lunes, 20 de marzo de 2023

                                  La ida a Talpa, una tradición

Por Arturo Fernández Ramírez


Es precisamente en este mes de marzo y hasta Semana Santa, en que la mayoría de las y los millones de devotos de la Virgen de Talpa, suelen realizar la visita que acostumbran por lo general cada año. En vehículo particular, camión, bicicleta, caballo, pero sobre todo, a pie, vemos a las y los peregrinos dirigirse a dicho lugar. Cualquier medio representa un gran esfuerzo, sin embargo, debe valorarse más cuando es físico y que requiere meses de entrenamiento para tener la condición suficiente que les permita llegar. Por eso, un reconocimiento a todas y todos los que lo logran a pie o en bicicleta.

       Con más de 200 años de tradición, hoy por hoy, no solo se mantiene firme la ida a Talpa, sino que parece que va en crecimiento al inculcarse a las nuevas generaciones. Además de que, debemos reconocer, aunado a la fe de las y los peregrinos, también ha adquirido un matiz económico, cultural y recreativo. Por lo que las autoridades han contribuido a su fortalecimiento, impulsando su difusión e invirtiendo recursos públicos en el mejoramiento de la infraestructura del trayecto. Turísticamente se conoce como "La Ruta del Peregrino" y es la oferta de México, similar a la de "Camino de Santiago de Compostela" en España.

      Dentro del turismo religioso, en la ida a Talpa vemos a visitantes nacionales y extranjeros durante cualquier época del año, pero más en marzo y Semana Santa. Disfrutando la naturaleza, conociendo poblados y degustando la gastronomía regional. El recorrido a pie es de más de 100 kilómetros, aunque desde luego, puede ser de menos, de acuerdo al punto de partida que elija cada quien.

       Es la única ruta turística de Jalisco que cuenta con tres Pueblos Mágicos: Talpa de Allende, Mascota y San Sebastián del Oeste. El primero es eminentemente religioso, el segundo es un destino cultural y el último es minero "donde el tiempo se detuvo". La ida a Talpa tiene diversos itinerarios que permiten cumplir con los retos, además de ampliar nuestros conocimientos, valorar y convivir con la naturaleza. Apreciando las montañas de la Sierra Madre Occidental, terrenos de vegetación baja, cañaverales, maizales, predios ganaderos, ríos, arroyos, bosques de robles y pinos.

       Como lo dijimos, nuestro reconocimiento a todas y todos los que mantienen viva esta tradición centenaria, pero más a quienes logran llegar a pie o en bicicleta. Cansados, agotados, quizás con lesiones, pero con la gran satisfacción del deber moral y religioso de haber cumplido un año más con la ida a Talpa, visitando a la Virgen del Rosario. Felicidades y continúen firmes en su fe y devoción.


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