamentales, debemos reconocer el grave problema que se presenta con la parte económica. Ya que son muy pocos aparatos los que están disponibles en comparación con las miles de denuncias que se presentan por estos casos. Lo que se traduce en que la inmensa mayoría continuará desprotegida.
Por eso sigue siendo importante apostarle al cambio social, estructural y cultural que acabe con todo odio por razón de género. Es reprobable agredir a una dama por el simple hecho de serlo, debemos acabar con esa fobia injustificada. Todos y todas tenemos o tuvimos a una mujer como madre. Es necesario sembrar el respeto al ser humano, eliminar todo sentimiento discriminatorio. Reconocer que somos iguales y merecemos un trato digno, justo y equitativo. Si lo entendiéramos de esta manera, tengamos la certeza que las cosas cambiarían en forma sustancial.
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